Cadena colombiana de pollo frito ahora usa empaques biodegradables

Como un nuevo factor diferenciador en el competido mercado colombiano de comidas rápidas, la compañía Frisby cambió sus empaques por unos elaborados a partir del bagazo de la caña de azúcar. "Eso implica que el 80 por ciento de nuestros empaques son más responsables con el medio ambiente."

Como un nuevo factor diferenciador en el competido mercado colombiano de comidas rápidas, la compañía Frisby cambió sus empaques por unos elaborados a partir del bagazo de la caña de azúcar. “Eso implica que el 80 por ciento de nuestros empaques son más responsables con el medio ambiente. Carvajal (productora colombiana de papeles y pulpas) es nuestro socio en esto”, comentó Nohora García, gerente de mercadeo de Frisby, al diario económico Portafolio.

El novedoso material para estos empaques viene libre de químicos y se imprime sobre ellos con tintas vegetales biodegradables. De esta manera, la marca deja atrás el cartón que se usaba tradicionalmente. Todas las cajas y canastillas usadas en los restaurantes y en los domicilios tienen estas nuevas características. Las servilletas también están hechas con materiales reciclados, sin blanqueadores químicos, lo cual le da unos colores particulares.

La cadena Frisby, una de las dos más grandes expendedoras de pollo frito en Colombia, tiene la meta de abrir 23 restaurantes nuevos este año, de los cuales ya inauguró once en el primer semestre. En total, la organización posee 189 restaurantes en 33 cabeceras municipales. Se estima que en cada punto de venta la inversión para su montaje es de 500 millones de pesos (US$255,000), con la generación por local de 25 empleos nuevos. “En el primer semestre del año, la cadena cerró un semestre récord en facturación, con un crecimiento de 18 por ciento”, puntualizó la funcionaria.

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