Andrés Valencia Pinzón, presidente de la Federación Nacional de Avicultores de Colombia (Fenavi), dijo al diario manizaleño La Patria que “la avicultura, la industria y la economía colombiana no resisten otro paro camionero” e instó al Ministro de Transporte, Jorge Eduardo Rojas, a que “hable sobre los avances de los pactos acordados con los transportadores” luego de la protesta que se extendió durante 46 días entre mayo y julio de este año y que generó pérdidas significativas para este sector de la agroindustria en este país andino.
Por su parte, el vocero de la Asociación de Camioneros de Colombia (ACC), Alex López, citado por el mismo rotativo, aseguró que “dimos un compás de 10 días al Ministerio de Transporte, con el fin de que mantenga la medida de la chatarrización, y que por cada camión que entre al país, salga otro (medida uno a uno). También le pedimos revisar el problema de los carros que entraron al país mal matriculados, de lo cual no hay respuesta todavía. El plazo se vencerá el viernes 14 de octubre. Si en ese lapso no se resuelve nada, volvemos a fijar una nueva hora cero para otro paro”.
La protesta de mitad de año afectó de manera especial a la avicultura colombiana, que depende del transporte de insumos importados como soya y maíz amarillo duro, los cuales llegan a los puertos en el Caribe y el Pacífico (principalmente Barranquilla, Santa Marta y Buenaventura), desde donde se moviliza a las plantas de fabricación de alimento balanceado en las distintas regiones del país. Las principales zonas de producción avícola en Colombia se encuentran a una distancia de estos puertos que oscila entre los 250 km y los 650 km. La dependencia del transporte por carretera, ante la ausencia del modo férreo y el todavía incipiente servicio fluvial, provocó la muerte por inanición de miles de ponedoras y pollos de engorde en regiones avícolas como Santander (oriente) y Cundinamarca (centro).
