Ricardo Unrrein, presidente de la Cámara Argentina de Productores Integrados de Pollo (Capip), expresó al diario El Litoral que, “los criadores de pollos para engorde estamos trabajando a pérdida total. Recibimos de los frigoríficos que procesan el pollo, luego de mes y medio de crianza, entre 2.70 pesos y 3 pesos por animal, mientras que producirlo nos cuesta a nosotros 4.5 pesos (30 centavos de dólar estadounidense) por cada pollo”.
El representante de los criadores agregó que, “el precio del pollo que se vende finalmente en los supermercados está rondando los 40 pesos (US$2.70) kilo en góndola, valor que surge de una negociación de esos locales con los frigoríficos. El frigorífico mismo nos provee el pollito bebé de un día de edad y nosotros se lo devolvemos con 48 días de edad y con un promedio de tres kg de peso”.
Denuncia también que el valor de la intermediación de los supermercados es excesiva, al señalar que, “el kilo de pollo, sacado de frigorífico, lo compran a 22 pesos (US$1.49). A nosotros se nos ponen los pelos de punta de escuchar esos precios porque por el trabajo de criarlo, que es la mayor parte de la cadena de producción, nos están pagando 90 centavos el kilo”.
Mucho más al norte, El Diario informó que “la Federación Nacional de Avicultores de Ecuador (Fedavie) muestra su preocupación por el estado de actividad de las granjas en el país, que según el último censo del Registro Nacional Avícola del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap) había arrojado 1,819 granjas avícolas existentes en este país andino, con una capacidad de 58 millones de aves”.
Para Víctor Romero, presidente de Fedavie, el estado de la actividad de las granjas es preocupante para el sector: “Los resultados nos preocuparon un poco, porque las granjas están vacías. Habría que establecer si esas granjas que están así son por vacío sanitario o también me atrevería a decir que son avicultores que debido a la problemática avícola que estamos pasando en los últimos años abandonaron la actividad; es decir, quebraron y debieron tener grandes problemas económicos para tomar esa decisión”.
El representante legal de la también ecuatoriana Asociación de Avicultores de Cotopaxi, Marco Cullqui, coincidió en su preocupación por el abandono de la actividad, al indicar que, “la mayoría de nosotros, en Cotopaxi, estamos afectados por los precios y por la situación del volcán. Los precios están bajos”.
