La Oficina de Estudios y Políticas Agrarias del Ministerio de Agricultura y Ganadería de Chile publicó a finales de enero su informe sobre la producción total de cárnicos en esta nación transandina durante 2013. Según este despacho, la actividad avícola chilena -en cuanto a generación de carne- apenas creció 0.6 por ciento en la vigencia anterior.
En el contenido del mismo documento llama la atención el crecimiento presentado en las importaciones de esta proteína, que llegaron a contabilizar 73,948 toneladas, cifra que configura un aumento de 4,649 toneladas frente a lo comprado por el país austral en 2012.
Una realidad distinta se vivió en el ámbito de las exportaciones, toda vez que los envíos de carne de ave durante el periodo enero-diciembre del año pasado mostraron un retroceso anual de 4.5 por ciento; "situación que se ha mantenido estable durante los últimos meses, ya que la baja se produjo en el mes de agosto tras la detección de dioxinas".
En un análisis más específico para las distintas carnes de aves, la oficina ministerial señaló que "la producción de broiller fue la única que registró una pequeña alza (1.8 por ciento), mientras que gallinas y pavos mostraron bajas (13.7 por ciento y 5.5 por ciento, respectivamente).
