¿Algo para las avícolas latinas con el tratado TTP?

Solamente tres países latinoamericanos hacen parte de las doce naciones con las cuales Estados Unidos de América negoció durante siete años el recientemente anunciado Tratado de Asociación Transpacífico, iniciativa que pretende contrarrestar el poderío comercial chino en esta importante cuenca mundial.

FOTER | petercooperuk
FOTER | petercooperuk

Solamente tres países latinoamericanos hacen parte de las doce naciones con las cuales Estados Unidos de América negoció durante siete años el recientemente anunciado Tratado de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés para Trans-Pacific Partnership), iniciativa que pretende contrarrestar el poderío comercial chino en esta importante cuenca mundial.

Dichos países latinoamericanos son México, Chile y Perú, que en el ámbito de la producción avícola exportadora tienen un protagonismo bastante heterogéneo. México es un gran consumidor y productor de estos alimentos, pero también un destacado importador, sobre todo, de carne de pollo estadounidense; por consideraciones sanitarias, no es un gran exportador para el mercado norteamericano, soslayando breves episodios como el actual que es fruto de un nuevo brote de influenza aviar en EUA.

Caso contrario es el de Chile, uno de los países más abiertos en materia comercial y que de tiempo atrás exporta carne de pollo y pavo, entre otros alimentos, a los Estados Unidos y Canadá, incluyendo productos procesados con alto valor agregado. El mayor productor y exportador latinoamericano de carne de pollo, que es Brasil, no hace parte del TTP, ya que no cuenta con costas sobre el océano Pacífico. Perú es todavía un exportador incipiente, centrado todavía en satisfacer la creciente demanda local de carne de pollo, pues se trata de uno de los mayores consumidores per cápita del mundo.

Si bien uno de los puntos más álgidos que dificultaron la demora en la negociación del TTP fueron el proteccionismo de algunos socios relevantes como Japón y Nueva Zelanda para sectores agrícolas como el arroz y los lácteos, se calcula que la liberación de aranceles para el agro en los doce países involucrados será globalmente del 20 por ciento.

Se destaca, en materia avícola, la apertura que Canadá se comprometió a hacer del dos por ciento de su mercado para huevos y carnes de pollo y pavo, una oportunidad que por motivos logísticos y sanitarios se cree será aprovechado por los avicultores estadounidenses y no tanto por los chilenos, a pesar de contar estos últimos con las condiciones de bioseguridad necesarias. El TTP solamente podrá entrar en vigencia plena cuando sea refrendado por los congresos de cada país, y ese trámite en Estados Unidos apenas comenzará en 2016. Sin embargo, analistas consideran que cuando entre en vigor, EUA se beneficiará con el acceso a nuevos mercados, normas de inspección más simples y menores impuestos.

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