Unos meses atrás me preguntaba en este mismo blog por qué la cadena productiva avícola dejaba por fuera el eslabón del cultivo de maíz y soya, materias primas del alimento balanceado.
Por lo menos en Colombia, no ha sido por falta de interés. Hace poco más de cinco años, el entonces holding Contegral (hoy Grupo Bios) compró 20,000 hectáreas para sembrar, a través de Aliar-La Fazenda, de la cual es propietaria en un 40 por ciento.
Esos cultivos se siguen dando, pero están lejos de sustituir las abrumadoras importaciones. A pesar de germinar en territorio propio, la tonelada de este maíz vale más del doble de la importada. En abril, Jaime Liévano, presidente de Aliar, se quejaba de tener todavía 15,000 toneladas sin vender de la cosecha anterior.
Con el nuevo rol de Cargill en Colombia como productor avícola a raíz de su reciente compra de Pollos El Bucanero, mi inquietud parece recobrar vigencia. Pollos El Bucanero integró casi todos sus procesos: importa granos, fabrica concentrados, realiza levante, beneficia aves y produce derivados avícolas con valor agregado.
Falta el eslabón perdido del que ya hemos hablado. Donde parece que poco ha avanzado el Grupo Bios (propietaria de Operadora Avícola), podría esperarse un mejor resultado con el tándem Cargill-Bucanero. Previamente, Cargill se había convertido en propietario de 130,000 hectáreas en territorio colombiano; mucha tierra solo para galpones y factorías.
Un área interesante, que si se multiplica por 6 o 7 toneladas de rendimiento, ya pondría una quinta parte del grano que hoy importa la avicultura colombiana. Con la experticia de Cargill, es probable que logren las eficiencias necesarias para hacer rentable y competitiva esta hipotética explotación.
Vale aclarar que este es un ejercicio especulativo, pues la nueva dirección de El Bucanero no ha entregado más detalles, pero basados en “evidencia circunstancial” poderosa, no es difícil intuir ese y otros movimientos futuros.
Allí estaría la consolidación de El Bucanero como primer productor nacional en el mediano plazo (hoy es segundo), seguir creciendo su parte en la torta del mercado (es del 11 por ciento), gestionar nuevas adquisiciones y tal vez emprender la compartimentación para poder exportar pollo y derivados, pues la presencia endémica del Newcastle frena esa posibilidad y la zonificación anunciada desde hace varios años podría tardar por lo menos otro lustro.
