El sector salvadoreño de huevos

La dinámica industria de ponedoras de El Salvador ha tomado un importante liderazgo en todo Centroamérica.

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(izq a der) Rodolfo Borjas, Gerente Comercial, EGG – El Salvador; José Alberto González, Director Ejecutivo de EGG en El Salvador y Director Ejecutivo de El Granjero; Guillermo Lemus, Gerente de Ventas, EGG – El Salvador; José Alberto González, Director Ejecutivo, EGG – Guatemala.
(izq a der) Rodolfo Borjas, Gerente Comercial, EGG – El Salvador; José Alberto González, Director Ejecutivo de EGG en El Salvador y Director Ejecutivo de El Granjero; Guillermo Lemus, Gerente de Ventas, EGG – El Salvador; José Alberto González, Director Ejecutivo, EGG – Guatemala.

Es casi imposible hablar del sector de ponedoras en El Salvador sin también mencionar a Guatemala y Honduras, debido a que hay mucha conexión entre las industrias de estos países. Esto se debe principalmente a que las empresas salvadoreñas más grandes de huevo tienen operaciones en Guatemala y Honduras, y las han tenido por mucho tiempo.

Las empresas salvadoreñas de huevo son algunas de las más tecnológicamente avanzadas de todo el sector de huevos latinoamericano. Entre sus proyectos recientes se incluyen algunos de los más modernos galpones de ventilación de túnel, no sólo de Centroamérica, sino de todo Latinoamérica.

Megadistribuidora

El concepto de la megadistribuidora de huevos se ha practicado por varios años ya, en El Salvador, Honduras y Guatemala, el cual es un concepto sencillo: las empresas productoras de huevo sólo producen huevo, y luego lo entregan a la megadistribuidora que hace la distribución y ventas.

Cada empresa hace su propio empaque, datos de la marca y entrega el producto a la distribuidora.

En El Salvador, la megadistribuidora se llama EGG – Empresa de Granjas Guanacas. En Guatemala también es EGG – Empresa de Granjas Guatemaltecas y en Honduras es la Megadistribuidora Avícola.

Fue en Guatemala en 1999 cuando comenzó este concepto, con la unión de distribución de huevo varias empresas bajo el nombre Dansa. Esa empresa no tuvo éxito y desapareció, pero sirvió como modelo del cual se aprendieron muchas lecciones, y de la cual nacieron las otras mega-distribuidoras. Hoy en día, EGG de Guatemala tiene dos socios, la Megadistribuidora Avícola de Honduras tiene 23 y la EGG de El Salvador tiene cuatro.

Cada una de las megadistribuidoras trabaja independientemente, es decir que surte al mercado local con precios locales, no regionales.

El Granjero de El Salvador juega un papel importante en la EGG, además participa con Empresa Avícola Julia en la EGG de Guatemala, y con Avícola Santa Rosa en la Megadistribuidora Avícola de Honduras.

El Grupo Lemus-O´Byrne también juega un papel importante en la EGG de El Salvador y con CAPH en la Megadistribuidora Avícola de Honduras.

Las otras dos empresas que participan en la EGG de El Salvador son Avimac y Cocolima.

El Lic. José Alberto González es el Director Ejecutivo de EGG en El Salvador (y Director Ejecutivo de El Granjero). El explica el concepto, “Cada empresa hace una aportación para mantenernos operando, le restamos el precio de venta. Es decir si la distribuidora vendió en 200 pero solo necesitó 20 entonces nos quedamos con los 20 y le devolvemos el resto a los productores de huevo, porque somos una empresa “sin beneficio de lucro.” Somos la primera planta en operar “sin beneficio de lucro.”

“Hacemos eso para transferirle todos los beneficios al precio, para ahorrar costos en la producción y cuando juntamos todas las rutas creamos economías de escala dentro de la distribución y las cuales son trasladadas al producto. Ninguna de las tres distribuidoras son generadoras de lucro, todas son generadoras de servicio.

“Hay incluso un intercambio comercial - Guatemala nos manda productos y nosotros les enviamos producto a ellos. Tenemos esa facilidad de colocar el producto en donde haya necesidad.

“Las megadistribuidoras están dispuestas a aceptar a nuevos socios y nuevos productos, si estos cumplen con nuestras normas establecidas, como el color de yema, el grosor de la cáscara, de frescura, controles que se aplican a todos.

“La distribuidora pone sus exigencias y lo que hacemos es tener sanciones, que se le aplican a la productora que no cumpla con nuestras normas. Nosotros visitamos las granjas, además el producto viene identificado de dónde y cuándo vino. Así podemos resolver los problemas rápidamente cuando llegan, que es infrecuente.

“Hablamos de estar juntos pero no revueltos. Es decir entreguemos el huevo todos juntos en el centro de distribución, y que ellos hagan lo suyo. Los productos que van a los supermercados con marca, los empaca cada empresa con su propia marca. Los huevos a granel que van a tiendas y mercados populares, vienen en bandejas de 30 huevos de cada empresa, pero sin marca.

“De lo que se preocupan las distribuidoras es de no exceder un número de días de huevo dentro de la rotación interna de la distribuidora, que no debe exceder de más de tres o cuatro días en cualquiera de las bodegas. La rotación del cliente se puede hacer tan seguido como requiera, pero lo que buscamos es que no se envejezca el huevo, queremos siempre ofrecer un producto fresco.

“La visión es buscar nuevos socios para minimizar los costos y ofrecer al cliente a un precio más accesible. Le voy a ofrecer al cliente final un menor precio en el mercado, pero voy a obtener la mayor participación del mercado”, concluye el Lic. González.

Grupo Lemus-O’Byrne

Este grupo tiene la segunda empresa más grande de ponedoras en El Salvador, con 900 mil ponedoras Hy-Line en producción y en Tegucigalpa, Honduras con 250 mil ponedoras en producción. Ambas empresas tienen como Presidente Ejecutivo al Lic. Roberto Lemus González quien además es el Presidente de la Megadistribuidora Avícola en Honduras.

El Ing. Eduardo Lemus-O’Byrne, Presidente del Grupo Lemus-O’Byrne, recuerda algunas de sus experiencias iniciales en la avicultura salvadoreña: “Yo fui uno de los pioneros de la avicultura salvadoreña, a la edad de 19 años, constituimos la asociación de aves, (que ahora cumple 50 años). El único que todavía está vivo de ese tiempo soy yo. Los fundadores eran Eduardo Lemus Arce, Carlos Leonel Ortiz, Serafín Quiteño, Napoleón Bolaños Menéndez, Jorge Palomo Sol, Carlos Roberto Olmedo, Vicente Arístides Alfaro y yo, que fundamos el 26 de agosto de 1956 la Asociación de Avicultores de El Salvador. (AVES).

“En 1958 cuando terminé mis estudios en Ciencias Aviares en la Louisiana State University de Estados Unidos, fue que decidí activarme en el quehacer avícola. Primero, fue trabajando como vendedor de forraje, y dando un servicio de vacunación y diagnóstico en una planta que se llamaba Alimentos Universales. En 1958, cuando me gradué solicité un préstamo avalado por mi padre de 50,000 mil colones, equivalente hoy en día a 5,700 dólares, e importé de los Estados Unidos 2,500 pollitas Leghorn (Babcock Bessie), fue así como me inicié como avicultor. Significaba un riesgo muy alto, pues la industria avícola en Centroamérica contaba con muy poca tecnología.

“Como todo comienzo fue difícil, viví experiencias bien divertidas, como el hecho de cuidar a las pollitas directamente durmiendo con ellas. Vacunaba, despicaba, fui casetero, clasificador, recogedor de huevo; era el presidente, gerente, casetero, motorista…

“Después como vendedor, no había huevo blanco en el país, me metí en el mercado San Miguelito, y me tocó competir con las señoras dedicadas a la venta de huevo del campo y entonces las señoras inventaron que el huevo blanco daba “bienteveo” la enfermedad que se despigmenta la piel por ser blanco. Así fue como me sacaron fuera del mercado, porque las ventas se vinieron totalmente para abajo. Me salí del mercado y empecé a rutear con un vehículo pequeño de casa en casa en la colonia Escalón, la colonia alta del país; luego abrí tres expendios de huevos en el centro de San Salvador, y le puse la marca El Granjero, y es ahí cuando funde la empresa El Granjero.

“Saltándome a 1984, me salí del Grupo Granjero y tomé la decisión del nuevo reto; en compañía de hermano, Roberto Lemus-O’Byrne y otros avicultores fundamos el Consorcio Avícola Privado (CAP). Tuvimos la visión de activar nuevas fuentes iniciando una cadena de empresas afines con reproductoras, incubación, fabrica de forrajes, desarrollo de pollas, granjas de postura. Fue tal la mentalidad que formamos lo que ahora se llama Grupo Lemus O’Byrne.

“Posteriormente en diciembre de 2002 nuestro grupo conjuntamente con El Granjero y otras empresas formamos las Empresas de Granjas Guanacas. Logramos de esta manera aumentar la cobertura de las ventas coordinado con Guatemala y Honduras, manteniendo así la oferta y la demanda, tratando de intermediar lo menor posible para no subir mucho el precio”, concluye el Lic. Eduardo Lemus-O’Byrne.

Roberto Lemus-O’Byrne, director de producción, habla de las inversiones en sus galpones de producción de ponedoras. “Los tres galpones más nuevos, de túnel, tienen tres años. Fueron las primeras que se instalaron en Latinoamérica, de este tipo, de Chore-Time. Las construimos nuevas, como parte de una expansión y centralización.

“Estos galpones nuevos son muy buenos, los rendimientos de los animales son muy altos. Si mantenemos una buena temperatura solamente tenemos una diferencia de un grado de temperatura entre lo que es enfrente y el centro de la galera, porque los extractores los tenemos a los lados y los paneles evaporativos están a los extremos.

“Aquí los terremotos tanto el de enero como el de febrero del 2001 nos afectaron; se nos dañó el 40% de los equipos, se cayeron las galeras. Entonces tuvimos que hacer una reingeniería nunca antes vista, que nosotros pensamos que no nos iba a dar ningún resultado. Pudimos reconstruir esta granja en ocho meses pero con un arduo trabajo, gracias a la colaboración del Agr. Américo Guardado ya al Ing. Elder Guardado, gerente de desarrollo y forraje.

“En octubre del 2005 nos afectó el huracán Stan, y tuvimos 100 mil aves ahogadas, en las granjas de desarrollo. Se desbordaron los ríos que no había pasado desde 1930 - creció el río a niveles de ocho metros, y las galeras quedaron totalmente inundadas.”, concluye el Lic. Roberto Lemus-O’Byrne.

Mirando al futuro, el Lic. Eduardo Lemus-O´Byrne comenta, “Lo que podemos esperar, en mi concepto, es la unión comercial de Centroamérica, y hay que estar preparados para eso, es parte de la globalización. La frontera va a desaparecer, ese es el futuro del mercadeo. Vender bien es lo que se busca.

“Nuestro crecimiento dependerá del poder adquisitivo del consumidor, de la oferta y la demanda,” dice el Licenciado.

El Granjero

El Granjero, S.A. es la empresa más grande de gallinas comerciales en El Salvador, con 1 millón de ponedoras en producción. La Lic. Carmen Elena Díaz de Sol es Presidenta de la empresa, y además es Comisionada Presidencial para la Agricultura en El Salvador. El Lic. José Alberto González es el Director Ejecutivo.

La Lic. Carmen Elena Díaz de Sol, también es: Presidenta de Avícola Santa Rosa en Honduras, con 210 mil ponedoras en producción, Presidenta de Avícola Julia en Guatemala con 950 mil ponedoras, Presidenta de la Empresa de Granjas Guanacas, S.A. de C.V., y de la Empresa de Granjas Guatemaltecas, S.A. de C.V. Asimismo es Vicepresidenta de la Megadistribuidora Avícola, S.A. de C.V. en Honduras. De esa forma, la Lic. Díaz de Sol encabeza la mayor producción de huevo en todo Centroamérica.

El Granjero se reconoce en Centroamérica por su dinamismo, y más que todo, por su alto nivel de tecnología en la producción de ponedoras. Fueron los primeros en Centroamérica (y probablemente de Latinoamérica) en usar la tecnología más avanzada para construir sus nuevos galpones de ventilación de túnel desde el año 2000. Se había construido uno de estos galpones cuando pegó el terremoto del 2001 que destruyó muchas galeras, pero no dañó al nuevo galpón de ventilación de túnel, al que se le dio el apodo de “Titanic” y de ahí se construyeron dos más de ese tipo. Estas galeras y sus equipos son de Chore-Time.

Son galeras con jaulas tipo “stack deck” con baterías de seis niveles, cada uno con su banda de recolección de estiércol. Hay un segundo piso, para los galponeros - abajo se hace la supervisión solamente de tres niveles de jaulas y de ahí se pasa al piso de arriba donde se pueden observar los tres niveles superiores.

Las bandas de gallinaza se usan un día sí y un día no, así hay menos desgaste en el sistema, en comparación a usarlos una vez a la semana. La recolección de huevo es automática, aunque en el área de clasificación el trabajo es manual. Los extractores están al final del túnel y a la entrada están los paneles evaporativos de enfriamiento de aire.

El Granjero practica la muda forzada a la semana 65, y se mantiene el lote hasta la semana 104. La muda forzada no es obligatoria y no necesariamente se hace en todos los lotes, depende de los requisitos del mercado.

De acuerdo a Juan Carlos Guerra, Gerente de Producción de El Granjero: “La conversión es la que manda y es lo que permite el costo adicional del galpón. La conversión es lo importante, a pesar de que en piso la gallina pudiera estar más cómoda y menos estresada que en los galpones con jaula. La conversión es la que manda y aquí se puede controlar la temperatura con el programador y así se va reduciendo el consumo. En estos galpones, además, crece mucho más rápido el tamaño del huevo, algo que es muy importante.

“A las 17 semanas hacemos el traslado de los galpones de recría a los de producción. Los galpones de recría usan jaulas, pero son galpones abiertos. El 99% de nuestra producción es de huevo rojo.

“Todos nuestros lotes vienen de Criaves ya vacunados contra coccidia, debido a que hemos visto problemas de coccidiosis en recría y hasta en las baterías con banda de estiércol”, dice el Ing. Guerra.

El proyecto más nuevo de El Granjero es su nueva fábrica de alimentos balanceados que se construyó en el 2003, cerca a las granjas de producción de huevo.

El Lic. Wallace Rivas Aberle es el Gerente de la Fábrica de Concentrados. El comenta, “La planta tiene una capacidad de 50 toneladas por hora de producción y tenemos tres silos de 1800 toneladas cada uno. Tenemos la capacidad de recibir 100 toneladas de grano por hora. La bodega de harina de soya es de 2000 toneladas. La planta es de sistema vertical, está la tolva báscula, la mezcladora y la tolva acondicionadora para producto terminado.

“Nosotros manejamos casi todo a concentrado a granel porque tenemos capacidad tal vez para dos días de producción de producto terminado. El sistema lo maneja todo la computadora. Tenemos dos elevadores, uno para llenar una tolva y otro para el producto terminado.

“Producimos los diferentes tipos de alimentos requeridos por las ponedoras, de inicio y producción”, concluye el Lic. Rivas.

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