La agricultura se impone como tema preponderante en el G20

Esta semana en Paris, los ministros de agricultura del G20 acordaron una estrategia de acción para enfrentar la volatilidad de los precios agrícolas y prevenir futuras crisis alimentarias. Este fue un escenario histórico de gran transcendencia, ya que es la primera vez que la agricultura es el actor principal y único en la agenda del G20 que congrega a las economías más desarrolladas y emergentes del mundo, las cuales representan 77% de la producción mundial de granos y 80% del comercio mundial de productos agrícolas.

Esta semana en Paris, los ministros de agricultura del G20 acordaron una estrategia de acción para enfrentar la volatilidad de los precios agrícolas y prevenir futuras crisis alimentarias. Este fue un escenario histórico de gran transcendencia, ya que es la primera vez que la agricultura es el actor principal y único en la agenda del G20 que congrega a las economías más desarrolladas y emergentes del mundo, las cuales representan 77% de la producción mundial de granos y 80% del comercio mundial de productos agrícolas.

El ministro de agricultura francés, Sr. Bruno Le Maire, manifestó: “Hoy es un gran día, hemos logrado un acuerdo histórico, lejos de las declaraciones de principio, este compromiso contiene medidas concretas”. Las cuales, Sr. Le Maire espera que se pongan en acción prontamente, ya que así la aplicación de este acuerdo beneficiará a la población lo más rápido posible.

En el marco de este significativo encuentro, los ministros elaboraron un documento de colaboración conjunta donde se redactó un plan de acción bajo los siguientes pilares fundamentales: mejorar la información y la transparencia de los mercados, una coordinación política internacional para evitar las crisis alimentarias, reducir los efectos de la volatilidad en los precios para los más vulnerables, y regular los mercados financieros agrícolas.

Además, los ministros de agricultura se han comprometido a mejorar la producción y la productividad del sector que deberá alimentar a 9,000 millones de personas en 2050, por lo que habrá que aumentar la producción actual en 70% de manera sustentable con el medio ambiente.

Esta temática tiene un alcance de urgente debido a que el problema de la seguridad alimentaria, luego de las crisis de 2007 y 2008, no está resuelto, como lo demuestran el aumento de los precios de los commodities como el trigo que ha pasado de 140 euros la tonelada en julio de 2010 a 280 euros en febrero pasado, para caer a 225 euros actualmente.

Con respecto a este último tópico, el ministro de agricultura estadounidense, Sr. Tom Vilsack subrayó “el consenso, lo que demuestra es una unidad histórica para tratar de resolver los desafíos presentes del hambre y la volatilidad de los precios de los commodities”.

Por su parte, el ministro brasileño de la cartera, Sr. Wagner Rossi, señaló “la volatilidad de los precios, compensa en parte lo que perdimos en el pasado, y sólo se puede combatir con el aumento de la producción de alimentos". Por esto, indicó “hay que estar preparado para aumentarla. Tenemos más de 120 millones de hectáreas de tierras degradadas que pueden y deben ser reincorporadas al proceso productivo y ambiental".

Referente al tema de la transparencia de los stocks, materia susceptible para India y China debido a que estiman que esta información es estratégica, el G20 se limitará a establecer un sistema de información sobre los mercados, denominado “Sistema de Información del Mercado Agrícola”, AMIS, que estará bajo el amparo de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO. El AMIS, es una base de datos que prevé estimular a los países a compartir y mejorar los sistemas de información existentes de manera voluntaria. Esto con el fin, de tener una base de datos internacional sobre la producción, consumo y existencias de materias primas agrícolas. De esta forma se podrá enfrentar más fácilmente las crisis alimentarías, prevenir medidas de retorsión comercial, reducir los efectos de la volatilidad de precios de las materias primas para la población más vulnerable y regular los mercados financieros.

La FAO y el Programa Mundial de Alimentos tendrán un papel protagónico especial en el control estadístico del sector, pronosticando la incidencia de sequías o fenómenos climáticos y reservas de alimentos existentes en el planeta. Ambas entidades tendrán un rol significativo en el AMIS, y en las iniciativas para atenuar el sufrimiento en zonas particularmente golpeadas por diversas razones.

Al respecto, el director general de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, Jacques Diouf, se entusiasmó con los progresos obtenidos durante la reunión del G20. Además, agregó “No quisiera excederme en el optimismo, pero creo que por fin se ha logrado concientizar a los países de economías poderosas de la necesidad de cerrar filas y enfrentar el problema de la hambruna con responsabilidad y perspectiva”.

Finalmente, el ministro de Agricultura de Francia, Sr. Bruno e Maire, consideró “se trata de una victoria de la comunidad internacional contra el hambre y un éxito que seguramente compartirán las comunidades agrícolas”.

Las medidas adoptadas durante esta reunión son ambiciosas, las cuales prevén disminuir la volatilidad de los precios agrícolas a través de pautas y desafíos concretos como el desarrollo del sistema de base de datos internacional que permita el monitoreo de la producción, consumo y existencias de materias primas agrícolas en tiempo real, un mayor control de los mercados, y promover el aumento de la productividad agrícola.

En relación al tema, el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, aseguró “este acuerdo no va a impedir las variaciones de los precios, pero éstas serán más suaves".

Ha quedado de manifiesto que la agricultura fue, es y será un tema relevante para el desarrollo de humanidad, la cual está ocupando actualmente un papel preponderante en la agenda de las economías más poderosas del mundo. Esto debido a la mayor toma de conciencia de los países frente al preocupante panorama, donde la demanda mundial de alimentos ha crecido considerablemente ante la oferta, incitando un aumento progresivo de la necesidad de materias primas, provocando especulaciones y alta volatilidad en los precios, e incertidumbre ante futuras crisis alimentarias. La solución a esta problemática radica en la realización de acciones que contemplen como primordial fomentar el incremento de la productividad agrícola a nivel mundial. 
 

Esta semana en Paris, los ministros de agricultura del G20 acordaron una estrategia de acción para enfrentar la volatilidad de los precios agrícolas y prevenir futuras crisis alimentarias. Este fue un escenario histórico de gran transcendencia, ya que es la primera vez que la agricultura es el actor principal y único en la agenda del G20 que congrega a las economías más desarrolladas y emergentes del mundo, las cuales representan 77% de la producción mundial de granos y 80% del comercio mundial de productos agrícolas.

El ministro de agricultura francés, Sr. Bruno Le Maire, manifestó: “Hoy es un gran día, hemos logrado un acuerdo histórico, lejos de las declaraciones de principio, este compromiso contiene medidas concretas”. Las cuales, Sr. Le Maire espera que se pongan en acción prontamente, ya que así la aplicación de este acuerdo beneficiará a la población lo más rápido posible.

En el marco de este significativo encuentro, los ministros elaboraron un documento de colaboración conjunta donde se redactó un plan de acción bajo los siguientes pilares fundamentales: mejorar la información y la transparencia de los mercados, una coordinación política internacional para evitar las crisis alimentarias, reducir los efectos de la volatilidad en los precios para los más vulnerables, y regular los mercados financieros agrícolas.

Además, los ministros de agricultura se han comprometido a mejorar la producción y la productividad del sector que deberá alimentar a 9,000 millones de personas en 2050, por lo que habrá que aumentar la producción actual en 70% de manera sustentable con el medio ambiente.

Esta temática tiene un alcance de urgente debido a que el problema de la seguridad alimentaria, luego de las crisis de 2007 y 2008, no está resuelto, como lo demuestran el aumento de los precios de los commodities como el trigo que ha pasado de 140 euros la tonelada en julio de 2010 a 280 euros en febrero pasado, para caer a 225 euros actualmente.

Con respecto a este último tópico, el ministro de agricultura estadounidense, Sr. Tom Vilsack subrayó “el consenso, lo que demuestra es una unidad histórica para tratar de resolver los desafíos presentes del hambre y la volatilidad de los precios de los commodities”.

Por su parte, el ministro brasileño de la cartera, Sr. Wagner Rossi, señaló “la volatilidad de los precios, compensa en parte lo que perdimos en el pasado, y sólo se puede combatir con el aumento de la producción de alimentos". Por esto, indicó “hay que estar preparado para aumentarla. Tenemos más de 120 millones de hectáreas de tierras degradadas que pueden y deben ser reincorporadas al proceso productivo y ambiental".

Referente al tema de la transparencia de los stocks, materia susceptible para India y China debido a que estiman que esta información es estratégica, el G20 se limitará a establecer un sistema de información sobre los mercados, denominado “Sistema de Información del Mercado Agrícola”, AMIS, que estará bajo el amparo de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO. El AMIS, es una base de datos que prevé estimular a los países a compartir y mejorar los sistemas de información existentes de manera voluntaria. Esto con el fin, de tener una base de datos internacional sobre la producción, consumo y existencias de materias primas agrícolas. De esta forma se podrá enfrentar más fácilmente las crisis alimentarías, prevenir medidas de retorsión comercial, reducir los efectos de la volatilidad de precios de las materias primas para la población más vulnerable y regular los mercados financieros.

La FAO y el Programa Mundial de Alimentos tendrán un papel protagónico especial en el control estadístico del sector, pronosticando la incidencia de sequías o fenómenos climáticos y reservas de alimentos existentes en el planeta. Ambas entidades tendrán un rol significativo en el AMIS, y en las iniciativas para atenuar el sufrimiento en zonas particularmente golpeadas por diversas razones.

Al respecto, el director general de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, Jacques Diouf, se entusiasmó con los progresos obtenidos durante la reunión del G20. Además, agregó “No quisiera excederme en el optimismo, pero creo que por fin se ha logrado concientizar a los países de economías poderosas de la necesidad de cerrar filas y enfrentar el problema de la hambruna con responsabilidad y perspectiva”.

Finalmente, el ministro de Agricultura de Francia, Sr. Bruno e Maire, consideró “se trata de una victoria de la comunidad internacional contra el hambre y un éxito que seguramente compartirán las comunidades agrícolas”.

Las medidas adoptadas durante esta reunión son ambiciosas, las cuales prevén disminuir la volatilidad de los precios agrícolas a través de pautas y desafíos concretos como el desarrollo del sistema de base de datos internacional que permita el monitoreo de la producción, consumo y existencias de materias primas agrícolas en tiempo real, un mayor control de los mercados, y promover el aumento de la productividad agrícola.

En relación al tema, el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, aseguró “este acuerdo no va a impedir las variaciones de los precios, pero éstas serán más suaves".

Ha quedado de manifiesto que la agricultura fue, es y será un tema relevante para el desarrollo de humanidad, la cual está ocupando actualmente un papel preponderante en la agenda de las economías más poderosas del mundo. Esto debido a la mayor toma de conciencia de los países frente al preocupante panorama, donde la demanda mundial de alimentos ha crecido considerablemente ante la oferta, incitando un aumento progresivo de la necesidad de materias primas, provocando especulaciones y alta volatilidad en los precios, e incertidumbre ante futuras crisis alimentarias. La solución a esta problemática radica en la realización de acciones que contemplen como primordial fomentar el incremento de la productividad agrícola a nivel mundial. 
 

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