Análisis de alimentos balanceados: ¿cuáles y cuántos?

Una parte esencial de cualquier programa de nutrición es garantizar que el alimento que se suministre a las aves cumpla con los objetivos y especificaciones de la fórmula correspondiente. Pero, hay tres preguntas que requieren de atención: ¿Qué análisis deben realizarse? ¿Qué alimentos e ingredientes deben analizarse? ¿Con qué frecuencia deben realizarse dichos análisis?

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Una parte esencial de cualquier programa de nutrición es garantizar que el alimento que se suministre a las aves cumpla con los objetivos y especificaciones de la fórmula correspondiente. Para abordar esta preocupación, las empresas avícolas tienen su propio laboratorio de control de calidad o contratan a uno independiente que les dé análisis de confirmación. Hay, por lo tanto, tres preguntas que requieren de atención:

• ¿Qué análisis deben realizarse?
• ¿Qué alimentos e ingredientes deben analizarse?
• ¿Con qué frecuencia deben realizarse dichos análisis?

Con frecuencia, lo que se pasa por alto es qué hacer con los resultados. Debe considerarse como una inversión el programa de control de calidad, con el objetivo de aumentar la eficiencia de la producción. La acumulación de números en archivos de datos sin un plan para usar esta información que mejore la calidad del alimento es una pésima inversión. Es evidente que cuesta dinero el efectuar análisis de laboratorio, además de que la mayoría de los laboratorios de las empresas avícolas funcionan con un presupuesto relativamente fijo. Es por eso que es un factor de primordial importancia ver hacia dónde se debe centrar la atención. Cada análisis que se realice debe tener valor, aunque no necesariamente uno inmediato. La tradición, o sea, decir que "siempre lo hemos hecho así", no es justificación para realizar los análisis.

¿Alimentos o ingredientes? 

Es bastante razonable analizar periódicamente el alimento terminado para confirmar que se han satisfecho o no los objetivos nutricionales del alimento. ¿Cuenta con el nivel especificado de proteína, está correcta la relación calcio:fósforo, etc.? Este tipo de análisis es útil para confirmar si se fue satisfactorio, aunque es menos útil para identificar la causa de fallas o para indicar en dónde se pueden hacer mejoras.

Para ilustrar esto, si una muestra de alimento no cumple con los objetivos, ¿qué podemos concluir? Que quizás no es adecuado el tiempo de mezclado para producir un alimento homogéneo, que necesitan ajustarse las básculas, que es inadecuado el procedimiento de muestreo (¿quién creería factible que en el millón de gramos de una tonelada de alimento, cada gramo podría tener la misma composición?), ¿cuál de los diez o más ingredientes en particular podría no tener la calidad prevista? Conviene hacer ocasionalmente análisis de los alimentos mezclados, pero por lo regular sólo como una indicación general. Un resultado insatisfactorio confirma que hay problemas, pero generalmente sin identificar la causa de los mismos. Es más efectivo monitorear constantemente la calidad de los ingredientes por separado, confirmar los niveles de adición a la mezcladora y verificar con cierta periodicidad la uniformidad de la mezcladora.

¿Qué análisis realizar? 

Aunque es de interés hacer análisis proximales completos para definir la composición del alimento balanceado o de los ingredientes, por lo general aumenta los costos (y el tiempo del técnico), al tiempo que contribuye muy poco a la calidad final de alimento. Entre los ejemplos evidentes de datos con muy poco valor se encuentran las cenizas (es decir, minerales) de los granos y la fibra cruda de la harina de soya; esta última es en buena parte irrelevante, pues está inversamente relacionada a la proteína de la muestra, que desde luego se va a determinar.

Cada ingrediente tiene su propia historia que contar: ¿cuáles de los diversos componentes químicos que tiene son importantes para el óptimo desempeño del ave, cuáles son perjudiciales y cuáles tienen mínima importancia? Estas consideraciones, más el costo de procedimientos específicos, van a empezar a definir la estructura del programa de control de calidad.

Cada laboratorio tiene su propia estructura de costos; evidentemente el que cuente con equipo NIR va a ser diferente del que trabaje con procedimientos analíticos tradicionales. El nutriólogo o nutricionista y el gerente del laboratorio deben abordar juntos los puntos listados anteriormente, con el objetivo de eliminar o reducir los análisis que tengan menos impacto en la calidad del alimento (y en el desempeño del ave). El objetivo es ponerle más atención a aquéllas áreas que son más críticas y de vez en cuando añadir nuevos ensayos, cuando se necesiten. Los avances en tecnología han reducido la complejidad de algunos ensayos que antes no eran factibles de realizar a escala limitada. El gerente del laboratorio necesita del apoyo del nutricionista para obtener satisfactoriamente el presupuesto que le permita aprovechar tales oportunidades.

Frecuencia de los análisis 

Por lo regular, es un error realizar mes tras mes los mismos análisis y con la misma frecuencia. De entre las razones de aumentar o disminuir la frecuencia de un análisis de ingredientes se encuentran:

1. Constancia: Si hay poca variación en la composición de un ingrediente, el nutricionista tiene más confianza en los valores que utiliza en la formulación de las dietas. De esta manera, se puede reducir el número de análisis. Si todos los días sale el sol por el oriente, ¿para qué confirmarlo? Es sorprendente ver cuán a menudo sucede esto. Y a la inversa, si se observan variaciones importantes en un ingrediente, se necesitan más ensayos para garantizar la precisión de la matriz utilizada en la formulación.

2. Importancia práctica: Posiblemente no vale la pena documentar grados modestos de variaciones. Por ejemplo, supongamos que cambia en 2 por ciento el contenido de grasa de la harina de carne y hueso y que se usa 4 por ciento de este ingrediente en el alimento. El cambio en la energía metabolizable de la dieta sería: 7700 kcal/kg X 0.02 X 0.04 = aproximadamente 6 kcal. En contraste, un cambio del 1 por ciento en la humedad del maíz cambia la energía metabolizable del alimento (si suponemos un uso del 60 por ciento) de 20 kcal (3400 kcal/kg X 0.60 X 0.01). Pocos nutricionistas ajustan la energía metabolizable del maíz cada vez que cambia la humedad en 1 por ciento. En comparación, si el contenido de fósforo (P) del mismo nivel de uso (4 por ciento) de la harina de carne y hueso se reduce de 5 por ciento a 3 por ciento, el alimento resultante va a tener 0.08 por ciento menos P disponible, lo que fácilmente podría llevar a problemas del esqueleto.

3. Condiciones locales: El cambio de un proveedor de ingredientes, las modificaciones del procesamiento de un ingrediente e incluso el cambio de estación de un año podrían justificar un aumento en la frecuencia del análisis. Un ejemplo es la llegada de una nueva cosecha de maíz. Una vez lograda la medición de la constancia de los parámetros nutricionales clave, se puede regresar a la frecuencia normal del análisis.

4. Cómo ayudar a un proveedor: Es del interés tanto del programa de nutrición como de los proveedores responsables que los ingredientes contengan el máximo de nutrientes con una mínima variación entre embarques. Desafortunadamente, no todos los proveedores son igual de responsables. De cualquier forma, es muy probable que la empresa avícola tenga mejores capacidades analíticas que el proveedor. Hay muchos ejemplos de compañías de alimentos balanceados que ayudan a los proveedores a mejorar la calidad de sus productos, lo que así aumenta el valor para ambas partes.

Laboratorios externos 

Para aquellos ensayos que son difíciles, que llevan tiempo o que sólo se necesitan ocasionalmente, es útil mantener el contacto con laboratorios comerciales que se especialicen en tales análisis. Un ejemplo es la prueba del inhibidor de tripsina en la harina de soya. A menos que se realice el ensayo con cierta regularidad, es difícil garantizar la precisión de los resultados. Los ensayos in vivo con digestibilidad de nutrientes son otro excelente ejemplo. Con frecuencia, los proveedores de ingredientes mandan a hacer dichos ensayos para sus clientes principales a un costo bajo o gratis. Estos laboratorios, que se especializan en ensayos in vivo, como la digestibilidad de energía metabolizable y aminoácidos, a menudo ayudan a las empresas avícolas mediante la realización de estas evaluaciones.

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Cada laboratorio tiene su propia estructura de costos; el que cuente con equipo NIR va a ser diferente del que trabaje con procedimientos analíticos tradicionales.

Objetivo general 

La decisión final de analizar alimentos balanceados y sus ingredientes depende del efecto que cada ensayo en particular tenga sobre la calidad final del alimento. Algunos ensayos tienen aplicación inmediata en la formulación, mientras que otros sirven para establecer un registro histórico en el que se basen las decisiones tomadas en formulación o compras. Al realizar sólo ensayos que tengan un valor definible, se pueden asignar de mejor forma el tiempo y los recursos. El programa de control de calidad debe ser dinámico, basado en consideraciones lógicas y en última instancia, que contribuya a un mejor desempeño del ave.

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