Grupo Melo: tradición avícola en Panamá

La historia de Grupo Melo, SA empezó en 1948, aunque no en la parte avícola. Primero fue un almacén de insumos agropecuarios y luego empezó a crecer en diferentes actividades.

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El Sr. Arturo D. Melo, COO de la División de Alimentos de Grupo Melo, SA es asiduo lector de Industria Avícola
El Sr. Arturo D. Melo, COO de la División de Alimentos de Grupo Melo, SA es asiduo lector de Industria Avícola

La historia de Grupo Melo, SA empezó en 1948, aunque no en la parte avícola. Primero fue un almacén de insumos agropecuarios y luego empezó a crecer en diferentes actividades. Importaban alimento y pollitos, y luego invirtieron en una pequeña fábrica de alimento balanceado. “Empezamos a producir aves para probar la calidad del alimento, y al ver que el negocio era bueno, de ahí nos arrancamos en la avicultura”, cuenta el Sr. Arturo D. Melo, COO de la División de Alimentos de la empresa. Posteriormente entraron a muchos otros negocios fuera de la industria avícola. 

Desafíos en el camino   

Como toda empresa avícola, Melo ha experimentado diferentes tipos de desafíos. Hace 30 años hubo un reto sanitario “que nos hizo cambiar totalmente nuestro sistema de producción a un concepto de bioseguridad, prácticamente cerrado”, comenta el Sr. Melo. La bioseguridad está presente en todas las instalaciones, en toda la cadena de producción. 

Los problemas que los aquejaron fueron los comunes: básicamente micoplasma y enfermedad de Gumboro. Tomaron decisiones oportunas en ese momento y hoy el resultado es que la vacunación y el uso de antibióticos es mínimo, lo cual es sensato desde el punto de vista económico y práctico. La prevención es lo más importante, para lo cual el personal desempeña un papel preponderante. Se trabajan muy de cerca con ellos para mostrarles porqué hay que hacer los cambios y el resultado de los mismos, mediante un monitoreo diario. 

Otro desafío importante fue en la época de Noriega, con el cierre bancario durante un mes, que puso en jaque la forma de operar del sistema, de cómo comprar granos y tener que pagarlos. “Toda la economía se movía en efectivo, pero había diferentes formas ingeniosas para poder pagar. Realmente uno puede superar los problemas y encontrar las vías de resolverlos”, dice el Sr. Melo. 

“Una de las cosas que nos ha favorecido es tener la capacidad de poder identificar claramente la naturaleza del problema. Tenemos la cultura corporativa de análisis, de diagnóstico, de poder determinar qué es lo que está ocurriendo y cuál va a ser la medida a tomar” nos comenta. Por ejemplo, la empresa no cree que la solución esté necesariamente en la vacunación y medicación, sino en la bioseguridad, para lo cual utilizan la mejor calidad en estos recursos.“Uno aprende de los errores y uno va siempre tratando de mejorar, introduciendo cambios constantemente”. Esto demuestra la versatilidad y flexibilidad de la empresa, que se van adaptando conforme a lo que se necesita. 

Nutrición   

Los desafíos en la nutrición se solucionan en la granja experimental, que tiene más de 30 años de existencia. El Sr. Arturo D. Melo nos dice: “de manera constante probamos que realmente funcionen los productos. Estamos concientes de que no necesariamente todos los productos van a funcionar igual. Hay condiciones ambientales que hacen la diferencia en un país, en una región o en una operación. Nosotros validamos eso en la granja experimental antes de llevarlo al campo y si encontramos suficientes méritos, entonces lo usamos”. 

Por ejemplo, eso han hecho con los DDGS y ahora ya saben qué normas de inclusión pueden usar. Lo mismo han hecho con la validación de enzimas y otro tipo de aditivos. Han introducido un NIRS nuevo, que les permite hacer análisis mucho más rápidos, para poder cambiar fórmulas. 

La cuestión de los altos costos de los granos a nivel mundial también ha tenido un fuerte impacto. Para ello, invierten en investigación en nutrición y en mejoras a la eficiencia en conversión. Aunque tratan de absorber lo más que pueden por medio del aumento de mejoras en productividad, tarde o temprano habrá que traspasar los costos altos al consumidor, para lo cual ya cuentan con toda una estrategia de mercadeo para cuando eso suceda. 

Alimentos balanceados   

El 80 por ciento de la producción de alimentos balanceados es para la integración propia de engorde, ponedoras y reproductoras con alimentos peletizados, mientras que la venta a terceros del grupo representa el 20 por ciento de la venta. 

Concepción Rosales, gerente de la planta de alimentos balanceados, nos explica que producen un promedio de alrededor de 15,000 toneladas mensuales. Su experiencia en materias primas no sólo es con soya y maíz, sino que desde hace un tiempo empezaron a trabajar con trigo y, como mencionamos anteriormente, con granos de destilería (DDGS), con los cuales no han tenido ninguna dificultad de uso. La empresa ha invertido en una nueva fábrica. A sus tres años de antigüedad, funciona junto a la antigua, para así aprovechar toda la capacidad instalada. 

Producción y consumo   

Melo produce 21 millones de pollos al año y cuentan con 600 mil gallinas en producción. Además, producen también pollitos y pollitas de un día de edad. Venden aproximadamente entre 2.5 y 3 millones al año para la producción de traspatio. 

En huevo, la industria ha hecho un buen trabajo, ya que ha crecido de forma importante. “Hace 15 o 20 años el país consumía 60 huevos per cápita, y ahora está alrededor de poco más de 140” apunta el Sr. Melo. Esto ha sido también el resultado de una combinación de varios factores: se han eliminado los mitos sobre huevo y se ha reconocido su valor nutritivo, además de ser el alimento de proteína más económico que hay. “Es una fuente de proteína de alta digestibilidad y los consumidores lo perciben así”. Como hemos mencionado anteriormente en Industria Avícola, hemos pasado de la prohibición, a la recomendación de este producto. 

El consumo de pollo no ha crecido a ese ritmo, pero comparado con el resto de Latinoamérica, el panameño promedio consume 37.30 kg al año, por lo que se encuentra en el tercer lugar en la región, superado sólo por Brasil y Venezuela. Además del producto fresco, Melo fabrica productos industrializados tales como nuggets, filetes de pechuga, marinados, apanados y productos con hueso, entre otros. 

Mercado nacional y de exportación   

En lo que respecta a pollo y huevo, Melo básicamente se dedica al mercado nacional, pero también venden productos de valor agregado de pollo a Centroamérica y el Caribe. 

También exportan huevo fértil. Aunque no es una cantidad significativa, en un momento dado puede ser una cantidad interesante. “Nos gusta tener siempre un excedente en el huevo fértil, para no tener que importar. Nuestros huevos fértiles son de mejor calidad que lo que se puede adquirir en otros lados. Tenemos suficiente para cubrir nuestro mercado, por lo que solamente exportamos el excedente”. 

¿Producto industrializado o producto fresco?   

En Panamá, el fresco siempre es el dominante, como en todos los países. Pero, se está dando un fenómeno, visualizado por Melo desde hace muchos años, de que a medida que sube el ingreso per cápita, hay más población urbana y hay menos disponibilidad de mano de obra y tiempo, los productos industrializados entonces facilitan y resuelven la vida. De esta forma, sus productos industrializados no conforman un mercado nicho, sino que es un mercado en crecimiento. 

Los productos que venden son más cercanos al gusto panameño, es decir, están tropicalizados. Después de 15 años de trabajar en el ramo, la empresa conoce muy bien el gusto del consumidor de su país. Para ello, la planta es altamente flexible, trabajan con fórmulas tropicalizadas, y aunque se complique más el proceso de producción, sus productos tienen un sabor más fuerte que los sabores tradicionales usados en los países desarrollados. 

Expendios y restaurantes   

Uno de sus grandes aciertos de la integración ha sido la cadena de restaurantes de comida rápida, que consistió en transformar los puntos de venta de pollo vivo en un concepto moderno. Originalmente, por ahí de los años 40 a los 60, Melo tenía expendios donde vendían pollo vivo, que ahí mismo mataban. Así era la forma en que se vendía el pollo. Posteriormente, fue evolucionando hacia la venta de pollo asado, después pollo frito, hasta que desaparecieron los pollos vivos totalmente. 

Hacia 1965 incursionaron con los restaurantes Pío Pío. Mantuvieron la marca del pollo vivo y empezaron a crecer. Hoy en día, son toda una cadena de comida rápida establecida, con una base de menú principal de pollo, pero complementado con otras cosas. También venden carne, empanadas, diferentes formas de productos de maíz, menudencias, todo del gusto popular local. 

En la actualidad cuentan con 60 restaurantes en todo el país, con un gusto muy arraigado en el consumidor. No han incursionado con la marca fuera de sus fronteras. 

La competencia con otros restaurantes de comida rápida, como McDonald’s u otras grandes transnacionales, en realidad no existe, ya que son mercados completamente diferentes. Los restaurantes tienen un alto tráfico, están dirigidos al sector popular, están convenientemente ubicados y representan una buena alternativa de locales, en términos de que tienen aire acondicionado y son cómodos. “Tienen un posicionamiento adecuado en la clase popular, se despachan productos de alta calidad y le gusta a la gente” comenta el Sr. Melo. 

Libre comercio   

La competencia interna es intensa, pero para responder a ello siempre están mejorando las operaciones e instalaciones. En cuanto al libre comercio con EUA, “las respuestas van a ser más benignas. Hay que ir invirtiendo y mejorando nuestra operación. Eso es básicamente lo que se puede hacer, no podemos llorar sobre el lecho nada más”, acertadamente nos comenta. “Necesitamos ir planeando hacia adelante, creo que tenemos ventajas sobre algunas cosas que hacen allá. Además, localmente conocemos a nuestros clientes y a nuestro mercado”. 

“Si EUA nos vende solamente cuartos traseros, no van a lograr una penetración muy grande. Los mismos productores estadounidenses reconocen que esto da ganancias temporales, y que la industria se va a volver más eficiente y va a empezar a volver a empujar”. Este es un concepto interesante, ya que están concientes de que, aunque de momento golpee, finalmente el mercado se vuelve a ajustar y las empresas van a tener que ser más eficientes. 

“Ciertamente la competencia es desleal. Eso no lo vamos a negar. Lo que sí creemos es que si EUA dice que va a haber libre entrada de productos avícolas mediante el TLC, hay que adecuar los sistemas sanitarios. Los gobiernos deben luchar para que eso sea una realidad, para que los sistemas sanitarios de nuestros países sean equivalentes. En muchas áreas estamos igual o mejor que ellos, pero no tenemos el reconocimiento oficial”. 

En el Tratado de Libre Comercio entre Panamá y EUA, hay desgravación para el sector avícola; van a haber cuotas que van a entrar pronto en vigor, aunque aún no se sabe cuándo. Todavía se encuentran en la fase de adecuación de normas y reglamentos. No obstante, al igual que en Colombia, es un área todavía muy sensible para Panamá. Pero al final, “netamente debemos hacer igual que lo que pasó en México”, finaliza el tema el Sr. Melo. 

Bienestar animal   

La charla con el Sr. Melo se fue por diversas vertientes interesantes. Una de ellas fue el bienestar animal, como en el caso de la avicultura, lo que está pasando en Europa con las jaulas enriquecidas. Concurrimos en que quizás sólo sea cuestión de tiempo, para que en Latinoamérica nos enfrentemos a eso, pero también en que, en general, ha sido un desastre en toda Europa, con respecto a la producción de huevo, la afectación a la producción y al consumidor. 

“Me queda claro de que hay intención de tratar bien a los animales. Yo creo que si quieres ser eficiente, se tiene que tratar a los animales bien, sino, no es posible lograr el rendimiento. Así de simple: si yo no trato a mis animales bien, los costos suben” nos señala. 

Y evidentemente, el maltratarlo significa estrés, menor rendimiento y pérdidas ocultas, por lo que sí paga manejar bien los animales. Si queremos lograr el máximo desempeño, eso significa buenas prácticas. 

En Melo capacitan al personal en buenas prácticas de manejo de animales, ya que están sujetos a auditorías, ya que le venden a franquicias internacionales, por lo que está en el mayor de sus intereses cumplir con eso. 

Así, después de visitar sus instalaciones, concluimos este interesante visita a una empresa de gran tradición en la avicultura regional. 

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