Universidad colombiana acaba mito de pollos y hormonas

La Universidad Nacional de Colombia publicó las conclusiones de una investigación sobre la supuesta incidencia del consumo de pollo “hormonado” en el desarrollo sexual de la población en este país andino.

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Pollo De Engorde

Unimedios, la agencia de noticias de la Universidad Nacional de Colombia, publicó las conclusiones de una investigación sobre la supuesta incidencia del consumo de pollo “hormonado” en el desarrollo sexual de la población en este país andino. El estudio fue liderado por los profesores Aureliano Hernández Vásquez, de la Facultad Medicina Veterinaria y Zootecnia, y Roberto Franco Vega, de la Facultad de Medicina del mismo claustro, considerado el de mayor prestigio en Colombia.

Los facultativos trabajaron bajo la – todavía – difundida hipótesis de, “no consuman carne de pollo porque a las aves les suministran hormonas para que crezcan, las cuales ponen en peligro el balance hormonal de los seres humanos”; una creencia que es compartida por algunos profesionales del sector salud. Además de ser una afirmación falsa, para Franco y Hernández, “Desestimular el consumo de la carne de pollo puede ser potencialmente nocivo para la salud, dado que esta es una fuente saludable de proteína; adicionalmente, desde el año 2003, es la que más consume la gente en Colombia y es fuente principal de nutrientes en amplias regiones del país”.

El estudio fue enfático en asegurar que el consumo de esta carne blanca no guarda relación alguna con la prevalencia de la pubertad precoz, dolencia consistente en la producción temprana de hormonas sexuales o la exposición a estas a una edad menor a la considerada normal (entre los ocho y nueve años). Esta condición se sigue presentando con la misma frecuencia: en una niña por cada 100,000, y en 0.2 niños por cada 100,000.

“No implica ni siquiera una enfermedad en sí, y hay otros factores coadyuvantes como la raza (negros, latinos) y el sobrepeso”, según el estudio.

Eso sí, reconoce que en el último siglo la edad de inicio puberal se adelantó globalmente en un año para las niñas (con medio año para la primera menstruación). Como posibles causas alegan el sobrepeso, la mayor exposición a la luz solar y a disruptores hormonales como plásticos o pesticidas.

“Algunos casos se dan por tumores, infecciones y traumas del sistema nervioso central, en los ovarios y en la glándula suprarrenal. Hoy todavía se desconoce la causa del 90 por ciento de los pacientes con pubertad precoz”.

Añade la investigación que en los años 1940 y 1950, la industria avícola suministraba estrógenos a los pollos de engorde para evitar la aparición de un mayor número de plumas y huesos más pesados que la carne misma.

“Esta práctica se abandonó y se iniciaron programas de selección genética, nutrición y bienestar animal para que los pollos adquirieran el peso deseado para ser faenado antes de alcanzar su pubertad. Hoy los criadores no le agregan ningún tipo de hormonas a los alimentos balanceados para pollos cuya carne se destina al consumo humano; tampoco lo suministran de forma individual, dado que si las hormonas sintéticas estuvieran disponibles para el efecto, tendrían un valor monetario excesivo en el contexto planteado”.

La ingesta per cápita anual de pollo en Colombia supera los 30 kilogramos, gracias a una producción superior a las 1.3 millones de toneladas.

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