Harinas de pollo ganan más terreno en industria latinoamericana

En una demanda récord que se cree será superada este año, América Latina importó durante 2013 desde los EUA, cerca de 200,000 toneladas de harinas provenientes de subproductos de animales terrestres como de cerdos y aves.

En una demanda récord que se cree será superada este año, América Latina importó durante 2013 desde los EUA, cerca de 200,000 toneladas de harinas provenientes de subproductos de animales terrestres como de cerdos y aves. Así lo dio a conocer a Industria Avícola en la ciudad colombiana de Medellín (centro occidente), el director para América Latina de la agremiación estadounidense National Renderers Association (NRA), Germán Dávalos, durante la realización de un seminario convocado conjuntamente con la American Feed Industry Association (AFIA), al cual asistieron más de 150 representantes de la industria productora de alimentos balanceados, provenientes de toda Latinoamérica.

El monto de estas exportaciones hacia América Latina desde EUA, corresponde al 25 por ciento de las 628,000 toneladas métricas que el gigante del Norte vendió de estas harinas en todo el mundo. “De las 4 millones toneladas producidas en EUA 56 por ciento procedieron de bovinos y porcinos, 29 por ciento de subprodutcos de pollo y 15 por ciento de plumas de pollo”, explicó Dávalos.

El experto agregó que el mayor importador latinoamericano de estas harinas en la pasada vigencia fueron Mexico y Chile, que compraron 83,000 toneladas de harinas cada uno. Chile compró harinas de vísceras y de plumas de pollo, casi todas con destino a los productores de alimentos acuícola para la granjas salmoneras que hacen de ese país el segundo productor mundial de este apetecido pescado. Siguieron a los chilenos los empresarios camaroneros y de tilapia en Ecuador, Guatemala y otras naciones del Centro y Suramérica.

México, que históricamente era el mayor importador latinoamericano de estas harinas desde EUA, pero bajó sus importaciones por la detección en su territorio del mal de muerte temprana del camarón, que frenó la actividad acuícola, además del rezago que trae en su producción avícola por los brotes de influenza aviar de 2011 y 2012. “La gran ventaja de la harina de pollo de 65 por ciento de proteína cruda y un contenido máximo de cenizas de 14 por ciento es que puede ofrecer un nivel de aminoácidos (proteína) igual o ligeramente mayor que la harina de pescado, el insumo principal habitual para alimento acuícola, pero con un precio por tonelada hasta US$600 menor en las condiciones actuales del mercado”, puntualizó Dávalos.

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