La fuerte especulación financiera en los mercados de futuros de los commodities, desde los energéticos hasta los granos, junto con la escasez de materias primas de alimentos balanceados bajo la cubierta de una creciente demanda global, trae desafíos al negocio de alimentos balanceados en todo el mundo, y Brasil no es la excepción.
Hasta mediados de 2007, el empresario brasileño de alimentos balanceados solía enfrentarse a un escenario limpio y claro, y desde entonces se ha visto sorprendido con una sombría situación desequilibrada.
A principios de este año, el presidente ejecutivo de la Asociación Brasileña de la Industria de Alimentos Balanceados, (Sindiracoes) el Dr. Ariovaldo Zanni, nos hizo partícipes en Industria Avícola de lo que pensaba y echó un vistazo a los futuros desafíos a los que se enfrentará la que ha sido una creciente y robusta industria en ese país. "La Asociación Brasileña de la Industria de Alimentos Balanceados está consciente de que este es el fin de la era de los alimentos baratos y cree que todos los interesados necesitan replantearse la cadena alimenticia", dice Zanni.
Según Zanni, Brasil ha enfrentado una multitud de factores extraordinarios, entre los que se incluye la reducción del inventario de granos, el crecimiento de la humanidad y de la economía, la escasez de tierra y agua para las prácticas agropecuarias, la competencia del etanol y los alimentos balanceados por el maíz y el fuerte impacto de los trastornos climáticos, entre otros.
Dice que hay un desequilibrio entre la oferta y la demanda de fertilizantes y fosfatos, porque los fabricantes ya no han invertido en nuevas plantas, mientras que la agricultura global ha mejorado muy rápidamente.
"Se supone que esta situación se va a resolver en tres o cuatro años. Mientras tanto, pueden ponerse en riesgo tanto el rendimiento de los cultivos como el desempeño de los animales, al tiempo que los precios de los commodities permanecerán por arriba de los niveles históricos", comenta Zanni. Señaló que los agronegocios brasileños no han aumentado mucho sus esfuerzos de exportación, una situación que dice se ha compensado con los precios más altos de las commodities.
Como en otros lugares del mundo, la industria de alimentos balanceados de Brasil durante los últimos años ha enfrentado su parte de reestructuración, consolidaciones y adquisiciones. En junio. EVIALIS confirmó la adquisición del negocio de Cargill Animal Nutrition en Brasil, que incluía toda la gama de marcas de PURINA. Esta adquisición le permitió a EVIALIS convertirse en el líder en el sector de la nutrición animal dentro del mercado libre brasileño y el tercero más grande del mundo, lo cual encajó muy bien en la estrategia de expansión internacional en mercados objetivo de la compañía.
Durante 2007, el sector de alimentos balanceados de Brasil importó casi $900 millones de dólares en vitaminas, aminoácidos y otros aditivos para poder producir más de 54 millones de toneladas de alimentos para animales así como de alimentos para mascotas. Al terminarse 2008, se espera que la industria produzca 59 millones de toneladas de alimento balanceado y otros 2 millones de toneladas de sales minerales para alimentar el ganado. Va a gastar más de $1,200 millones de dólares en importar aditivos.
"La gran demanda está privada de la agilidad de enfrentarse globalmente y de obtener la autorización oficial más rápida para empezar las cargas. Es algo obligado, si Brasil quiere seguir la dinámica de la más nueva matriz de logística", dice Zanni.
De hecho, la industria brasileña de alimentos balanceados se ha enfrentado a otros desafíos, tales como la resistencia en cuestiones de OMG y los impuestos indirectos sobre materias primas de alimentos balanceados.
Sin embargo, la industria de alimentos balanceados ha manejado medidas alternas para poder hacer frente al nuevo escenario de costos más altos del maíz, harina de soya y aditivos, y seguir creciendo a una tasa mayor al 10% durante 2008. El pronóstico para 2008 es circular casi $20 mil millones de dólares en materias primas contra los $13 mil millones de 2007. La razón es la cantidad adicional a producirse (6 millones más de toneladas), el verdadero costo creciente de las materias primas de alimentos balanceados y la devaluación del dólar estadounidense.
