Comienza el otoño boreal: hora de reforzar bioseguridad

Para afrontar este drástico cambio en las condiciones climáticas, las aves silvestres en Norteamérica se desplazan hacia América Central, las Antillas y Suramérica, lo que podría convertir a estos animales en vectores del virus de la influenza aviar que a principios de año azotó al sector avícola norteamericano.

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FREEIMAGES.COM/Asif Akbar
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Oficialmente, el comienzo de la estación otoñal en el Norte está fijado para el día 21 de septiembre, mes que coincide con una sensible baja en las temperaturas en Canadá y Estados Unidos, lo cual antecede a la llegada formal del invierno (21 de diciembre). Para afrontar este drástico cambio en las condiciones climáticas, las aves silvestres en Norteamérica se desplazan hacia América Central, las Antillas y Suramérica, lo que podría convertir a estos animales en vectores del virus de la influenza aviar que a principios de año azotó al sector avícola norteamericano.

Ante esta coyuntura, el Consejo Nacional del Pollo (NCC, por sus siglas en inglés), organismo consultor estadounidense, publicó una serie de recomendaciones para los avicultores de ese país -que bien podrían ser observadas por sus colegas en otras latitudes- “en preparación para el resurgimiento potencial de la influenza aviar altamente patógena cuando las aves silvestres comienzan a migrar hacia el sur desde Canadá”. De acuerdo con el NCC, estos serían los principales principios de bioseguridad avícola frente a este fenómeno natural:

  • Limitar a los visitantes en la granja y reducir al mínimo el tráfico a pie.
  • Evitar el contacto con la naturaleza y las aves de corral.
  • Evitar el intercambio de maquinaria agrícola.
  • Tener un lugar limpio y funcionando de pies en cada entrada a la nave de pollos.
  • Asegurar que todos los visitantes o personal han desinfectado el calzado, o tienen un nuevo calzado antes de entrar en una casa o establecimiento.
  • Hacer fuentes de alimentos y agua seguros, que estén cubiertos y libres de contaminantes, lo que limita la atracción de aves salvajes y plagas.
  • Tener señalización oficial indicando claramente que la granja es una zona de bioseguridad y que cualquier ingreso no autorizado está estrictamente prohibido.
  • El empleo de plagas eficaz y prácticas de gestión de las aves silvestres.
  • Entrenar adecuadamente a los agricultores, granja y personal de la empresa en materia de bioseguridad y prevención de enfermedades.

“La aplicación rigurosa de los principios de bioseguridad será esencial para prevenir la introducción de la enfermedad en las operaciones avícolas. Sé que cada industria se ha estado preparando de manera similar. Al mantener esta fuerte colaboración y el intercambio de lecciones aprendidas, estoy seguro que vamos a estar en un lugar mucho mejor este año”, comentó el presidente de NCC, Mike Brown, quien agregó que “estas prácticas están destinadas a ser aplicables a una amplia variedad de entornos de producción, y para servir como una lista de recomendaciones a los agricultores y el personal asociado”.

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