Los Teques: del servicio de alimentos a la avicultura

La empresa avícola Los Teques es una compañía bastante joven: apenas cumplió ocho años de operaciones. Como todas las empresas, inició con una operación pequeña, más que todo con la idea de suministrar pollo a sus restaurants.

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El Lic. Rodolfo Cisneros, presidente de Los Teques, SA de CV, de El Salvador
El Lic. Rodolfo Cisneros, presidente de Los Teques, SA de CV, de El Salvador

La empresa avícola Los Teques es una compañía bastante joven: apenas cumplió 8 años de operaciones. Como todas las empresas, inició con una operación pequeña, más que todo con la idea de suministrar pollo a sus restaurantes. Es decir, a partir del tenedor, llegaron a la granja. La empresa también se dedica al servicio de alimentos en grandes industrias.

“El objetivo era el de tener una opción más económica de pollo, fue lo que motivó nuestra operación” nos comenta el Lic. Rodolfo Cisneros, presidente de Los Teques. Y es que en El Salvador, la proteína de la carne de pollo, es la que más gusta. En la actualidad cuentan ya con 150 empleados que laboran en granjas, planta de sacrificio y fábrica de concentrados.

Aunque su nivel de integración es grande, aún compran pollitos de un día, tanto a Criaves en El Salvador, como a Areca en Guatemala. La mitad de sus granjas son de ambiente controlado y la otra mitad de producción tradicional. “Obviamente, las de ambiente controlado dan una ventaja competitiva, porque tiene una mejor conversión y costo por libra”, señala el Lic. Cisneros.

Las granjas están distribuidas por edades y están separadas, en diferentes puntos del país, pero a poca distancia entre unas y otras, así como también de la planta procesadora, distancias que no llegan a superar los 50 km.

Restaurantes y servicio de alimentos

“Nosotros tenemos restaurantes y cafeterías populares. Nos dedicamos a darle alimentación a empresas que tienen gran cantidad de personal. Tenemos contrato con una empresa que tienen 14,000 empleados, a la que le suministramos un poco más de la mitad de la alimentación de mediodía y desayuno. Y uno de los platos favoritos es el pollo” hace énfasis el Lic. Cisneros.

El punto interesante de esta empresa, es que entraron a la avicultura estando en un negocio al final de la cadena y vieron la necesidad de suministrar el producto, para verticalizarse hacia atrás.

Pero claro, una vez hecha esta integración, encontraron que el equipo estaba subutilizado, así que se iniciaron en la comercialización de los productos en mercados y supermercados.

El más 'pollón'

Los Teques cuenta con una planta de sacrificio, así como con un sistema de distribución en supermercados y mercados, bajo la marca de Pollo Campeón y el lema “Pollo Campeón, más fresco, más pollón”. Además venden productos deshuesados en presentaciones de bolsa y bandeja, así como también pollo entero y pollo cortado en piezas en bolsas de 6 a 32 piezas o bandeja de una libra. “La tendencia en los supermercados de El Salvador es la venta de pollo entero, pero al consumidor le gusta ya bastante el pollo cortado en piezas” comenta Don Rodolfo. Otros de los productos que tienen es la carne molida de pollo y menudos de pollo (patas, pescuezos, hígados y mollejas).

La producción anual de la empresa está en el orden de los dos millones de pollos. “Hemos ido despacio para tener cierta sostenibilidad” añade el Lic. Cisneros.

Procesamiento, inocuidad y distribución

La planta procesadora se encuentra exactamente en la parte media del país, lo cual les permite distribuir de oriente a occidente, a San Salvador y a la parte norte que colinda con Honduras. Es una ubicación estratégica. Es por eso que, con la producción de lo que necesitaban para sus operaciones no era rentable, por lo que había que incursionar en los mercados y supermercados capitalinos, para lo cual se tecnificaron más. De esta forma, reciben inspecciones constantes de parte del Ministerio de Agricultura y Ganadería, tienen un delegado de inocuidad de alimentos, que constantemente verifica el pollo que pasa por la cadena. “El producto nuestro está completamente inspeccionado, libre de todo tipo de enfermedades. Así pudimos penetrar a la cadena de Supermercados Selectos del país, que tiene 90 supermercados” nos señala Don Rodolfo.

En El Salvador, el 95 por ciento del pollo se consume fresco. “La tendencia del consumidor es comer el pollo sacrificado el día anterior, en el momento que llega al supermercado. Con más de tres o cuatro días, sale fuera”. En el momento en que se terminan los pedidos, vuelven a suministrar, de tal forma que todo el pollo sea fresco en el supermercado.

Pollo fresco vs. congelado

Pero la situación con el pollo importado de Estados Unidos es diferente, ya que viene congelado, quizás de varios meses “y obviamente se pierden las propiedades organolépticas”. El consumidor salvadoreño se da cuenta que el pollo es importado.

Nos comenta el Lic. Cisneros que “con la asociación de avicultores, tanto los colegas de las empresas avícolas salvadoreñas grandes, como nosotros, insistimos en el punto de que le ponen pollo fresco americano y en realidad no es pollo fresco, es pollo descongelado”.

“Vienen congelados como piedra, en furgones refrigerados, que van sacando conforme lo van necesitando en el supermercado”. Pero, como en todos lados, el problema aquí es que, debido a la gran producción que tiene EUA, el precio del muslo-pierna es más barato. Todo el pollo importado se vende en los supermercados, porque normalmente son estos establecimientos los que lo importan.

En El Salvador el precio de la pechuga tiene un valor más alto que el muslo-pierna. “Creo que influye también el muslo-pierna de pollo americano que anda alrededor de unos US$1.05 a US$1.10 la libra en los supermercados, contra US$1.50 a US$1.60 la libra de pollo fresco, lo cual es una diferencia sustancial”.

El pollo es amarillo en todo El Salvador. El consumidor, especialmente en los mercados, así lo prefiere. En los supermercados, todo el pollo entero se vende embolsado, pero la bolsa no permite ver el color del pollo, ya que normalmente las bolsas son amarillas o rojas para a veces dar ese tono. Pero en los mercados, la gente le gusta verle la piel al pollo. “Lo que entonces sucede, es que a veces rompen la bolsa y lo exhiben con un poco de hielo para que la gente vea el color del pollo” nos comenta Don Rodolfo.

Al pollo muy blanco, la gente en El Salvador lo llaman “pollo chelve”, y generalmente no gusta. Y volvemos al pollo importado, que evidentemente viene blanco. Tiene que tener coloración, por lo que el maíz amarillo es de gran ayuda.

Segmentación del mercado

La segmentación del mercado es algo que tienen muy claro en Los Teques. El pollo lo sacan al mercado entre los 34 y 40 días, con un promedio de 37 días, con un peso de entre 4.50 y 5 libras. Este tamaño no precisamente es el que gusta en el mercado nacional, sino que es el óptimo en cuanto a eficiencia. Pero lo que sucede es que necesitan sacar tres tamaños: el de 40 días, con un peso de 5.5 a 6 libras, luego un pollo de 4.20 libras y finalmente uno pequeño, de 3.70 a 3.80 libras, que es el de mayor consumo, por cuestiones del poder adquisitivo. El 70 por ciento del mercado corresponde a la clase trabajadora.

A los supermercados, acude el consumidor de mayor poder adquisitivo, por lo que compra pollos más pesados e incluso piezas que tienen mayor cantidad de carne y mayor costo.

Los desafíos que enfrentan

Hay varios desafíos. En primer lugar ha sido, como en todo el mundo, la materia prima, tanto  el maíz como la soya, que han incrementado mucho su precio. “Cuando hace 8 años iniciamos este negocio, un quintal de concentrado nos costaba alrededor de 12 dólares; hoy anda alrededor de los 28”, dice el Lic. Cisneros. Como bien nos señalaba, aunque se le explique al consumidor, el bolsillo no le alcanza. Los márgenes de operación en las utilidades de la empresa se han ido acortando, particularmente debido a que en esta industria el alimento forma más del 70 por ciento del costo total.

En la parte sanitaria, después de ver el impacto y los fuertes desafíos a los que México se ha enfrentado, en El Salvador, como en toda empresa de Centroamérica, están conscientes de que no están exentos de enfermedades. Tienen que apostar por la bioseguridad y evitar cualquier tipo de contaminación.

Alimentos balanceados

En la actualidad, la planta de concentrados de Los Teques produce entre 550 y 600 toneladas al mes de alimentos balanceados, de uso exclusivo para sus granjas. Hasta ahora, no venden alimento a terceros. La planta está completamente equipada. Importan las materias primas directamente de Nueva Orleans, tanto el maíz como la soya. En ocasiones, compran el maíz nacional, cuando los precios son razonables. Pero, al igual que la mayoría de los países de Mesoamérica, el maíz blanco es parte de la dieta alimentaria de todo el pueblo, por lo que es un producto que escasea. La ventaja de comprar maíz amarillo de Estados Unidos es la coloración que brinda al pollo, por lo que pueden llegar a prescindir de las xantofilas.

Hacia dónde va Los Teques

En Los Teques tienen en la mira mejorar la eficiencia de las operaciones y en tener una mejor conversión a través de tecnología. “Puede ser una empresa muy grande y no ser rentable o muy poco rentable, entonces creo que ha sido el momento ahora de mejorar en tecnología y la eficiencia, en todos los aspectos de frío y de procesos para dar un producto de óptima calidad, y después pensar en un crecimiento” nos comenta el Lic. Cisneros.

En cuanto a las exportaciones hay posibilidades a nivel centroamericano, como  probablemente Nicaragua, o en el Caribe, como República Dominicana, Haití o incluso Cuba o Venezuela. Pero las mejores opciones siguen siendo en el mercado local.

“Pero, por eso enfatizo que es bien importante la calidad y la eficiencia, porque puede ser una empresa pequeña o grande, pero si no tiene una buena calidad y se es eficiente, de nada le servirá crecer”.

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