Solución centroamericana a la inocuidad avícola en China

Un equipo de técnicos de Cargill de Centroamérica trabajó en China para echar a andar buenas prácticas de manejo y resolver problemas de inocuidad y rastreabilidad.

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Foto por Andrea Gantz.
Foto por Andrea Gantz.

Cargill tiene una operación en la provincia del Lai’an en China, la cual está completamente integrada, pues cubre desde las reproductoras hasta la planta de proceso ulterior, pasando por fabricación de alimentos balanceados, incubación, engorde, sacrificio y procesamiento.

Estas instalaciones tienen la capacidad de procesar unos 65 millones de pollos al año, así como de producir 176,000 toneladas de productos avícolas al año, en la que se invirtieron US$250 millones. En este complejo, Cargill ha incorporado tecnología de punta e innovaciones en inocuidad alimentaria, reproducción avícola, nutrición animal, prevención de enfermedades, protección ambiental y ahorros de energía. Pero, ¿cómo lo hizo?

La solución: Cargill Meats Central America

“Había una fuerte presión de los clientes por arrancar operaciones lo antes posible”, dice Freddy Madrigal, gerente técnico regional de Cargill Meats Central America, en entrevista en Barcelona, España, durante el Avian Global Forum de Merial. De esta manera, Cargill, hizo una iniciativa mundial de llevar expertos en diferentes áreas.

“En el caso de Cargill Meats Central America, tuve el honor de liderar doce expertos avícolas de Centroamérica – de Costa Rica, Nicaragua, y Honduras – en las áreas de reproductoras, incubadora y engorde, para poder transferir las mejores prácticas de manejo de nuestra operación a los colegas de China”.

¿Por qué Cargill de Centroamérica?

Cargill ha estado presente en Centroamérica por más de sesenta años. No sólo comercializa productos agrícolas, sino que produce pollos. Además, Cargill adquirió hace tres años la operación de Pipasa en Costa Rica y Nicaragua.

“Somos una operación muy madura”, dice Madrigal, “una compañía cuyos resultados a nivel avícola nos acompañan y somos de los mejores dentro del mundo de Cargill”. De esta manera “se presentó la oportunidad, sin que el negocio se dañara por el manejo del talento de la organización, de poder sacar los trece mejores expertos en avicultura y que el negocio no sufriera o sufriera lo mínimo, y en el que los resultados se mantuvieron o incluso se mejoraron y pudimos aportar algo a China”.

El desafío de estar al otro lado del mundo

Este trabajo fue obviamente todo un desafío. Madrigal comenta que en el proceso que les llevó de seis meses a un año, visitaban la operación por períodos de al menos un mes “en donde estábamos trabajando en la implementación de las mejores prácticas y de ayudar también a los retos que hay allá”.

Se refiere principalmente a los retos de la cultura china en sí, de la cultura de la empresa y del idioma, pues tenían que comunicarse en chino, a través del inglés y español. También estaba la cuestión de las horas de diferencia para poder hacer consultas, poder seguir con el negocio en Centroamérica, porque continuaban con sus responsabilidades allá.

Inocuidad alimentaria en China

En los últimos años, China ha sido escenario de graves problemas de inocuidad alimentaria y rastreabilidad, que van desde la presencia de melanina en productos, hasta el empaque de carne de pollo caduca y miedos por la influenza aviar.

Empresas como McDonald’s Corp. tienen una forma de trabajar con la que Cargill está totalmente identificado, con respecto a la inocuidad alimentaria, algo en que la industria en China todavía está en los primeros pasos. Así, “Cargill tomó la iniciativa y decidió trabajar desde las granjas, en la trazabilidad y la integridad de la cadena alimenticia, desde el punto de vista de inocuidad” nos señala Madrigal.

Aspectos puntuales de inocuidad

El equipo centroamericano de Cargill Meats Central America trabajó en la implementación de todos los procesos de desinfección y limpieza de las granjas. Por ejemplo, el personal nacional de la empresa tenía la tendencia de usar algunos productos chinos por costumbre, en lugar de usar productos reconocidos. Mucho de este personal en China no contaba con experiencia en la industria avícola o venía de otras compañías y traía sus propias experiencias. Pero Cargill necesita actuar en concordancia global, por lo que el equipo de Centroamérica estuvo en el acompañamiento de todo un proceso de cambio.

Otro de los ejemplos es el proceso de trazabilidad, en el poder mejorar prácticas de manejo en reproductoras, en producción de huevo de piso, reducción de huevos sucios, reducción de todos los procesos que pudiera ocasionar variabilidad en el proceso y que pudiera afectar la cadena de valor que se genera.

Prevención antes que corrección

En el control de enfermedades “yo diría que los conceptos de bioseguridad que manejamos eran nuevos en China” comenta Madrigal. “A pesar de que tenemos granjas con gran bioseguridad, en la cultura, en la mente de nuestros colegas chinos, todavía no había la conexión de trabajar preventivamente, más que correctivamente”, como es el enfoque de Cargill.

De esta forma, “Creo que logramos reducir enormes impactos que sufría allá la operación”.

Buenos resultados

“Pudimos identificar muchas oportunidades y generamos varios millones de dólares de ahorros para la operación en China”, dice Madrigal. “Esto es prácticamente la visión del nuevo líder del negocio de pollo en Cargill, Chris Langholz – que era en ese momento el líder de la empresa en China – de ahora poder unificar todos los negocios globales del pollo”.

Cargill Meats Central America se convirtió en un experimento en China, y con tan buen éxito, que se va replicar en otras operaciones. El deseo de Langholz, presidente del grupo, negocios avícolas globales de Cargill, es el de entrenar gente, no sólo para ayudar en momentos críticos, sino también para buscar una interacción global, “lo que nos va a permitir ser más consistentes con clientes mundiales sobre todo, pero también con los mercados locales”.

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