El manejo del CO2 en la incubadora

Cómo puede mejorarse el desarrollo del embrión del pollito si se monitorea el oxígeno en la incubadora y nacedora, así como otros parámetros.

Debido a que la cáscara de huevo es poroso y es mucho menor la concentración de CO2 en el ambiente, éste se difunde fuera del huevo | Foto cortesía de Pas Reform
Debido a que la cáscara de huevo es poroso y es mucho menor la concentración de CO2 en el ambiente, éste se difunde fuera del huevo | Foto cortesía de Pas Reform

El aire fresco y seco contiene aproximadamente 78 por ciento de nitrógeno (N2), 21 por ciento de oxígeno (O2) y 0.04 por ciento de dióxido de carbono (CO2). No obstante, aunque el oxígeno es un requisito para la vida y esencial para una buena incubación, rara vez se monitorean los niveles de oxígeno dentro de las incubadoras y nacedoras, ni se mide el O2 como parámetro para ajustar el abastecimiento de aire fresco mediante ventilación.

Por el contrario, el CO2, que es el subproducto del metabolismo embrionario, es el que por lo general se monitorea y mide para proporcionar perfiles de ajuste de ventilación durante la incubación.

Oxígeno y bióxido de carbono

Justo después de la postura, la albúmina de un huevo contiene una cantidad considerable de CO2, la mayor parte presente como bicarbonato. Debido a que la cáscara o el cascarón de huevo es poroso y es mucho menor la concentración de CO2 en el ambiente, éste se difunde fuera del huevo, lo cual resulta en un incremento del pH de la albúmina así como su licuación, ambos necesarios para preparar al huevo para la incubación.

Conforme este proceso de difusión pasiva del CO2 del huevo continúa durante el almacenamiento y en los primeros días de incubación, aumentará gradualmente la concentración de CO2 dentro de la incubadora cerrada por completo. Mientras más fresco está el huevo, más rápido aumenta y más alta es la acumulación de niveles de CO2. Ya que es muy lento el metabolismo del embrión y por lo tanto, su demanda de O2 durante los primeros 10 días de incubación, el aumento gradual de CO2 a más de 1 por ciento no obstaculiza el desarrollo metabólico del embrión.

Un estudio realizado por Bruggeman et al. (2006) mostró que, debido a varios mecanismos de amortiguación, los embriones de pollos de engorde pueden tolerar un aumento gradual de 1.5 por ciento de CO2 al día 4 de incubación, mantenido hasta el día 10. Sin embargo, un estudio de ponedoras blancas de Hongbin Han et al. (2011), mostró resultados negativos al aplicar 2 por ciento vs. 0.03-0.05 por ciento durante los primeros 4 días, lo cual indica una mayor sensibilidad al CO2.

Humedad relativa

El hecho de que el aire fresco no entre a la incubadora durante los primeros 10 días de incubación puede ser benéfico para la uniformidad de la temperatura, lo cual depende del tipo de incubadora. Sin embargo, no es sólo la concentración de CO2 la que aumenta (en una incubadora no ventilada). Esto también se aplica a la humedad relativa, lo cual resulta en una tasa reducida de pérdida de peso del huevo durante los primeros 10 días, que debe compensarse durante la última parte del período de incubación al imponer una configuración sumamente baja de humedad relativa. 

El riesgo de una humedad relativa baja de manera tan poco natural durante los últimos días en la incubadora es que el agua se vaya a evaporar del tejido embriónico, que a esas alturas se encuentra directamente debajo de la superficie de la cáscara.

Ventilación

Después del día 10-12, el metabolismo del embrión aumenta exponencialmente y aumenta la necesidad de O2, y por ende la producción de CO2. Es comúnmente aceptado que en este periodo, la tasa de ventilación de la incubadora deba aumentar de manera gradual. Es innecesaria la sobreventilación, pues puede resultar en un exceso de actividad de los humidificadores, en un intento por mantener la humedad relativa en el punto de configuración. La tasa de ventilación en este periodo se puede afinar sin peligro a un nivel máximo de CO2 de 0.4 por ciento.

Consejos prácticos

  • Asegúrese que el aire de la cámara de aire limpio de la incubadora (y de la nacedora) contenga un máximo de 0.09 por ciento de CO2.
  • Revise y cambie con regularidad los filtros en la unidad de manejo de aire.
  • Evite o minimice la recirculación de aire "usado".
  • Asegúrese que los sensores de CO2 en la incubadora (y en la nacedora) estén calibrados correctamente para la altitud de la incubadora. Si se calibra para el nivel del mar, utilice un factor de corrección o una configuración diferente.
  • Recuerde que sellar la incubadora durante los primeros días de incubación no sólo aumenta el nivel de CO2, sino también el porcentaje de HR.
  • Comience a ventilar la incubadora de forma gradual, preferentemente no después del tercer día de incubación. Afine la ventilación posterior al día 10 a 12 en una concentración fija máxima de CO2.
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