Tanto en Navidad como en la cena de año nuevo, se calcula que los mexicanos consumirán un total de 3 millones de pavos, de los cuales el 34 por ciento provienen de la producción nacional y el restante 66 por ciento de importaciones de EUA (95 por ciento) y de Chile (5 por ciento).
Marco Parson, presidente de la Sección de Guajolotes (pavos) de la Unión Nacional de Avicultores (UNA) de México, según se publicó en estos días en el diario El Universal, dijo que “las importaciones que más preocupan a la industria nacional son las de pavo entero, tanto fresco como congelado, que representan el 8 por ciento del total importado y son la principal competencia”.
Como se menciona en la citada fuente, de las 155,325 toneladas que han entrado al país en este año, el 63 por ciento fueron trozos de carne de pavo fresco y 19 por ciento congelado. La mayor parte de las importaciones, es decir, el 92 por ciento son productos y materias primas, mientras que sólo el 8 por ciento es pavo entero. La industria nacional no puede competir por el bajo precio de estos productos y materias primas.
A pesar del impacto de las importaciones, Parson destacó que en 2014 ha habido un crecimiento del 9 por ciento y para el próximo año se espera un 10 por ciento. El Sr. Parson comentó también a El Universal que han crecido y que intentan recuperar terreno. Tanto la devaluación del peso mexicano como el aumento del precio internacional del ave han ayudado a que el pavo mexicano se recupere.
Vale la pena mencionar que mientras en EUA se producen 350 millones de pavos, en México sólo se producen 1.1 millones.
