Fortaleza de la avicultura argentina del huevo en el consumo interno

Después de una época difícil, este año se presenta como uno mucho más favorable para los productores de huevo de la Argentina. El estatus en general es muy bueno, y se está realizando una reconversión muy importante. Su mercado principal es el interno.

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Foto cortesía de Capia | El Sr. Jorge Nazar, presidente honorario de Capia, habla sobre las importantes inversiones en el sector para la reconversión y automatización de las granjas argentinas.
Foto cortesía de Capia | El Sr. Jorge Nazar, presidente honorario de Capia, habla sobre las importantes inversiones en el sector para la reconversión y automatización de las granjas argentinas.

Después de una época difícil durante parte de 2012 y 2013, este año se presenta como uno mucho más favorable para los productores de huevo de la Argentina. “El estatus en general es muy bueno, estamos haciendo una reconversión muy importante, automatizando todas las naves y modernizando todas las instalaciones, con inversiones sustanciales en el sector” señala el Sr. Jorge E. Nazar, presidente honorario de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (Capia) y de Avícola Telos, SA, una de las principales productoras de huevo y abastecedora del mercado de consumo interno de su país.

El Dr. Javier César Prida, presidente de Capia añade: “hoy podemos decir que tenemos alrededor del 40 por ciento de la producción automatizada; esto va a ir creciendo hasta llegar al 80 por ciento de la producción, como meta planteada del sector para 2018”.

Consumo interno y exportaciones

A la inversa de lo que sucede con la industria argentina productora de pollos, es muy poco lo que exportan de huevo. Lo que se exporta es en polvo. Hay una empresa que se dedica 100 por ciento a quebrar, pasteurizar y exportar huevo en polvo. La exportación en cáscara es en niveles insignificantes. No obstante, la mayoría se enfoca al mercado interno.

Pero la visión está cambiando: “Nuestro objetivo es que parte de las inversiones que hemos hecho este año, sea para prepararnos para exportar más en cáscara, un 20 por ciento de nuestra producción al mercado del África y Medio Oriente, mercados a los cuales tenemos acceso y con los cuales hemos trabajado con éxito”, señala don Jorge.

Las exportaciones de huevo procesado de la Argentina han mermado significativamente. “Pasamos de exportar alrededor de 40 millones de dólares al año a unos 18 millones” comenta el Dr. Prida. Pero para 2014, se espera que la situación mejore con la variación del tipo de cambio y con algunos ajustes que han hecho internamente para poder recuperar parte de ese terreno perdido.

La mejora de la situación es evidente: en enero de 2013 contaban con una población de 35.9 millones de gallinas, que para 2014 ha aumentado a 38.4 millones, es decir, un crecimiento de 2.5 millones de aves. Aún no están cerca del récord de 2011, en el que había 44.3 millones, “pero creemos que paso a paso lo vamos a ir alcanzado” añade el presidente de Capia.

Impactos de la globalización

La crisis que hubo se desató a causa de la sobreproducción, básicamente por una menor exportación de ovoproductos a Europa ocasionada por los problemas que está atravesando el viejo continente. Esto hizo que el mercado interno presentara una sobreoferta de huevo.

Algo importante que destacan en la industria de producción de huevos en Argentina es que la Capia se ha profesionalizado y que desde 2003 han ido planificando en conjunto con el gobierno, objetivos a 10 años. “Al llevarle propuestas al gobierno, hemos tenido muy buenas respuestas, buenos financiamientos, buenas ayudas en la cancillería, en las negociaciones internacionales, que nos ha permitido trabajar con una visión de futuro que antes no existía y que ahora es parte del día a día” dice don Jorge.

El desafío de consumir más proteína

En un país como Argentina, con un enorme consumo de proteína animal proveniente de las diferentes carnes, hacer que la gente además consuma huevo es un gran desafío.

Para ello, la Capia realiza cada 5 años una encuesta de consumo para saber la opinión del consumidor. “El desafío lo tuvimos en la encuesta de 2010, que nos arrojó una interesante cantidad de datos” dice el Dr. Prida. Estos datos revelaron que el consumidor argentino no tenía incorporado al huevo como un alimento para la cena o el almuerzo. Es decir, la batalla se tenía que dar en las colaciones, particularmente, en las que la gente consume sopas instantáneas, barritas de cereales, yogures o frutas. “Hemos logrado que más allá de que las exportaciones hayan caído, el consumo se haya mantenido y en algunos casos se haya incluso elevado en algunos años”, señala el Dr. Prida. “Realmente, es ese nuestro principal objetivo: que hoy día el 96 por ciento de la producción va al consumo interno y el 4 por ciento va a la exportación.

En los últimos 10 años, el consumo ha aumentado de 135 a 244 huevos per cápita. Consideran entonces aprovechar la sinergia de la sociedad que tiene el sector con el gobierno, pues otros sectores, como el de los productores de carne porcina también se han visto favorecidos de ella.

Don Jorge Nazar agrega dos aspectos más a su análisis. Uno ha sido que la política del gobierno impidió las exportaciones de carne vacuna, lo que hizo que se deprimiera el inventario de vacunos. De esta forma, se encareció el precio de la carne vacuna, mientras que el huevo se ha mantenido a precios muy razonables (igual que lo que le ha pasado al pollo), lo que nos ha permitido que el huevo sea de las proteínas más baratas. El otro aspecto es la campaña de publicidad en los medios y con los médicos, que divulga las bondades del consumo del huevo. Ambas cosas han permitido aumentar enormemente el consumo del huevo. 

Además, “toda la modernización de la producción ha permitido también que seamos más eficientes en nuestros costos y que podamos producir a precios más baratos”, añade el Sr. Nazar.

País de tierras y producción de granos

Argentina tiene la gran fortuna de tener tierras y producción de granos y oleaginosas. ¿Es esto una bendición? “Puede ser una bendición o una condena” comenta el Sr. Nazar. “Nuestro mercado del maíz y de las soja sigue el de Chicago, el mercado internacional, o sea, que cuando sube en el exterior, nuestros granos suben al mismo tiempo”.

Existe la ventaja de que el gobierno grava las exportaciones de cereales, pero también eso se ve compensado, en cierto modo con aspectos como la enorme burocracia y los costos que otros países no tienen. Por ejemplo, agrega el Dr. Prida, “a nosotros un flete de Mendoza a Buenos Aires nos sale más caro que un flete de Buenos Aires a China”, además de los enormes costos de la energía, logística y los laborales. Aunado a esto está el impuesto al valor agregado que es del 21 por ciento.

En la carga impositiva ha habido grandes cambios en la Argentina. Hasta 2008 había el incentivo de que por cada 100 dólares que se generaban de exportación, el Estado daba 5 dólares más. Ahora esto se eliminó y pasó a lo contrario: por cada 100 dólares que se ingresan, el Estado da 95, es decir, retiene 5. “O sea, que hemos perdido el 10 por ciento de competitividad de la noche a la mañana” añade el presidente de Capia. “Y sin ningún fundamento, porque nunca dejamos de brindar a la mesa de los argentinos la cantidad de huevo que se necesita”.

El porvenir

Don Jorge Nazar está convencido de que en Latinoamérica tenemos que cuidar la imagen del sector productor de huevos y estar muy atentos a lo que pasa en Europa y en EUA. Particularmente, se refiere a temas como el bienestar animal, “que lo han sufrido y que no han sabido afrontarlo como debiera ser. Es fácil decirlo ahora, una vez perdida la batalla. Es un problema que no es científico, sino que es político y emocional”. Esto lo han sabido captar ciertos grupos e influir en la legislación, pero los políticos no han sabido ver que la eliminación de las jaulas conduce a mayores costos de producción.

“Debemos estar muy unidos, porque pretenden que nosotros tengamos los mismos costos que ellos. Hacen todo lo posible para que haya aranceles o que los productos nuestros no puedan entrar en las mismas condiciones”.

“Particularmente México, Colombia, Brasil y Argentina tienen que estar unidos” dice el Dr. Prida, “porque son los motores de la avicultura latinoamericana y quienes en cierta manera podemos llegar a responder a demandas internacionales”.

Ambos dirigentes piensan que no tienen problemas en producir lo que Europa pide, pero se necesita que otorguen cuotas, que se eliminen aranceles, además de los subsidios al productor europeo. Por ejemplo, Argentina paga aranceles que en algunos casos llegan al 106 por ciento del valor FOB para poder ingresar huevo a la UE. “Si eliminan ese 106 por ciento, yo le garantizo a los europeos que van a tener huevos free-range u orgánicos, en la cantidad que quieran”, enfatiza Javier Prida.

Se necesita de igualdad de condiciones para competir. El mundo tiene hambre, entonces la discusión es ¿qué le damos de comer a la gente? o ¿le damos de comer? “Yo creo que primero es le damos de comer” especialmente si hablamos de una proteína tan barata como el huevo y de buena calidad, “que después de la leche materna es la mejor proteína animal”.

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