Los alimentos con OGM no alteran la carne y el huevo

Las aves digieren las nuevas proteínas codificadas por los genes insertados en el maíz y la soya genéticamente modificados; no se encuentran en productos.

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En la foto: Las nuevas proteínas producidas por variedades de soya genéticamente modificadas no se encuentran ni en la carne de ave ni en los huevos producidos por parvadas de alimentos con dietas de esta soya.

Los organismos genéticamente modificados (OGM) cuentan con fragmentos nuevos de ADN (genes) que se han insertado en su genoma mediante técnicas científicas, de tal forma que puedan mostrar una característica deseable que normalmente no se encuentra en ese organismo. Los genes insertados van a codificar proteínas específicas, las cuales son las que en realidad van a permitir que el organismo muestre la característica deseada. El desarrollo de los cultivos genéticamente modificados le ha permitido a los agricultores cultivar maíz y soya resistentes a insectos, tales como el gusano de la raíz del maíz, el taladro del maíz y la oruga cortadora, lo que disminuye el uso de plaguicidas. La soya Roundup Ready permite que el agricultor pueda rociar los campos de soya con herbicida de glifosato para controlar malezas después de que hayan surgido de la tierra las plantas del frijol, lo cual aumenta el rendimiento y reduce el cultivo extensivo y la erosión del campo.

A pesar de todos los efectos positivos de la tecnología moderna en el rendimiento del maíz y la soya, a menudo el consumidor tiene una percepción diferente del valor de los cultivos de OGM. Desafortunadamente, hay miedo a que las nuevas proteínas en el alimento avícola y animal con OGM sobrepasen el proceso de la digestión y a que se depositen en el huevo y la carne de pollo. Pero por fortuna, la digestión de la proteína en las aves es un proceso bien descrito de fisiología digestiva y descomposición química de las proteínas a pequeños péptidos y aminoácidos para su absorción y posterior metabolismo hacia nuevas proteínas en el ave.

Descomposición de las proteínas en los alimentos avícolas con OGM

Los investigadores en la University of Nebraska han realizado investigaciones para demostrar que las nuevas proteínas codificadas por genes insertados en granos OGM se tratan como cualquier otra proteína, en lo que respecta al sistema gastrointestinal del ave, y se digieren y metabolizan por el proceso normal en la misma ave. Nuestro primer estudio se realizó para determinar hasta dónde se deposita la proteína genéticamente modificada de la soya Roundup Ready en tejidos y huevos de gallinas ponedoras. Debido a que se esperaba la descomposición de la porción modificada de la proteína mediante el proceso digestivo de la gallina, se realizó una prueba de inmunoensayo en soya cruda, harina de soya, la dieta completa, huevo entero, albúmina de huevo, hígado y heces de gallinas ponedoras que se recolectaron de dos granjas de huevo comercial.

Tal y como se esperaba, se determinó que la soya Roundup Ready, la harina de soya y las dietas completas contenían proteínas genéticamente modificadas. El huevo entero, la albúmina de huevo, el hígado y las heces dieron negativo a la proteína genéticamente modificada. En conclusión, en este estudio de campo corto, el proceso digestivo de la gallina ponedora descompuso de forma efectiva la proteína genéticamente modificada de la porción de harina de soya de la dieta, por lo que no se encontró dicha proteína en el hígado, huevo o heces.

La proteína de maíz OGM no llega al huevo 

Se realizó un segundo estudio con maíz genéticamente modificado con genes de la bacteria Bacillus thuringiensis, Mon 863, que se alimentó a gallinas ponedoras. Se recolectaron datos de consumo diario de alimento, producción de huevo, muestras fecales, de hígado y de tejido de carne de pechuga de 12 gallinas sacrificadas, a las cuales se les determinó la proteína OGM. La fuente de maíz no tuvo efectos significativos sobre los parámetros de producción del huevo.

No se detectó proteína de maíz genéticamente modificado en el hígado, huevo o tejido de carne de pechuga. Las heces de gallinas alimentadas con dietas con maíz OGM dieron positivo a la proteína del maíz genéticamente modificado, pero esto probablemente se debió a fragmentos no digeridos del maíz que excretaron las gallinas. En el bolo alimenticio muestreado de todas las secciones del tubo digestivo se encontró proteína de maíz genéticamente modificado, así como fragmentos parcialmente digeridos. Se calcula que se digirió de un porcentaje del 98 a más del 99 de la proteína del maíz modificado genéticamente, igual que otras proteínas de la dieta.

Nuestro tercer estudio fue con maíz modificado genéticamente de Nebraska, en el cual se examinaron granos de la línea Herculex1 de maíz transgénico resistente a insectos, junto con su equivalente de isolínea y dos líneas convencionales en la alimentación de gallinas ponedoras durante 16 semanas. La producción de huevo y la eficiencia de la producción de las gallinas alimentadas con dietas formuladas con maíz modificado genéticamente fueron similares a las de las gallinas alimentadas con dietas formuladas con los maíces de isolínea y convencional no transgénico.

Las gallinas alimentadas con maíz Herculex1 presentaron una calidad de huevo similar a las alimentadas con las dietas de granos no modificados genéticamente. Hubo interacciones de dieta por fase en las unidades Haugh y la calificación del abanico de colores de Roche. Las gallinas alimentadas con maíz no. 2 convencional presentaron una peor calificación de unidades Haugh en comparación con las alimentadas con las otras tres dietas. El maíz no. 1 convencional presentó mayores niveles de xantofilas en comparación con los otros dos tratamientos de maíz, lo que resultó en una mayor calificación del abanico de colores de Roche de los huevos producidos por las gallinas alimentadas con esta dieta. En general, las gallinas alimentadas con el maíz genéticamente modificado produjeron de manera similar que las alimentadas con el equivalente de isolínea del maíz OGM y las alimentadas con el convencional.

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Las variedades de maíz genéticamente modificado constituyen el 90 por ciento de la siembra del maíz estadounidense, las cuales son más resistentes a las plagas de insectos.

Digestión eficiente de proteína en gallinas 

Nuestros estudios, así como otros, han mostrado que la gallina digiere en su totalidad las proteínas OGM de la soya Roundup Ready y harina de soya, además de que no se detectan en el huevo, albúmina de huevo, hígado o excretas. El maíz OGM es además de 98 a 99 por ciento digerido por el ave, de tal forma que no se encuentran proteínas intactas en el hígado, pechuga o huevo. En las excretas se detectaron cantidades muy pequeñas de proteína sin digerir. En lo que respecta al ave, el maíz y la soya con material proteínico genéticamente modificado es sólo otra proteína más que suministra aminoácidos y nitrógeno importantes a la dieta de la gallina para digerir y hacer nuevas proteínas en el organismo y el huevo. 

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