Competitividad de la soya argentina

Argentina es un líder agroalimentario global,con una sólida cadena de industrialización. Produce, en promedio, unas 50 millones detoneladas de soya al año. La gran ventaja competitiva argentina está en lacadena de valor agregado a partir de la materia prima, entre otras ventajas.

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A lo largo del río Paraná, río arriba de Rosario a lo largo de 80 km hay terminales en toda la margen occidental.
A lo largo del río Paraná, río arriba de Rosario a lo largo de 80 km hay terminales en toda la margen occidental.

Argentina es un líder agroalimentario global, con una sólida cadena de industrialización. Hoy en día los 40 millones de argentinos alimentan a más de 450 millones de personas en todo el mundo, pero “podemos alimentar hasta 600 millones” dice Lorenzo Basso, Viceministro de Agricultura, Ganadería y Pesca” de Argentina.

La agroindustria argentina de la soya o soja, es la que convierte este frijol en harina de proteínas, aceite y energía, fundamentales para la industria avícola de la región y del mundo.

Producción de soya

Argentina produce, en promedio, unas 50 millones de toneladas de soya al año. Esta oleaginosa ocupa el 60 por ciento de la superficie sembrada del país. Pero, las proyecciones son de un mayor crecimiento en los próximos años. De acuerdo con datos de la Fundación Producir Conservando y el USDA, hacia 2020/21 Argentina va a producir alrededor de 67 millones de toneladas. Como comparación, Brasil producirá entre 96 y 105 millones de toneladas, según la fuente consultada, ya sea el USDA o el Ministerio de Agricultura, respectivamente. Estas proyecciones de crecimiento son muy atractivas en un contexto de alta competitividad y eficiencia global.

El Lic. Gustavo López de Agritrend, en entrevista con Industria Avícola dijo: “Creemos que las proyecciones hacia el fin de esta década van a mostrar un crecimiento más importante en producción. Esto resulta muy prometedor, pero se tiene que dar en un marco de más integración y de más rotación de otros cultivos, no solamente el caso de soja sino también de las gramíneas (maíz o trigo) para darle un esquema más sustentable a la producción argentina”.

Argentina y Brasil constituyen la región con el mayor crecimiento en el sector de granos, tanto en superficie sembrada, como en producción. Sus tasas están por arriba de las del resto del mundo. De esta manera, se constituye como una de los mayores proveedores de soya, tanto grano, como de sus coproductos.

En la actualidad, según datos del USDA, Mercosur participa con el 11.3 por ciento de la superficie plantada, un 13.4 por ciento de la producción, pero 33.2 por ciento de las exportaciones mundiales de granos y oleaginosas. Sin embargo, es muy factible que hacia finales de la década, la región se consolide como el proveedor mundial líder de granos y oleaginosas, con alrededor del 41 por ciento de participación.

Inversiones, valor agregado y exportaciones

La producción y exportación de productos con valor agregado permite mantener en funciones todo el año al mercado, lo que le da dinamismo a la cadena agroindustrial y a la economía nacional.

En Argentina, durante los últimos 10 años, se han invertido más de $2,500 millones de dólares en las plantas de procesamiento de soya. “El nivel tecnológico alto que tienen estas plantas así como las estructuras de escala más altas con los menores costos de procesamiento, las hace altamente eficientes y competitivas” dijo el Viceministro Lorenzo Basso.

Según ForoPaís, Argentina es el líder mundial en productos de soya con valor agregado con el 43 por ciento de la harina de soya. Después le sigue Brasil con el 23 por ciento y EUA con el 16 por ciento. Exporta a 100 países, de los cuales Holanda, Italia, España e Indonesia son los principales.

Este valor agregado es uno de los puntos clave de las exportaciones de la oleaginosa, pues el aceite, la harina y el biodiesel representaron la vasta mayoría en comparación con las exportaciones del grano (véase el cuadro 1).

El Lic. López considera que “hay que pensar en aspectos relacionados a la política, en particular a la política arancelaria”. Como es sabido, en Argentina se pagan derechos de exportación: frijol o poroto, el 35 por ciento y aceites y harinas, el 32 por ciento. “El asunto es congeniar cual va a ser el arancel medio, de tal forma que permita un nivel de incentivos a los productores que lleve al equilibrio sustentable entre las distintas producciones”, añade.

Bolsa de Comercio de Rosario

La Bolsa de Comercio de Rosario, fundada en 1884, tiene como principal objetivo, la promoción y la realización de todo tipo de negociaciones comerciales, en un marco de transparencia, seguridad y legalidad. De esta forma se dan las condiciones necesarias para el desarrollo de los distintos mercados que funcionan en la institución.

El mercado físico de granos de la Bolsa es el más importante del país en volumen de operaciones. Su principal característica es que las operaciones se realizan con la intención de entregar o recibir la mercadería negociada, con la libertad de pactar las condiciones contractuales. Aquí se negocian todo tipo de cereales y oleaginosas, a granel y conforme a normas de comercialización oficiales. 

Competitividad

“La gran ventaja competitiva argentina está en la cadena de valor agregado a partir de la materia prima” dice Lorenzo Basso. Pero, su competitividad mundial se basa también en varios factores: 

  • Condiciones adecuadas de tierra y clima
  • Distancias cortas entre las tierras cultivables y las plantas de procesamiento
  • Capacidad alta diaria de procesamiento garantizada por el avanzado nivel tecnológico
  • Alto nivel profesional de capacitación
  • Complejo productivo de soya ubicado a lo largo de las riberas del río Paraná.
  • Las plantas cuentan con sus propios puertos de exportación

La industria de la soya es altamente eficiente y competitiva además porque tiene menores costos de logística y transporte. Argentina cuenta con distancias cortas, que van de los 400 a los 600 km entre las zonas de producción y las plantas de procesamiento. En contraposición, en el vecino Brasil se triplica el promedio, con distancias de 1,500 km entre ambos sectores, lo cual impacta directamente sobre los precios finales de exportación.

El Lic. López señala: “tenemos una industria que ha crecido en función del crecimiento de la producción, que lleva a ser una de las más eficientes del mundo. Esto es así por el nivel y la escala que tiene. Hablamos de plantas de 10,000 hasta 20,000 toneladas al día de procesamiento”. Cada año, más de 1,100,000 camiones y 165,000 vagones descargan soya en grano en las plantas de procesamiento de soya.

Según ForoPaís, Argentina cuenta con un alto nivel tecnológico en sus plantas lo que hace que haya mayor productividad con menos plantas. El tamaño promedio es mayor que el resto de los principales productores del mundo: 21 por ciento más grandes que las europeas, 53 por ciento más que las brasileñas y 133 por ciento más que las estadounidenses (véase el cuadro 2).

En biodiesel tienen el 60 por ciento de las exportaciones de este combustible, aunque es el tercer productor. Provee el 43 por ciento del aceite de soya. También proporciona productos de segunda transformación como la lecitina, fitoesteroles, glicerina, cosmética y usos medicinales.

El río Paraná y sus ventajas

El Lic. López de Agritrend comenta: “Tenemos varias ventajas, algunas desde el punto de vista natural, pues no menos del 80 por ciento de la producción sojera está muy cerca de los centros de procesamiento y de salida, es decir, la parte portuaria, en el orden de 300 a 400 km de los puertos”.

Uno de estos ejemplos cerca de Rosario, es la compañía T6, formada por AGD y Bunge, que opera en 220 hectáreas en el Puerto General San Martín, Santa Fe, en la ribera del río Paraná. Forma parte del Cordón Industrial de las compañías de agronegocios más importantes.

La importancia del río Paraná para las exportaciones por barco de productos agrícolas de Argentina radica en que es un río navegable de gran calado, cuyo sistema río arriba de la ciudad de Rosario se extiende 80 km, a lo largo de los cuales hay terminales en toda la margen occidental. Según datos de 2012, de ahí se exporta al menos el 77 por ciento de los granos argentinos. De esta cifra se desprenden el 48 por ciento del frijol de soya, 97 por ciento de la harina de soya y 98 por ciento del aceite de soya.

Pero además, mediante las vías fluviales constituidas por los ríos Paraguay, Uruguay y Paraná, Argentina está conectada con la producción de soya de Paraguay (8 millones de toneladas), la de Bolivia que es de 2 millones de toneladas, así como con la de Brasil, de 80 millones de toneladas.

Los obstáculos

Los problemas de logística se dan no sólo en Argentina, sino en todo el Mercosur. Los expertos dicen que básicamente son cuatro aspectos:  

  • Transporte, pues Argentina tiene serios conflictos de vías de acceso de ferrocarriles y de carreteras.
  • Almacenamiento de granos, que actualmente se complementan con unos silos precarios que llaman silos bolsa. Esta situación amerita trabajar más para tener una mayor capacidad instalada.
  • Capacidad de producción
  • Logística portuaria que causan demoras 

Biotecnología

“En Argentina no se cuestiona el uso de la biotecnología, pues ha servido para transformar y modernizar la agricultura”, dice Gustavo Idígoras, consultor en agronegocios. Este país, así como Brasil y EUA trabajan con soya transgénica. Indica además que “alrededor del 90 por ciento del aumento de la producción deberá provenir del mejoramiento del rendimiento e intensificación de las cosechas”.

Conclusiones

Siempre y cuando la población siga creciendo junto con el PIB global, haya cambios en los hábitos del consumidor y nuevos consumidores, así como usos nuevos de los commodities, habrá aumento de la demanda de los granos.

Es muy factible que la región se consolide como el proveedor mundial líder de granos y oleaginosas. No obstante, nos advierte la necesidad de que haya cambios en la estructura básica de movilización, almacenamiento y logística de puertos de carga a granel, que se adapte al esperado aumento en el suministro. Además, al haber una fuerte dependencia de la soya, Argentina tendrá que buscar un equilibrio en la producción de granos, pues está al revés del mundo, que tiene 70 por ciento de granos y 30 por ciento de oleaginosas.

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