El productor de huevo más grande de Latinoamérica

Proteína Animal, SA de CV, el mayor productor de huevo de México y Latinoamérica, y el segundo del mundo, mejor conocida como PROAN o por su marca Huevo San Juan, es una empresa fundada en 1954, ubicada en San Juan de los Lagos, en la zona de Los Altos del estado de Jalisco, un poblado muy conocido también por ser el segundo lugar de mayor peregrinaje en el país, por la virgen de San Juan de los Lagos.

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Manuel Romo, director general, PROAN, said that domestic competition and adoption of the best technologies have helped the Mexican egg industry be competitive on world markets.
Manuel Romo, director general, PROAN, said that domestic competition and adoption of the best technologies have helped the Mexican egg industry be competitive on world markets.

Proteína Animal, SA de CV, el mayor productor de huevo de México y Latinoamérica, y el segundo del mundo, mejor conocida como PROAN o por su marca Huevo San Juan, es una empresa fundada en 1954, ubicada en San Juan de los Lagos, en la zona de Los Altos del estado de Jalisco, un poblado muy conocido también por ser el segundo lugar de mayor peregrinaje en el país, por la virgen de San Juan de los Lagos.

Industria Avícola tuvo la gran oportunidad de visitar las instalaciones de la empresa y de poder entrevistar a su director general, Don Manuel Romo. Con gran humildad, nos relata que su padre “en ese año de 1954 había hecho varios negocios en la época en que la avicultura se comenzaba a fincar en el país, se interesó y comenzó en la actividad. Cuando llegaron las primeras 500 pollitas, que eran una novedad y eran muchísimas, yo tenía unos 7 años de edad. Su pasión fue siempre la industria pecuaria”.

Empresa multiproteínas  

PROAN abarca muchas áreas: aves, cerdos y leche, es decir, es una empresa multiproteínas, lo que les da una capacidad de cobertura muy amplia, una forma de estar en el mercado muy interesante, que los posiciona como una empresa global. “De hecho el nombre de Proteína Animal precisamente sale de ahí, de comercializar, diversificar la producción de origen animal” nos señala Don Manuel. La integración avícola es total, ya que además de ser socios de Hy-Line, tiene incubación, crianza, rastro, planta de alimentos balanceados con una producción de 4,000 toneladas diarias y planta de ovoproductos. Asimismo, tienen desde campos agrícolas, planta de empaques y una terminal férrea, hasta programas de reforestación, tratamiento de aguas residuales y reciclaje de papel y PET.

Crecimiento y obstáculos  

La producción de huevo ha tenido un crecimiento constante, siguiendo siempre las necesidades del mercado. “Nuestro crecimiento se origina en la demanda y no en la oferta de nuestros productos, nuestros clientes y nuestra capacidad financiera nos indican el momento de crecer”. Al camino no le han faltado obstáculos que franquear. “A través de los años ha habido muchos problemas a los que nos hemos enfrentado; todos hemos pasado una crisis económica tras otra. En el caso de los créditos, las devaluaciones nos afectaban seriamente. Los mayores problemas fueron lo que pasaron hace unos 15 años con la crisis mexicana conocida como efecto tequila y cuando había una fuerte intervención del estado, de los controles de precios, que regulaban las compras de insumos. “En ese tiempo teníamos que hacerlo a través de Conasupo [organismo estatal] y el compromiso era mantener el producto a determinado precio, lo cual se prestaba a muchos problemas de burocracia y baja competitividad” nos cuenta Don Manuel Romo.

“Aunque respetábamos las leyes, era la lentitud, los trámites que se tenían que hacer y todo eso que resultaba desalentador. En la crisis económica de 94, que nos llevó a serios problemas, había que importar nuestros insumos y pagarlos en dólares, mientras que nuestro producto valía en pesos. Pero, a pesar de la crisis financiera, logramos salir adelante”.

Producción de huevo  

La empresa tiene un total de 25.2 millones de gallinas ponedoras en producción. Con esta impactante cifra, PROAN se coloca entre los grandes del mundo, solamente superado, según nuestras estadísticas, por Cal-Maine Foods, en EUA , con 28 millones. Tienen 21 complejos de gallinas en producción con un promedio de un millón doscientas mil aves, aunque hay granjas que tienen hasta 1.5 millones.

Don Manuel nos dice: “Nunca hemos intentado ser la empresa más grande del mundo. Nada más queremos trabajar y producir”. Pero los números hablan claro, no son el más grande del mundo, pero si el segundo, y desde luego el mayor productor de Latinoamérica.

Manejan granjas con una sola edad, con el sistema de “todo dentro-todo fuera”, que aunado a las medidas de bioseguridad, llevan un muy buen control. La zona de Los Altos no tiene tanta humedad, como otras partes, por lo que ha sido un lugar de condiciones adecuadas para la producción avícola.

De la gallina al supermercado  

En la Granja Los Cedros pudimos observar que todo el procedimiento está automatizado por completo. Directamente de las gallinas, los huevos van por bandas automáticas hasta el centro de clasificación y empaque, donde primero separan el huevo roto para que no ensucie a otros más adelante en el proceso. La máquina seleccionadora procesa 500 cajas/ hora de huevo ya empacado. El promedio del peso de huevo es de 63 gramos. Cuentan con impresoras que sellan cada huevo: “Así garantizamos la inocuidad [y rastreabilidad] del producto” nos explica Gabriel Padilla, encargado de este centro. Lleva el número de la granja, el número de impresora y el día consecutivo del año.

No todas las granjas cuentan con proceso de clasificado, en la mayoría el proceso es un poco más sencillo pero aun automatizado con empacadoras. Este es un claro ejemplo de la apuesta de PROAN.

En el área de empaque es donde uno se da cuenta que nadie toca el producto con las manos; el único que se toca es el que viene roto. Las cajas una vez empacadas pasan a la báscula dinámica, ya que al cliente se le vende por peso, no por pieza. “Si el cliente quiere cajas de piezas de 58 g, eso es lo que se le manda”, concluye satisfecho el Sr. Padilla. Luego, se pone la fecha de impresión, el día que salió, la fecha de caducidad y el peso, código de barras y número de lote. Al cargar en los camiones, se hace un mapa de cómo se estiba. “Sabemos con el número impreso, quién lo empacó, qué día se empacó, y de qué granja es” nos señalan.

Este huevo al día siguiente en la mañana está en los supermercados de la ciudad de México, o el mismo día en ciudades más cercanas. Huevo San Juan se distribuye en 28 de las 32 entidades federativas de México. Todo en unas limpísimas, impecables, ordenadas y controladas instalaciones.

Rastro  

El rastro procesa 30 millones de gallinas al año. Es único en su tipo en cuanto a volumen y tipo de procesos, sobre todo el deshuese. Esto le ha aumentado el valor a la gallina de desecho de 50 centavos a $10 pesos por ave (unos 4 a 70 centavos de dólar). Es un valor residual interesante para algo que no lo tenía. Buena manera de integración y aprovechamiento.  “Antes se complicaba mucho la venta de estas gallinas por el tiempo en desalojar la granja y en cobranza por venderse a un mercado de tipo informal”, nos comenta Alberto Romo, Director de Nuevos Negocios.

roductos con valor agregado  

El impresionante Centro de Proceso es una planta Tipo Inspección Federal, donde se fabrican ovoproductos con valor agregado, tanto líquidos como sólidos, tales como yema de huevo con glucosa y yema con sal, o albúmina deshidratada.

Está dividido en el área gris, donde llega la materia prima y el área blanca, que es el resto de la planta donde se procesa con flujos de aire de presión positiva para evitar la contaminación exterior. En esta planta se recibe el huevo en cascarón sucio donde se lava, se quiebra, se separa en clara o yema, o se procesa entero como producto final. Para deshidratar se envía a otra planta.

Aquí se procesa solamente producto líquido pasteurizado, dirigido al mercado nacional para panificación, mayonesas, pastas, confitería, restaurantes, etc. Desde un galón hasta una camión cisterna de 40 mil litros. Va para grandes procesos, desde los pequeños panaderos, hasta empresas como Unilever (para Hellmann’s), Bimbo o Wal-Mart. “Todo esto es institucional, por el momento nada de este producto está en anaquel, son materias primas para procesos industriales” nos comenta Benjamín de León.

Nuevos productos en puerta  

PROAN es una empresa inquieta, está en la búsqueda constante de qué hacer con su producto estrella: el huevo. El famoso huevo cocido o huevo duro es otra línea que ya va a empezar a salir al mercado. “Es sencillamente una comida lista para consumir, muy nutritiva” señala el Sr. de León. Es un empaque con dos huevos cocidos enteros, para el consumo directo, como un snack. La máquina lo cuece, enfría, pela y envasa, en presentación de 2 piezas.

Ya están en planes de empezar en León, Guanajuato, en la cadena mexicana de tiendas de conveniencia Oxxo. Todo listo para empezar a abrir mercado y de ahí a toda la república. La idea es que quien lo compre, abra el empaque y le ponga sal, mayonesa, ketchup o chile que tiene la tienda. Depende del consumidor y su gusto. Esta planta cuenta con tecnología italiana, francesa y danesa, y con la certificación ISO 22000, 499 de SAGARPA, sistema de calidad HACCP y autorización Kosher.

Consumo de huevo: el milagro mexicano  

México es el mayor consumidor de huevos per cápita en el mundo: 1 huevo al día por habitante. Mucha gente pregunta qué es lo hacemos los mexicanos, cómo es posible que comamos tanto huevo. La respuesta es multifactorial. Este producto avícola es tradicional en la dieta mexicana. También está la cuestión del precio. “Cuidamos el precio que se ha manejado en los últimos años. En México, el precio de huevo al público es más bajo que el que hay a nivel mundial. La eficiencia y la mejora de los sistemas de producción ha hecho que los precios sean bajos y muy atractivos para mejorar la dieta: es la proteína animal más barata y la de mejor calidad. Es una buena alternativa para la población media del país”.

Prueba de esto es que prácticamente no hay importaciones de EUA, aun compartiendo frontera. “Es realmente una protección natural de nuestros vecinos socios comerciales”. Esto beneficia al consumidor, lo que ha incrementado también el consumo. Además, hay una buena red de distribución: se consigue con facilidad.

Nos comenta Alberto, “es curioso observar que en épocas de crisis aumenta el consumo de huevo, como sucedió en la crisis del 95 o en la de la influenza H1N1”. Lo que ha ayudado en gran medida es que es un producto limpio y de precio asequible.

¿Salir de compras al extranjero?  

Considerando el paso que dio Bachoco hace poco de incursionar en el mercado estadounidense con la compra de OK Foods, le preguntamos a los Sres. Romo sobre su participación más allá del mercado nacional, no en exportar, sino a la compra parcial o total de empresas en el extranjero. “No lo hemos descartado, si las circunstancias se dieran probablemente sería una posibilidad” nos dice Don Manuel. “Estratégicamente puede ser un buen movimiento para avanzar como negocio, si tomamos en cuenta que tenemos un acuerdo comercial con Norteamérica. Yo creo que eso es lo que hace que se vea interesante, como una estrategia”. Alberto Romo afirma que “sí, es algo que tenemos contemplado hacer en algún momento”.

Don Manuel considera que “otra razón también interesante es examinar ciertos mercados, como el de mexicanos e hispanos que viven en EUA, que ya es un mercado muy grande”; quizás dirigirse a la nostalgia de productos o marcas nacionales.

Desafíos en el futuro  

Un gran problema para el avicultor en un país como México que es importador neto de granos son los altos costos. “Creo que es preocupante que los granos lleven a que nuestro producto se encarezca y nuestro mercado no responda de la misma manera”.

En la parte sanitaria, “tratamos de estar fuertes, pero el riesgo no deja de existir; por muy estrictas que sean las medidas de bioseguridad, no deja de ser un peligro latente. Estamos muy atentos para evitar cualquier contacto, por el gran volumen que se maneja, pues el riesgo aumenta”, dice Don Manuel.

¿Listos para la globalización?  

PROAN básicamente se ha concentrado en el mercado nacional. “Yo creo que tenemos un país abierto, que nos ha traído beneficios porque hemos importado tecnologías, la automatización, la productividad se ha mejorado mucho. Tenemos un socio comercial tan grande como EUA que es uno de los principales productores de aves, y estamos técnicamente abiertos con ellos. Podemos decir que sí estamos preparados”.

Un buen indicio de esto son las exportaciones. Por ejemplo, del rastro se exportan canales, crestas, patas y alas que suman el 15 por ciento de la producción, principalmente a Asia y África. En cuanto a huevo en cascarón, “vamos a cerrar 2011 con la exportación de 7 mil toneladas de huevo fresco a 10 países africanos, y a países del Medio Oriente como Dubái y los Emiratos Árabes Unidos; ya hicimos la primera exportación a Irán y también a Hong Kong”. Como empresa, seríamos el cuarto país exportador de huevo en cascarón en el mundo” comenta Alberto Romo. “EUA es el principal exportador, con 70 mil toneladas al año; es una aventura interesante de Latinoamérica de exportaciones avícolas junto con Brasil, Argentina” o Chile.

Segundo en el mundo o primero de Latinoamérica, PROAN está dando la batalla duro, para desempeñar aún mejor el papel que tiene en la industria avícola mundial.

Lo importante de este puesto es su independencia. “Las decisiones que tomamos como Médico Veterinario Responsable Autorizado en Establecimientos Tipo Inspección Federal son totalmente independientes de la gerencia de cualquier establecimiento; la única guía que tenemos es la Ley Federal de Sanidad Animal y las Normas Oficiales Mexicanas aplicables”, nos comenta el Dr. Miguel Pérez Mora, Médico Veterinario Responsable Autorizado en Establecimientos Tipo Inspección Federal del Centro de Proceso de PROAN. 

La categoría Tipo Inspección Federal puede estar en riesgo por incumplimiento de la mencionada ley y las Normas Oficiales Mexicanas aplicables. Depende del riesgo para que se le dé un plazo para solucionar la desviación o para cerrar de inmediato. 

“Definitivamente es un reto, pues algunas normativas están aplicadas al proceso sanitario de la carne y hay que ajustarlas a los ovoproductos” señala el Dr. Pérez. 

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