La avicultura latinoamericana en 2012 y 2013: años de volatilidad, crecimiento y consolidación

Para muchos avicultores latinoamericanos, 2012 fue un año que les gustaría olvidar: hubo mucha volatilidad y menores utilidades. Al iniciar el año, los avicultores tenían la esperanza de que la contracción que vieron en el último semestre de 2011 de los precios de granos y oleaginosas se mantendría, o por lo menos que se mantendrían estables dichos precios.

Para muchos avicultores latinoamericanos, 2012 fue un año que les gustaría olvidar: hubo mucha volatilidad y menores utilidades. Al iniciar el año, los avicultores tenían la esperanza de que la contracción que vieron en el último semestre de 2011 de los precios de granos y oleaginosas se mantendría, o por lo menos que se mantendrían estables dichos precios. No solamente no fue así, sino que los precios más bien subieron, llegando a niveles históricamente altos (véase la gráfica 1). Los movimientos de los tipos de cambio ayudaron a suavizar el impacto del alza en los precios de granos y oleaginosas, pero esto no fue suficiente. La esperada mejoría en la tasa de crecimiento de la economía mundial no se dio, debido en gran parte, a la situación europea y a la incertidumbre sobre la economía estadounidense por el “precipicio fiscal”. Como consecuencia, por segundo año consecutivo la economía global y las economías latinoamericanas crecieron menos que el año anterior, lo cual impactó negativamente el crecimiento de las exportaciones y la demanda nacional en varios países de nuestra región. Este 2012, fue también un año de conflictos comerciales y retos sanitarios.

Visión regional: crecimiento lento con pocas excepciones

Brasil - Desaceleración : Los dos grandes productores latinoamericanos, Brasil y México, se vieron particularmente impactados por la volatilidad en los mercados. En Brasil, según cifras oficiales, la producción de carne de pollo ha mostrado una tendencia hacia la baja, creciendo por debajo de los últimos años, e incluso por abajo del promedio de los últimos cinco años (véase la gráfica 2). La dificultad de aumentar los precios del pollo frente al aumento en las cotizaciones de los componentes de los alimentos balanceados, como por ejemplo el maíz, explica, en parte, el comportamiento deslucido de la producción de pollo (gráfica 3). Aunque en el segundo trimestre lograron mejorar los precios relativos del pollo frente al de los granos, el aumento de precios de las aves deprimió la demanda, ya que según el USDA el consumo nacional de pollo cayó en 1.6 por ciento. La pérdida del valor del real frente al dólar estadounidense vino a aminorar el impacto de los aumentos de los costos de producción.

El negocio internacional no ha dejado de tener sus complicaciones ya que, a mediados del año, Sudáfrica acusó a Brasil de prácticas desleales o sea “dumping” de pollo. No obstante un leve aumento en el volumen de exportaciones, según el Banco do Brasil, durante los primeros nueve meses del año, el valor de las exportaciones se contrajo en 5.2 por ciento.

Frente a la presión continua en los márgenes, la industria brasileña ha continuado el proceso de consolidación en 2012, tanto a través de fusiones como de adquisiciones. Averama, por ejemplo, se fusionó con BR Frango y JBS anunció en noviembre la adquisición de Agroveneto, lo que fortalece su participación en el sector avícola a través de JBS Aves.

México - Influenza aviar : Si bien en México la producción avícola mostró crecimiento (gráfica 4), se ha desacelerado la tasa de crecimiento a 0.6 por ciento anual, lo cual se compara desfavorablemente con el 2.5 por ciento promedio del mismo periodo durante los últimos años. Más aún, al entrar en la último trimestre de 2012 la producción mensual estuvo por debajo de la de 2011.

El avicultor mexicano, igual que sus colegas en otros países de América Latina, tuvo que enfrentar precios altos de granos y oleaginosas. De la misma forma, empezó el año con precios de pollo deprimidos en relación a los precios de alimentos balanceados. En el caso mexicano, el avicultor tuvo que enfrentar el impacto en negativo del precio y disponibilidad de los granos, debido la sequía. Sin embargo, el avicultor mexicano se vio limitado en su capacidad de subir los precios. Por un lado, las importaciones de pollo seguían fuertes, ya que durante los primeros nueve meses de 2012 crecieron 5.5 por ciento comparadas con el mismo período del 2011. Por otro, en términos de precios relativos, la carne de res le ofreció al consumidor mexicano una alternativa atractiva frente a la carne de pollo.

Aunque México es un importador importante de carne de pollo, ha habido interés en exportar, mediante la diversificación de mercados para maximizar utilidades. De 2007 a 2011 la industria avícola mexicana ha logrado incrementar las exportaciones de carne de pollo, pasando de 431.8 toneladas a 957.7, respectivamente. En 2012 se revertió esta tendencia, a pesar del crecimiento en las exportaciones a Angola, al caer los envíos a Hong Kong, Vietnam y los Estados Unidos.

A mediados de 2012 hubo un brote de influenza aviar. Estuvo concentrado esencialmente en el estado de Jalisco, en la zona de producción de huevo. Para contener y erradicar el brote se sacrificaron unos 22 millones de aves, seguido por un programa extensivo de vacunación. Lo anterior provocó una escasez de huevo en el país, situación que se normalizó a finales del año.

Después de casi un año y medio de que las empresas mexicanas Bachoco, Patsa y Buenaventura solicitaron al gobierno que iniciara una investigación de daño por “dumping” de carne de pollo procedente de los Estados Unidos, el gobierno dictaminó que sí hubo daño. No obstante el fallo, el gobierno no impuso aranceles compensatorios, afirmando que frente al problema de escasez del huevo, un arancel a la importación de carne de pollo perjudicaría a los consumidores. El gobierno manifestó su derecho de aplicarlos en el futuro, lo cual generó un elemento de incertidumbre en el mercado.

Colombia - Presión a utilidades : En varios países de la región latinoamericana los avicultores enfrentaban situaciones parecidas a sus colegas en México y Brasil. Colombia tuvo que enfrentar el reto, no solamente de la volatilidad de los mercados cambiarios y de granos, sino también el inicio del acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos. El acuerdo contempla una cuota sin arancel de cuartos traseros y la eliminación gradual de los mismos. Al principio del año venía fuerte el crecimiento de la producción, lo cual estuvo acompañado por un incremento del 20 por ciento en las importaciones. El aumento en la oferta de carne de pollo, en un mercado en el cual no se esperaba un aumento en la demanda, ha presionado hacia la baja los precios (gráfica 5) con el impacto negativo en las utilidades.

Argentina - Sigue creciendo : A principios del año, preocupados por el futuro de la industria, los productores argentinos se intranquilizaron por la eliminación de subsidios al precio del maíz que gozaban desde 2007. No obstante, sin los subsidios la industria seguía creciendo, con un incremento en el número de aves sacrificado hasta el mes de agosto en 10.8 por ciento, ligeramente por abajo del 10.9 por ciento de crecimiento durante los mismos nueve meses de 2011. El crecimiento de la producción no ha provocado una caída en los precios, más bien registraron su mayor crecimiento de los últimos años (gráfica 6), debido al incremento en las exportaciones y del consumo per cápita. Las exportaciones hasta septiembre fueron 9.3 por ciento mayores que durante los mismos tres trimestres de 2011. Cabe señalar que en términos de valor, el incremento fue de apenas 2.1 por ciento. El consumo de carne de pollo ha mostrado un crecimiento constante durante los últimos años: en 2003 el argentino consumía apenas 18 kg al año. Para 2012, el consumo per cápita ha alcanzado los 40 kg. Si bien ha crecido el consumo per cápita de pollo, el mismo crecimiento del precio del pollo y la inflación general en el país son puntos de preocupación hacia 2013.

2013: mejoría con riesgos

Empieza el año con un optimismo reservado. Los precios de los granos y las oleaginosas ya están por debajo de los históricamente altos registrados en el tercer trimestre de 2012 y se espera que al entrar la producción sudamericana se verá un movimiento sensible hacia la baja de las cotizaciones de estos insumos para los alimentos balanceados. Cabe señalar que las reservas, o sea los inventarios, de estos productos son bajas, por lo que los precios serán susceptibles a cualquier reducción en la producción esperada.

Las expectativas de crecimiento económico para la región son positivas, ya que el Fondo Monetario Internacional proyecta que la economía de América Latina y el Caribe crecerá 3.9 por ciento en 2013, comparado con el 3.2 por ciento en 2012. La mejoría económica puede llegar a apoyar el consumo nacional que, en muchos países, ha demostrado una desaceleración en la tasa de crecimiento.

Al desacelerar la tasa de crecimiento del consumo nacional en muchos países de la región, las exportaciones han llegado a desempeñar un papel cada vez más importante para las industrias avícolas de varios países de la región. Si bien el crecimiento económico global esperado es mejor que el de 2012, el incremento es más bien moderado, en el que pasa de 3.3 por ciento en 2012, a 3.6 por ciento en 2013, lo cual implica que no se puede esperar que el comercio internacional alcance un crecimiento dinámico. Las expectativas de que los tipos de cambio de los países latinoamericanos se apreciarán durante el año puede restar competitividad a la industria latinoamericana en el mercado internacional.

Se puede esperar que continuará la tendencia de reestructuración de la industria avícola alrededor de tres vertientes:

  1. Se espera que continúe la concentración vista en 2012 durante el año, alentada por empresas que buscan opciones de adquisiciones para mantener ritmos acelerados de crecimiento
  2. Habrá una mayor internacionalización de la industria avícola a través de operaciones e inversiones en mercados no nacionales
  3. La incorporación de productos de mayor valor agregado al portafolio comercial de las empresas avícolas grandes, que buscan mantener los niveles de utilidad con productos de mayores márgenes, frente a la desaceleración de la tasa de crecimiento del consumo en la región latinoamericana
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