Después de la desaceleración de la producción de carne de pollo y de cerdo detectada con base en el seguimiento realizado a las industrias del sector, el presidente ejecutivo de la Associação Brasileira de Proteína Animal (ABPA), Francisco Turra afirma que a partir del inicio del segundo semestre hubo una reducción de la presión sobre el panorama de abastecimiento de maíz para las cadenas productivas de aves y cerdos.
Según Turra, existen expectativas de que la demanda de maíz se reduzca en más de 1 millón de toneladas en el total de 2016, comparado con las previsiones de retracción de la producción en el segundo semestre constatadas por la ABPA en julio.
En este año, la producción de carne de pollo en 2016 deberá quedar en 13 millones de toneladas (4 por ciento menor que las 13.5 millones de toneladas previstas a principios del año) y la de la carne de cerdo, en 3.64 millones de toneladas (inferior a la previsión de 3.76 millones presentadas en enero). Esta perspectiva parte de las estrategias adoptadas por diversas empresas para disminuir el ritmo de producción, como la suspensión de turnos laborales, cierre de actividades de plantas y otras decisiones en el ámbito productivo.
“La perspectiva positiva sobre el abastecimiento de maíz está también influida por la oferta del grano en los silos paraguayos y argentinos, además del buen desempeño de la primera cosecha, especialmente en los estados del sur, que concentran el 70 por ciento de la producción de carne de pollo y 80 por ciento de la producción de carne de cerdo. No obstante, para ambos sectores es indispensable que sea viable la importación de maíz de Estados Unidos. Con esto, no debe repetirse la escasez que enfrentamos en el primer semestre”, afirma el presidente de la ABPA.
Otro factor positivo en este panorama, según Turra, es la desaceleración de la producción de carne de pollo indicada también por Estados Unidos y China, que viene detallada en el informe presentado recientemente por Rabobank. Específicamente sobre la producción china, la institución apunta una retracción del 5 por ciento en este año, y de hasta 15 por ciento en 2017.
“Este panorama apunta a una oferta internacional de maíz menos presionada, lo que debe equilibrar los costos de producción hacia una situación de mejor competitividad. Al mismo tiempo, los indicadores de China dan señales de intensificación de las importaciones de este mercado de carne de aves y de cerdo, lo que ya es notorio en nuestra pauta exportadora”, analiza Turra.
