Contradictorias cifras de consumo de pollo en Argentina

Menos de 15 días después de la publicación de un positivo reporte de consumo de carne de pollo en el país, una consultora independiente contradice diametralmente las principales conclusiones del informe.

FreeImages.com/Rainer Berg
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Menos de 15 días después de la publicación de un positivo reporte de consumo de carne de pollo expedido por la Cámara Argentina de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra), y avalado por el Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (Cepa) del mismo país, una consultora independiente contradice diametralmente las principales conclusiones del referido informe.

En la última semana de 2016, la Ciccra y el Cepa anunciaban que por primera vez el consumo de carne de pollo y de cerdo había superado (juntas) la ingesta de carne de res, tradicionalmente la de mayor relevancia en la dieta de los argentinos. Y reforzaban dicha aseveración indicando que el consumo per cápita de pollo había alcanzado los 48 kilogramos en la pasada vigencia, colocándose solamente a siete kilos del promedio para la proteína de origen bovino. Tal enfoque apareció en diarios tan relevantes como La Nación.

Por eso causa extrañeza que en la segunda semana de enero, otros medios de comunicación argentinos como Diario Uno informaran que, “En 2016 cayó la producción, el consumo y la exportación de pollo. La producción de carne aviar alcanzó un total de 1,734 miles de toneladas en los primeros once meses del año, lo que implicó una caída del 4 por ciento e implicó una baja en el consumo interno por habitante del 2.6 por ciento”.

La fuente de esta nueva información fue la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales (IES), entidad privada que también concluyó que se presentó “una baja de más del 24 por ciento en lo que respecta a los ingresos por exportaciones”, todo en un contexto cierto y reconocido por los propios productores como de “menos rentabilidad”. En este panorama, el consumo promedio de carne de pollo por parte de los argentinos habría sido de 41.9 kg, bastante lejos de los 48 kg que fue anunciado a finales de 2016.

Por último, la IES prevé para 2017 “una mejora en la rentabilidad sectorial dado que la abundante cosecha de maíz deberá relajar los precios internos del principal insumo del sector. En línea con este panorama, una mayor producción aumentaría la oferta y contendría los precios internos que, junto con la recuperación del salario real prevista, generaría una alza del consumo interno de carne aviar”.

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