Revive queja por supuesta colusión del pollo en Uruguay

La Unión de Vendedores de Carne de Uruguay (UVC) expresó su extrañeza por la decisión del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (Mgap) de no autorizar nuevas importaciones de pechugas o supremas de pollos desde Brasil.

Voceros de la gremial Unión de Vendedores de Carne de Uruguay (UVC) expresaron al Diario 180 su extrañeza por la decisión del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (Mgap) de no autorizar nuevas importaciones de pechugas o supremas de pollos desde Brasil. “No hay ninguna traba formal ni argumentos sanitarios para el trancazo. Tampoco está claro en qué parte del ministerio se tomó la decisión de parar los pedidos”, publicó el rotativo sin especificar el nombre de su fuente en la UVC.

La misma persona dentro del gremio comercial aprovechó para recordar que “no somos los únicos afectados por estos trancazos sin explicación formal a la importación, pues nosotros con estas compras a Brasil buscamos presionar para que el precio del pollo baje”. El año pasado -continuó hilando el rotativo- el Sistema de Información de Precios al Consumidor presentó un informe en el que señaló que el precio de tres marcas de pollo monitoreado en comercios registró un mayor índice de variabilidad que los cortes de carne y que es acompañado por movimientos sincronizados en los precios monitoreados (las tres marcas suben y bajan más o menos al mismo tiempo).

Precisamente, la propia UVC sugirió que pudo existir manipulación de precios en conjunto por parte de los principales actores de la industria. Entre otras cosas se señaló que, actualmente, tres grandes empresas controlan más del 80 por ciento de la producción de la industria avícola uruguaya. Sin embargo, en los últimos años, todas las denuncias por prácticas anticompetitivas presentadas ante la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia han sido archivadas.

Al mismo tiempo que se revivían estas insinuaciones, el secretario de la Cámara Uruguaya de Procesadores Avícolas, Carlos Steiner, aseguraba al diario El Observador que “es muy relativa la incidencia que pudiera significar las 120 toneladas anuales que se podrían importar desde Brasil, dado que en Uruguay se venden 85,000 toneladas de pollo al año en el mercado interno”. Pero lo más preocupante es el tema del contrabando, según Steiner. Explicó que el producto está ingresando en forma ilegal y notoria en los departamentos de Artigas, Salto, Paysandú, Cerro Largo (especialmente en Frayle Muerto), Rivera, entre otros. “Esta situación ha provocado una fuerte caída en la venta del producto nacional”, puntualizó.

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