Hace unos días, mi colega Mark Clements, editor de Poultry
International, habló en su blog de un nuevo producto de huevo lanzado en la
Gran Bretaña llamado Dippy Egg. Aunque Mark nos dejó abierta la pregunta sobre
la utilidad y el consiguiente éxito de un huevo tibio casi listo para consumirse,
debido a la no muy difícil tarea de hacerlo en casa con un huevo común y
corriente, lo que a mi me llama la atención es que entre los tecnólogos de
alimentos hay inquietud por desarrollar más ovoproductos.
La
semana pasada también informamos sobre un nuevo ovoproducto lanzado en el
mercado colombiano llamado Ovitas, que es un huevo en tajadas o rebanadas que
“se desarrolló para facilitar su consumo en sándwiches o como acompañante de
arepas o tortillas de maíz”. En México, la empresa Proan, el productor de huevo
más grande del mundo, lanzó al mercado, particularmente en las tiendas de
conveniencia en una sola ciudad del país, un producto de huevo cocido tipo
snack, llamado Huevocado. Aunque según fuentes de la empresa, “es aventurado
aún decir cómo va, porque el nivel de producción no es el deseado, su
aceptación es buena”.
El
Ing. Agustín Martínez, presidente de la Asociación de Avicultores de El
Salvador, en entrevista me dijo: “La del huevo, es una industria que ha tenido
menos posibilidades de transformar el producto, pero los productores sí han
tenido la capacidad de irse adaptando, en términos de las necesidades que ha
tenido el mercado, en función de los empaques, la calidad del producto, de que
el huevo vaya limpio, que tenga los pesos o los tamaños adecuados”. La
adaptación ha sido una realidad, sin lugar a dudas.
¿A qué
se debe que la industria del pollo esté más adelantada a este respecto que la
del huevo? ¿Será porque el huevo se empaca, transporta y llega a la mesa del
consumidor en su empaque original y natural? Y finalmente me pregunto: ¿hay
necesidad de crear nuevos ovoproductos para el consumo masivo, más allá de los
huevos líquidos para la industria alimentaria?
El difícil camino de los ovoproductos
Hace unos días, mi colega Mark Clements, editor de Poultry International, habló en su blog de un nuevo producto de huevo lanzado en la Gran Bretaña llamado Dippy Egg. Aunque Mark nos dejó abierta la pregunta sobre la utilidad y el consiguiente éxito de un huevo tibio casi listo para consumirse, debido a la no muy difícil tarea de hacerlo en casa con un huevo común y corriente, lo que a mi me llama la atención es que entre los tecnólogos de alimentos hay inquietud por desarrollar más ovoproductos.