Mejoramiento de métodos sobre sanidad avícola en Argentina y Brasil

Un proyecto de sanidad avícola financiado por la Unión Europea y el Mercosur caracterizó cuatro patógenos que merman la producción avícola y creó métodos diagnósticos comunes entre Argentina y Brasil. Esta investigación surgió como proyecto hace cuatro años atrás a través de una convocatoria del Ministerio de Ciencia y Tecnología para la Plataforma Biotecsur, generada por el gobierno argentino a través de una financiación europea para realizarse a través del Mercosur, bloque integrado por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay.

Esta investigación surgió como proyecto hace cuatro años atrás a través de una convocatoria del Ministerio de Ciencia y Tecnología para la Plataforma Biotecsur, generada por el gobierno argentino a través de una financiación europea para realizarse a través del Mercosur, bloque integrado por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay.

"Las cuatro enfermedades son producidas dos por bacterias y dos por virus, considerados bastante peligrosos porque merman muchísimo la producción avícola", dijo Télam Ariel Pereda, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria y coordinador de la cadena aviar del proyecto Biotecsur.

"Las dos enfermedades producidas por virus son Newcastle e influenza aviar, en tanto las dos causadas por bacterias son la salmonelosis de las aves y la campilobacteriosis", importante causa de intoxicación alimentaria en humanos, describió.

El proyecto "consistió en capacitar a los cuatro países para generar un criterio diagnóstico similar y decir detectamos con el mismo idioma veterinario en una red de especialistas en patología aviar, además de analizar también cómo esos patógenos estaban distribuidos en cada país del Mercosur", precisó Pereda.

En consecuencia, se aplicarán "técnicas biotecnológicas para la caracterización molecular de esos agentes patógenos teniendo la `huella digital` para rastrearlos, lo cual sirve para generar a futuro vacunas específicas para la región y tomar medidas para controlar estas enfermedades", indicó el investigador.

El Sr. Pereda informó que: "Brasil es el primer exportador mundial de pollos y, sumado a Argentina, el bloque constituye el primer exportador y productor del mundo, que desplazó al sudeste asiático como principal productor hasta la aparición de la influenza H1N1, que hizo decrecer la producción de Vietnam, Camboya y China". La producción del bloque, detalló, va a Sudamérica, Europa, países árabes, Rusia y, en menor medida, a Centroamérica.

"La enfermedad de Newcastle no sólo afecta la producción sino que cierra los mercados, las aves se deben decomisar y no sirven para consumo en Argentina", definió el biotecnólogo.

Con el fin de investigar la presencia del virus, el Servicio Nacional de Sanidad Animal, SENASA, realiza vigilancia epidemiológica de la Newcastle a través de un muestreo de pollos en faena, de gallinas de postura comerciales en las granjas y de gallinas de raza y aves de ornamento en ferias.

"Sin embargo, la Newcastle, que Argentina erradicó con vacunación, no es una zoonosis transmisible al hombre, y apenas produce una conjuntivitis en el animal", señaló Pereda.

Respecto a la influenza aviar, afirmó que si bien "no pasa a los humanos" saber qué tipo hay en el país "permite saber más sobre influenza porcina y su evolución en los animales, y su potencial en la aparición de nuevas pandemias".

"Argentina ha tenido un papel fundamental en la pandemia, ya que fue el segundo país en encontrarla en animales y el primero del mundo en encontrar que, en los porcinos en particular, el virus pandémico está cambiando", evidencia que "nos han aceptado hace poco en una publicación internacional", indicó.

En cambio, salmonella y campilobacter "son enfermedades que sí tienen que ver con la salud humana. zoonosis trasmitidas por ejemplo por utilizar el huevo en la mayonesa, y, aunque en la actualidad no representa una barrera arancelaria, estamos adelantándonos a cualquier medida restrictiva", dijo.

El trabajo involucró al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina, INTA, con sus unidades experimentales de Balcarce y Concepción del Uruguay, y el Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias, en Castelar.

Además de integrar a una empresa privada, Laboratorios de Lamerc, que realiza diagnósticos y genera biológicos para vacunas, el proyecto sumó a la uruguaya Universidad de la República, con las facultades de Ciencias y Medicina; el Servicio Nacional de Seguridad Alimentaria de Paraguay, y la Universidad Federal de Río Grande do Sul, en Porto Alegre, Brasil.  

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