Se descentraliza la industria mexicana del huevo

La industria mexicana del huevo implementa algunas medidas, como la desconcentración, que ayuden a aliviar el problema de la influenza aviar. Los resultados se verán en los próximos años.

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México cuenta con instalaciones de vanguardia y muy competitivas, pero también las hay con instalaciones antiguas. Foto cortesía de Proan.
México cuenta con instalaciones de vanguardia y muy competitivas, pero también las hay con instalaciones antiguas. Foto cortesía de Proan.

A raíz de los brotes de influenza aviar de 2012, hay un antes y un después en la historia de la avicultura mexicana. No obstante, ya han pasado cinco años del último brote y parece no haber salida al problema.

¿A qué se debe? Durante una entrevista en la conferencia de la International Egg Commission (IEC) en Montecarlo, Mónaco, su presidente César de Anda opina que no fue una mala decisión el haber vacunado, pues fue la única que se tuvo en ese momento.

En contraparte a México, EUA eliminó 40 millones de aves con un costo de más de mil millones de dólares. “Ojalá nosotros hubiéramos podido hacer lo mismo, pero era imposible, porque eran casi cien millones de aves en el centro del país, con lo que literalmente México se hubiera quedado sin huevo”.

César de Anda, empresario mexicano de huevo y presidente de la IEC dice que la industria avícola de México busca reinventarse, aunque ojalá fuera más rápido

César de Anda, empresario mexicano de huevo y presidente de la IEC dice que la industria avícola de México busca reinventarse, aunque ojalá fuera más rápido. Foto de Benjamín Ruiz.

¿Por qué no ha habido avance?

Una teoría es que el avicultor se sintió cómodo, ya que la vacuna más o menos funcionaba, y a pesar del enorme costo y el problema del manejo, se controlaba el problema.

Pero si el virus muta entonces, "es un desgaste tremendo, que al país lo degrada enormemente. Si México tuviera una calificación sanitaria – tipo Standard & Poor's – ya nos hubieran bajado varios grados la calificación en material sanitaria”.

México debe dar un buen ejemplo en el aspecto sanitario. El problema ahí está; los avicultores viven con él, controlado con vacunación.

Reubicación de la industria del huevo

“La industria avícola de México ha buscado reinventarse”, dice de Anda. “Pero, ojalá hubiera sido con mucha más velocidad”.

Comenta que “en aquel entonces, el Secretario de Agricultura, Francisco Mayorga, nos abrió las puertas para encontrar una salida más rápida al problema de la influenza aviar, que fue de Seguridad Nacional. En esas reuniones se insistía en la necesidad de reubicar a la avicultura nacional, descentralizarla de las zonas de producción, como Jalisco y Puebla”. La idea era construir instalaciones en zonas libres que en ese entonces no estaban pobladas con gallinas o pollos.

Por desgracia, la industria avícola de México ha sido lenta en esa toma de decisiones “y eso ha costado mucho dinero”.

Hay algunas compañías que han tomado la decisión de invertir fuera de sus zonas normales de producción y paulatinamente se ha descentralizado.

“Quizás cinco años tarde, pero poco a poco se ha hecho. Creo que en otros cinco años, se empezará a notar la diferencia en México”, señala de Anda.

La industria del huevo se está yendo al centro del país, a estados como San Luis Potosí, o al norte en el estado de Chihuahua; también ha migrado al sureste, a los estados de Campeche y Tabasco, zonas que tradicionalmente no eran de producción avícola. Esto indica que en diez o veinte años, la avicultura en México habrá cambiado de distribución, y sobre todo se habrá desconcentrado.

Es fácil hacer avicultura en México

México ha sido tradicionalmente fuerte en producción avícola, pues ha llegado a ser el cuarto productor de pollo del mundo, y es el sexto productor de huevo del mundo.

Hay todo un mosaico de empresas. Las hay de avanzada, con instalaciones de vanguardia y muy competitivas, pero también las hay con instalaciones de treinta o cuarenta años de antigüedad.

“Es relativamente fácil hacer avicultura en México”, confiesa de Anda. “Hay todas las facilidades de proveeduría, de integración, incluso más que en algunas zonas de Estados Unidos”.

Pérdida de competitividad

Podrá ser fácil hacer avicultura en México, pero se topa con la problemática sanitaria de la influenza aviar. Jalisco ha perdido competitividad, y como bien señala César de Anda “está destinado a renovarse o morir”. Si no evoluciona Jalisco, el estado de mayor produción avícola de México, si no se reubican las instalaciones de las empresas avícolas y regresan a los estándares de productividad que tenían antes, van a pasar tiempos muy difíciles.

César de Anda cree que tanto la industria, como el gobierno, tienen que “comprometerse a hacer un plan de un plazo de diez años, en el que volvamos a poner a la avicultura en el nivel de competitividad que estaba antes”. Hoy en día, México no lo tiene, mientras que otros países sí lo han hecho. El plan debe mirar allende las fronteras.

La exportación como objetivo

México no es nada más importante por el volumen de producción o el consumo de huevo y pollo. Su ubicación geográfica también lo hace muy competitivo. Pero, ¿qué ha pasado con la exportación?

México debe volcarse a la exportación. Claro que, ante la caja de Pandora abierta por el gobierno de EUA, está la perspectiva incierta del Tratado Libre de Comercio de Norteamérica.

En las negociaciones que se den, “México debe aprovechar la oportunidad de insistir en entrar con productos a Estados Unidos”. Si EUA quiere renegociar – después de veinte años en que México no ha podido exportar productos avícolas – debe acordar, con todos los elementos y fundamentos, que el pollo, huevo y ovoproductos mexicanos entren al mercado de ese país.

Aunque son buenos los mecanismos de entendimiento que la industria avícola mexicana tiene con la estadounidense y han funcionado para resolver controversias, implica también responsabilidad de parte de la industria y de las autoridades mexicanas.

Se va a precisar del trabajo conjunto de la Unión Nacional de Avicultores y sus miembros, de las empresas interesadas en exportar, de Senasica y de Sagarpa, para que México aproveche estas negociaciones.

César de Anda, también empresario, considera que por el momento hay que concentrarse en el mercado más improtante para México, que es EUA. Después, se podrá pensar en Europa o el Medio Oriente.

“Nuestra empresa tiene veinte años exportando a Japón, pero si pudiéramos exportar a Estados Unidos sería diferente”.

Ejemplo de otros productos agropecuarios mexicanos

“En la avicultura tenemos que seguir ejemplos que han sido exitosos”, comenta de Anda. Hay productos que le llevan ventaja a los avícolas, como la carne de cerdo exportada a Japón, o la labor digna de alabar de los productores mexicanos de aguacate, el tequila o la cerveza que se exportan a todo el mundo.

El empresario y presidente de la IEC estima que la avicultura mexicana vale más de diez mil millones de dólares, por el valor agregado. Al no exportar al menos el 10 por ciento de ese valor “entonces no es una industria preparada y aunque digamos que somos una industria competitiva, líder a nivel mundial, ejemplo en consumos, buena productividad, empresas de vanguardia, extraordinaria comercialización, novedosa publicidad en las calles – no estamos completos”.

México precisa tener una política de estado de largo plazo para fomentar los productos agropecuarios.

¿Se acerca el tope de consumo de huevo en México?

Con poco más de un huevo diario por mexicano al año de consumo, de Anda dice que desde hace muchos años el sector se ha preguntado hasta dónde llegará el consumo. Y cuando se cree que se llegó al tope, se vuelve a incrementar.

Ya hace un tiempo que no se incrementa sustancialmente. Sin embargo, “soy optimista, de que sí se va a incrementar. Vamos a tener algún día la sorpresa de ver que llegamos a los 400 huevos al año”.

Pero ¿cómo? Mediante variedad de oferta, con diferentes presentaciones y ovoproductos. No con el mismo producto.

Lea el reporte completo en Industria Avícola Junio 2017.

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