Los mexicanos consumen 30 kg de pollo al año, de tal forma que es la carne más consumida, seguida de la carne de cerdo, con 17 kg y la de res con 16 kg; de pavo sólo se consumen 1.5 kg por persona, según datos del Consejo Mexicano de la Carne (Comecarne) publicados en el periódico Reforma.
Aunque la gran mayoría de las necesidades de pollo se originan en la producción nacional, las importaciones de pollo han aumentado un 15.8 por ciento desde que surgió el brote de influenza aviar de 2012.
México importa principalmente piernas y muslos refrigerados y congelados. Las importaciones alcanzaron el año pasado los US$502 millones, según información del Banco de México y de la Secretaría de Economía.
El año pasado, entraron al país 202,629 toneladas de productos refrigerados, lo que representa un incremento importante de las 140,000 toneladas de 2012. Junto con la pechuga de pollo, estas piezas representan el 36 por ciento del consumo nacional, de acuerdo con el Consejo Mexicano de la Carne (Comecarne).
La mayor parte de las importaciones de pollo, es
decir, un 96 por ciento, procede de EUA, mientras que de Chile llega solamente
un 2 por ciento.
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