Subproductos de origen animal brasileños para la avicultura

Hoy en día la industria del reciclaje animal de Brasil ha crecido, se ha desarrollado y profesionalizado para cumplir de lleno con las expectativas ambientales y nutricionales. La avicultura es uno de los principales consumidores de estos productos.

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(ABRA)
(ABRA)

En la producción animal, la eficiencia y la optimización en el uso de los recursos se han tornado en conceptos indispensables, junto con la sustentabilidad y la ecología o medio ambiente.

El reciclaje de subproductos de origen animal, o rendering, tiene una larga historia: desde los egipcios se extraían grasas para jabones. Y gracias a este reciclaje, hemos resuelto el gravísimo problema de qué hacer con todo lo que sobra del proceso de sacrificio, carnicerías, restaurantes, etc. Este reciclaje surgió antes de que se pusiera en boga la ecología. De hecho, los recicladores en EUA, por ejemplo, se hacen llamar "la industria invisible" y los "recicladores originales". Pocos saben de esto.

El sector del rendering brasileño

Sabemos que Brasil es un enorme productor de carne de res, cerdo y aves, y por lo tanto, cuenta con una enorme cantidad de subproductos para procesar. Cuando el sector vio la necesidad de un órgano representativo, se creó en 2006 la ABRA, (Associação Brasileira de Reciclagem Animal), Asociación Brasileña de Reciclaje Animal, que congrega a los principales productores independientes, es decir, cerca del 80 por ciento de la producción.

La ABRA es una organización sin fines de lucro cuyos miembros son empresas brasileñas de este sector. Su sede se encuentra en Brasilia y su misión es representan a los productores tanto en Brasil como en el exterior, además de ser responsable de la calidad, asuntos sanitarios y sustentabilidad del sector, sin dejar de destacar siempre su importancia económica, social y ambiental.

"Esta tarea, nos exige una profunda consideración, que nos impone el desafío de armonizar el crecimiento económico con la conservación de los recursos naturales", señala el Sr. Clênio Antônio Gonçalves, Presidente de la ABRA.

Algo interesante que han hecho es cambiar el viejo término en portugués "graxaria" (rendering) por el eufemismo de "reciclaje de subproductos de origen animal", que es más representativo de lo que realmente hace esta industria.

La ABRA representa al sector, realiza estadísticas, trabaja con las cámaras de productores, da asesoría legal sobre lo que afecta al proceso productivo de las grasas y harinas animales. Por otro lado, realiza estudios de mercado, participa en proyectos innovadores y premios en investigación científica, da apoyo técnico y cursos de capacitación, y certifica a proveedores y centros de compras para que garanticen el origen de los productos y faciliten la disponibilidad a bajo costo de insumos, aditivos y equipo utilizados en el proceso.

Además de todo esto, ABRA tiene un boletín y un fuerte programa de promoción de exportaciones.

Diagnóstico de la industria

"La ABRA amplió sus acciones, a través del I Diagnóstico de la Industria Brasileña de Reciclaje Animal, cuyos datos posibilitaron conocer mejor al sector y verificar cuáles son las áreas con carencias", dice el Sr. Gonçalves.

Con este diagnóstico del sector ha sido posible identificar el tamaño y la verdadera importancia del reciclaje animal en el gigante suramericano. Brasil cuenta con más de 500 empresas, cuyo principal mercado es el interno, pero están con miras a la exportación.

Las plantas brasileñas de reciclaje de subproductos de origen animal (rendering) producen harinas de carne y hueso, harina de plumas, harina de vísceras de aves, entre otros. De acuerdo con los datos presentados el año pasado por el Sr. José Eduardo Borges Malheiro, presidente ejecutivo de negocios de la ABRA, en 2013 Brasil procesó 7.279 millones de toneladas de subproductos de rumiantes, 4.582 millones de toneladas de subproductos de aves y 861,000 toneladas de subproductos de cerdo.

En la actualidad, el 60.9 por ciento de los subproductos brasileños de origen animal se destinan a la producción animal y el 11.7 por ciento a alimentos para mascotas. El resto va a jabones y biodiesel, principalmente. En el caso de las harinas, el 80.4 por ciento se destina a la producción animal y 16.3 por ciento a mascotas, y para las grasas, estas cifras cambian al 26.14 por ciento y 3.74 por ciento, respectivamente. Es decir, que la gran mayoría retorna a la misma cadena de carne como fuente de fósforo, calcio, proteína y energía.

En cuanto a las exportaciones, el 50.3 por ciento es de harina de carne y hueso, pero en lo que respecta a subproductos avícolas (harina de pluma, harina de pluma y vísceras, harina de ave y grasa de ave) se exportan el 13.2 por ciento. En Latinoamérica, Chile es uno de sus dos principales destinos y mucho después Argentina, pero con la tendencia a liberar las harinas de origen animal (como está sucediendo en Europa), en conjunto con la gran producción ganadera y avícola de este país, sin duda pronto veremos más de estos productos en otras partes de nuestra región.

Calidad de los subproductos de origen animal

"Ofrecemos una gran oportunidad de productos de muy buena calidad", comenta Lucas Cypriano, del Departamento Técnico de la ABRA. En Brasil han desarrollado procesos muy rápidos de recolección de los desechos, además de que tienen equipo de calidad para procesarlos. Lucas Cypriano añade que "se han puesto a disposición líneas de crédito a los procesadores para optimizar la calidad y el rendimiento de la planta con menor consumo de vapor y energía, y en consecuencia para un mejor control de calidad". Muchas de las plantas que operan en ese país tienen sistemas totalmente automatizados, que de alguna manera garantizan esa calidad.

Antes, no había una buena definición de las normas de calidad, por lo que se apoyaban en las normas de otros sectores. Pero en 2003, el Ministerio de Agricultura creó la instrucción normativa 15, que en 2008 se transformó en la 34 que es la que actualmente rige todo el sector y que establece los procedimientos para funcionamiento de la planta, como también los procesos de fabricación de los productos, tanto de harinas como de grasas.

"La ABRA tiene, entre varios objetivos, perfeccionar y engrandecer el sector, principalmente en lo que respecta a la calidad de los productos y también se ajustan las normativas a los intereses comerciales y técnicos que el sector necesita para la exportación. Estamos trabajando para tener una identificación plena de este sector en Brasil", dice José Eduardo Borges Malheiro, presidente ejecutivo de negocios de la ABRA.

En el cuadro 1 se muestran los valores nutritivos de algunos de los subproductos de origen animal que se producen en Brasil de importancia para la avicultura. Estos valores, si bien son un promedio, se proporcionan solamente como punto de referencia, pues existen variaciones entre los diversos productores.

Uso de los subproductos de origen animal en la avicultura

De acuerdo con las estadísticas de ABRA, Sindirações, el Ministerio de Agricultura y otras entidades, de la producción de subproductos de origen animal en Brasil, el 66.46 por ciento proviene de residuos de mamíferos y cerdos, y el 32.70 por ciento proviene de la industria avícola. No obstante, la industria avícola brasileña utiliza un poco más del 50 por ciento de estos productos (46.8 por ciento para la producción de pollos y 3.9 por ciento para la producción de gallinas de postura).

Programa de exportaciones y sello de calidad

En asociación con ApexBrasil, la Agencia Brasileña de Promoción de Exportaciones e Inversiones, la ABRA recibe apoyo para exposiciones internacionales, mejoramiento de la imagen y otros proyectos.

"El inicio de este proyecto es el planeamiento estratégico sectorial de exportaciones; vamos a hacer varias consultas para ver cuáles son los mejores mercados para trabajar, y con seguridad, América Latina es uno de los mercados contemplados" comenta Alberto Bicca, gestor de proyectos de ApexBrasil.

Además, están trabajando en el proyecto de buenas prácticas de fabricación, que estará listo en un año, que es para contribuir al avance tecnológico de la industria, mediante la capacitación y el conocimiento teórico y tecnológico aplicado a los sistemas de producción. El proyecto del Sello de Calidad ABRA, es un sistema por medio del cual la asociación garantiza al comprador la calidad de los productos.

"El desarrollo del sello de calidad para los subproductos de origen animal servirá de fundamento para la rastreabilidad y certificación de la producción brasileña de harinas y grasas de origen animal", comenta Catia Macedo, gerente de proyectos de la ABRA.

Este desarrollo implica la edición e impresión del manual de las buenas prácticas de fabricación de estos productos, que van a compilar las principales técnicas de producción desde el inicio del ciclo.

Conclusión

En Brasil, la actividad de recolección y reciclaje de residuos de origen animal empezó en 1920, en el estado de Sao Paulo, donde de forma artesanal se fabricaron las primeras harinas de carne y hueso, y sebos. Y así, cuando ayer eran "graxarias" y fábricas de productos no comestibles, hoy en día es la industria del reciclaje animal que ha crecido, se ha desarrollado y profesionalizado para cumplir de lleno con las expectativas ambientales y nutricionales.

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