Por qué no se puede perder la genética de las aves autóctonas

Las razas avícolas autóctonas podrían ser una fuente de riqueza genética para solventar los problemas de las aves comerciales de hoy en día en cuanto a resistencia.

Ruiz B 90x90 Headshot
El INIA cuenta con el cuarto un banco de germoplasma de razas autóctonas, después de los del USDA, INRA y Países Bajos, aunque en número de razas amenazadas, es el más importante del mundo. Foto de Benjamín Ruiz.
El INIA cuenta con el cuarto un banco de germoplasma de razas autóctonas, después de los del USDA, INRA y Países Bajos, aunque en número de razas amenazadas, es el más importante del mundo. Foto de Benjamín Ruiz.

Desde la década de los 60 del siglo pasado, empezó en España el programa de conservación de gallinas de doce razas autóctonas en peligro de extinción. Una de las principales razones de formar este núcleo singular de razas fue la influenza aviar.

Uno podría preguntarse: ¿qué tiene que ver la influenza aviar con la conservación de razas autóctonas?

“En esta coyuntura, creemos necesario que hay que tener un banco de germoplasma, en caso de que entre la influenza aviar u otra enfermedad que pudiera diezmar la población”, dice el Dr. Julián Santiago Moreno, investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias (INIA), en Madrid, y por lo tanto, perderse toda esa información genética.

Julián Santiago, investigador del INIA en España dice que hay que preservar los recursos genéticos, porque es factible que cuenten con características de gran utilidad

Julián Santiago, investigador del INIA en España dice que hay que preservar los recursos genéticos, porque es factible que cuenten con características de gran utilidad. Foto de Benjamín Ruiz.

El porqué de un banco genético

Las características como la rusticidad y la resistencia a las enfermedades de las razas autóctonas van de la mano con las directrices que marca la FAO y la Unión Europea. Santiago dice que, “Hay que preservar y hacer bancos de recursos genéticos, porque en estas razas amenazadas se encuentren características genéticas de resistencia a enfermedades, de resistencia al cambio climático, que no se pueden perder”.

Echemos un vistazo al cambio climático. Las razas autóctonas se adaptan a las condiciones extremas de frío o de calor.

“La información de estas aves, a lo mejor va a ser útil, para luego hacer una introgresión en un pollo de engorde, o en una ponedora”, añade Santiago.

Todo esto incluso se puede relacionar con la seguridad alimentaria, pues las líneas comerciales que se han desarrollando cada vez son más sensibles a las enfermedades, por lo que se requieren más de probióticos o antibióticos en alimentos balanceados. Podría ser factible que al ser las razas autóctonas tan resistentes, se disminuya el uso de los antibióticos.

Los bancos de germoplasma están desarrollados no solo para tener material congelado para usarlo en caso de emergencia. Es también para investigación, para identificar qué genes son los que resisten a tales enfermedades, para utilizar ese material genético en líneas comerciales.

Prohibición de antibióticos y genética

La selección genética ha aumentado el rendimiento, pero hasta cierto punto, ha hecho a los animales más débiles.

“En mamíferos, la selección se ha hecho para dar más leche o un rendimiento cárnico más alto, pero nadie ha seleccionado por potenciar el sistema inmunitario o por potenciar mayor capacidad de trabajo hepático”, dice el Dr. Antonio López, también investigador del INIA.

Esto nos ha dado animales súper seleccionados, capaces de rendir en términos de carne, pero que fisiológicamente tiene defectos y que ahora, al retirar los antibióticos, surgen los problemas. “Los animales se han seleccionado en función de lo que había, y ahora se lo quitamos”.

Quizás debamos recurrir a la información genética de las aves rústicas y ver por qué resisten más. Los bancos de germoplasma tienen que ser activos y efectivos, para ayudar a mejorar las condiciones.

Uso futuro de material genético

¿Habrá en el futuro interés en utilizar esta información? “Lógicamente sí”, dice Santiago. “Lo que pasa es que es a medio y largo plazo, o a corto plazo si hay una emergencia”.

“Ojalá que no, pero las cosas se ponen en marcha cuando por desgracia viene una catástrofe”, dice López, que nos recuerda cuando surgió el problema de las vacas locas. “En poquísimos meses, se hizo un programa especial de investigación, con fondos especiales, porque crecía día a día”.

En el caso de la avicultura, Santiago dice que ya hay problemas, por ejemplo, en infertilidad en pollos de engorde, quizás similar al síndrome de la pechuga del pavo, pues hay copulas inefectivas, porque las aves no llegan a copular bien. Si se llega a desarrollar mucho más la pechuga del pollo, podría haber problemas.

También en pavos se presenta el síndrome del semen amarillo. Con la selección que ha habido, empiezan a haber alteraciones en el ciclo espermatogénico y grandes problemas de fertilidad. En el caso del pavo, hay que inseminar a los animales, pero la industria del pollo no está hecha para eso.

Bioeconomía y avicultura

Hay razas avícolas que son estupendas para mantenerlas en condiciones de producción extensiva, para producciones ecológicas. Es un mercado de nicho, porque no hay suficientes de estas aves para producir huevo o carne para la demanda general. Es imposible y no tiene sentido.

La producción industrial es necesaria, pero los mercados de nicho son interesantes, sobre todo ahora con conceptos como la bioeconomía. La bioeconomía es la ciencia del manejo de la sustentabilidad, cuya finalidad es alcanzar un desarrollo socio-económico sustentable, mediante un uso eficiente de los recursos naturales.

 

La conservación del semen

En el proyecto europeo que liderea el INIA, se realiza la congelación de semen, además de la conservación de células germinales, con el objeto de conservar los gametos femeninos.

El INIA ha refinado la técnica de congelación para crear un banco de germoplasma de razas autóctonas, “reconocido por la World’s Poultry Science Association, como el cuarto banco en importancia, después de los del USDA, INRA y Países Bajos. Pero en número de razas amenazadas, es el más importante del mundo”, señala Santiago.

Las razas autóctonas españolas, que se explotan en condiciones de extensivo o free-range tienen espermatozoides que son más sensibles a los efectos tóxicos de los crioprotectores que se utilizan.

No se puede meter una célula a congelar en nitrógeno líquido sin sustituir el agua por alcoholes, que por lo general es el glicerol, un crioprotector. Sin embargo, el glicerol en las gallinas es tóxico, a nivel de espermatecas, estructuras en la unión útero-vaginal donde los espermatozoides se depositan, y de donde se van liberando durante dos o tres semanas. Por lo tanto, hay que retirarlo, antes de la inseminación artificial, lo cual complica el procedimiento.

También hacen investigaciones en congelación ultrarrápida, incluso llevando a la vitrificación de los espermatozoides, para hacer pélets o micropélets, en lugar de los métodos clásicos de congelación en pajuelas.

 

 

 

Page 1 of 1580
Next Page