La industria porcina de México recibió un fuerte golpe

Después del anuncio en abril del brote de H1N1 en México, el consumo de carne de cerdo cayó significativamente, por varias razones

Ed Clark Headshot

A la semana después del anuncio del 23 de abril del brote de H1N1 en México, el consumo de carne de cerdo recibió un fuerte golpe, ya que los negocios estuvieron cerrados, lo cual incluyó a restaurantes y cines. Los eventos públicos también se cancelaron en un esfuerzo por contener la propagación de la enfermedad. Pero, para mediados de mayo, conforme disminuía el número de nuevos casos de influenza, los negocios y la vida económica, excepto el turismo, regresaban a la normalidad.

En México, la industria porcina representa aproximadamente el 25% del sector total de la ganadería (junto con el ganado lechero). Rabobank calcula que hay entre 1 millón y 1.2 millones de cerdas en producción en el país, lo que resulta en una producción de 1.2 millones de toneladas métricas de carne de cerdo.  El consumo promedio per cápita está alrededor de los 15.4 kg al año. México es un importante importador de carne de cerdo, principalmente de EUA. Pero México también exporta carne de cerdo, primordialmente a Japón y Corea, y en menor escala a EUA. Estos mercados continuaron abiertos después del brote de H1N1. En 2008, las exportaciones mexicanas de carne de cerdo generaron $320 millones de dólares en ventas.

En el ámbito nacional, la fabricación de alimentos, es decir de jamones, embutidos, etc. representan aproximadamente el 20% del mercado. El jamón, que se consume ampliamente, mostró una contracción inicial moderada en la demanda durante el período en que estuvieron en vigor las medidas de emergencia de la H1N1. La industria espera que el consumo de jamón regrese rápidamente a los niveles normales, dada su popularidad en sándwiches. Para estos productos, el precio es el factor más importante que influye sobre el consumo.

Aunque sin lugar a dudas, parte de la caída en el consumo está relacionada con que el consumidor se rehúsa a comer carne de cerdo por miedo a la contaminación, una parte importante de la caída puede también atribuirse al cierre de restaurantes, suspensión de eventos públicos y a la disminución del turismo. Los restaurantes y vendedores ambulantes (es decir, los puestos de tacos) representan una proporción grande de la venta de carne de cerdo.

 

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