Gravar con el impuesto al valor agregado (IVA) los insumos y el material de empaque utilizado por la industria avícola colombiana, haría que la ingesta del huevo en este país caiga hasta en un 30 por ciento en los estratos socioeconómicos más bajos (1, 2 y 3), en los cuales se concentra el mayor consumo de productos aviares (incluida la carne de pollo). Así lo manifestaron al diario bumangués Vanguardia varios representantes de este gremio congregado en la Federación Nacional de Avicultores (Fenavi).
Según lo que ha trascendido del proyecto de reforma tributaria que el gobierno nacional radicó en el Congreso de la República para su trámite y aprobación, los granos y el empaque utilizados como materia prima en esta agroindustria pasarían a tener un IVA del 19 por ciento, en tanto que al mismo huevo y al pollo se le estaría gravando con tasas del 5 y 10 por ciento.
“Si con 1,000 pesos (unos 33 centavos de dólar) hoy se pueden comprar 3.3 huevos (a 300 pesos cada uno), con un IVA, esa posibilidad de consumo se resentiría cerca del 30 por ciento en los estratos 1, 2 y 3”, explicaba el rotativo.
Los voceros avícolas consultados – entre quienes se encontraba Alfredo Acebedo Silva, miembro de la junta directiva nacional de Fenavi – recalcaron el contrasentido que representaría esta medida con respecto a los objetivos oficiales de garantizar la seguridad alimentario de los colombianos más pobres.
Agregó además que, “La actividad avícola es de mucho riesgo, y ese tipo de medidas causan incertidumbre, pues nosotros tenemos que enfrentarnos a una tasa de cambio flotante, la importación del 80 por ciento de las materias primas, pésima conectividad y hasta los paros camioneros”.
De otro lado, la titular de Fenavi en el departamento de Antioquia (noroccidente), Erika Montaño, aseguró a Caracol Radio que las cotizaciones minoristas del pollo también tendrían un alza significativa del 25 por ciento. Finalmente, de los 100,000 huevos donados por Fenavi con motivo del Día Mundial del Huevo a entidades sin ánimo de lucro, 60,000 fueron repartidos en la región de Santander (oriente), 20,000 en Antioquia y el resto en la zona central de este país suramericano.
