Basándose en el boletín oficial expedido por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), la cadena radial colombiana Caracol informó que el huevo y la pechuga de pollo registraron los incrementos más significativos en el mes de julio, dentro de los precios al consumidor de los productos de la canasta familiar en este país suramericano.
“El incremento de la cotización del huevo rojo obedeció a su poca disponibilidad desde Santander (departamento del oriente colombiano), Atlántico (costa Caribe) y Cauca (occidente), así como al crecimiento en los precios de los alimentos concentrados”, señaló la emisora. Históricamente, en los hogares colombianos se prefiere consumir el huevo de cascarón rojo (en realidad, rosado o café claro) sobre el de cascarón blanco, por lo cual siempre se vende al detal a un precio levemente superior.
Esta preferencia solamente tiene bases culturales, pues el valor nutricional de ambos huevos es el mismo. En el imaginario colectivo colombiano, huevos de cascarón rojo y de yema roja o anaranjada se perciben como más nutritivos y genuinos, dado que un huevo blanco podría confundirse con el de otros animales ovivíparos menos deseados como fuente alimenticia (patos, gansos, incluso grandes reptiles).
De otro lado, en el conjunto de las carnes y los pescados, el Dane registró un alza en el precio de la pechuga de pollo “que obedeció a la menor oferta de este tipo de corte procedente de Meta (centro), Valle (occidente), Quindío y Risaralda (centro occidente). El aumento más significativo se observó en la capital del país, Bogotá, con 6.38 por ciento, donde el kilo de pechugas se vendió a $7,233 (US$2.15).
La devaluación del peso colombiano, que superó el 45 por ciento en el último semestre, representó un incremento del por lo menos el 30 por ciento en los costos de producción de los avicultores, pues los cuatro millones de toneladas de maíz amarillo duro, soya y sorgo que consumen las aves de estos agroindustriales deben ser importados en su totalidad.
