Fisiología de la respiración del pollo

La mortalidad que resulta por las complicaciones respiratorias es muy costosa para la industria avícola.

Los pollos de engorda son más susceptibles a los efectos del estrés por calor.
Los pollos de engorda son más susceptibles a los efectos del estrés por calor.

El ave de hoy en día tiene el potencial de crecer de forma muy rápida, pero es más frágil. Por ejemplo, el corazón y los pulmones representan un porcentaje más bajo del peso corporal, que el de los pollos de hace 5 o 10 años. Debido a esto, las aves son mucho más susceptibles a los factores de estrés que afectan a los sistemas respiratorio y circulatorio. La mortalidad que resulta de la ascitis, ataques al corazón, estrés por calor y por las complicaciones respiratorias, es muy costosa para la industria avícola.

El sistema respiratorio del pollo es bastante diferente del de los mamíferos. Durante el proceso de inhalación, el aire inhalado fluye a través de la tráquea y los principales tubos bronquiales de los pulmones, directamente en los sacos aéreos abdominales. Conforme exhala el ave, el aire se empuja de la cabeza hacia el área de los pulmones en donde se lleva a cabo el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono. El flujo de aire inhalado directamente a los sacos aéreos abdominales significa una constante exposición a todo organismo que haya en el aire inhalado. En el caso en que haya disminuido la resistencia natural de estos pasajes aéreos por la presencia de Mycoplasma, fácilmente se pueden establecer infecciones bacterianas secundarias. El sistema respiratorio superior en la cavidad nasal está diseñado para filtrar, humedecer y calentar el aire que entra. Las partículas mayores a unos 4 micrones quedan atrapadas en la superficie por la acción ciliar y el recubrimiento mucoso, para después eliminarse. La tráquea, bronquios primarios y la base de los bronquios secundarios están también recubiertos de cilios y moco, que actúan para eliminar partículas más pequeñas del sistema respiratorio. Es importante el mantenimiento de la integridad de estos sistemas, para prevenir que causen enfermedades los microorganismos que normalmente entran al sistema respiratorio (Fedde, M.R., 1998). El ambiente de la caseta avícola, que contiene polvo, amoniaco, humedad y microorganismos, los cuales incluyen a los oportunistas y a los patógenos, es capaz de dañar o abrumar al sistema, de tal manera que se tornan más susceptibles las aves a enfermedades respiratorias.

En un contexto en el que cada día de ganancia de peso es crítico para cubrir la demanda del mercado y para mantener la producción de pollo de engorda como una actividad económica viable, es de importancia primordial el mantenimiento de la salud respiratoria de las aves. Una función respiratoria deteriorada puede conducir a un retraso en el desempeño del crecimiento a través de los siguientes mecanismos:

• El suministro limitado de oxígeno resulta en una escasez de “combustible metabólico”

• Un mayor gasto cardiaco para cubrir la demanda de oxígeno puede llevar a una enfermedad metabólica como la ascitis

• Deterioro de la capacidad de eliminar los patógenos oportunistas

• Deterioro de las funciones termorreguladoras por medio de las cuales no se puede eliminar el exceso de calor corporal a través de la evaporación

Enfermedades respiratorias

De todos los factores estresantes, las interacciones de patógenos tienen el papel más significativo en el desarrollo del complejo de enfermedades respiratorias en las operaciones modernas de pollos de engorda. Las infecciones del virus de la enfermedad de Newcastle (mesogénico y velogénico), virus de la bronquitis infecciosa, virus de la influenza aviar, Mycoplasma y otros agentes respiratorios importantes pueden causar pérdidas devastadoras en una integración de pollos de engorda. Las parvadas afectadas experimentan una disminución del desempeño con una reducción del peso corporal y un aumento de la conversión de alimento, mortalidad y decomisos en el procesamiento. En otros casos, las enfermedades inmunosupresoras como el agente de la anemia del pollo, bursitis infecciosa, micotoxicosis y la enfermedad de Marek, pueden empeorar las infecciones de estos agentes respiratorios importantes o primarios, y resultar en una enfermedad grave y prolongada (Farrager, J.T., et. al, 1974; Kleven, S.H. y Glisson, J.R., 1997).

Reacciones de la vacuna 

Son importantes las infecciones de campo de enfermedades respiratorias primarias, por lo que se deben extremar los esfuerzos para prevenir su entrada a la integración de pollos. Las pérdidas relacionadas con las enfermedades respiratorias también se relacionan comúnmente con las complicaciones que surgen de la vacunación planeada de las parvadas de pollos de engorda. En estos casos, se vacuna a las parvadas, lo que resulta en una reacción a la vacuna excesiva o prolongada (Dhawale, A., 2005). Estas reacciones excesivas, ocurren hasta cierto grado en todas las parvadas en la integración, y generalmente causan más pérdidas económicas que la infección de campo ocasional. De esta forma, es importante desarrollar un plan para:

1) Prevenir la entrada de enfermedades infecciosas a la integración de pollos de engorda (bioseguridad),

2) Echar a andar un programa de vacunación y medicación eficaz y económico para proteger a las parvadas, y

3) Entender los factores en la integración que pudieran ser responsables de las complicaciones.

En muchas zonas productoras de pollos de engorda en el mundo, las complicaciones que surgen de la infección por Mycoplasma son las responsables de grandes pérdidas. En efecto, la principal causa de pérdidas en el desempeño de muchas integraciones se debe a la vacunación de parvadas de pollos de engorda infectadas con micoplasmosis con vacunas de tipo vivo de Newcastle o de bronquitis infecciosa (Timms, L.M. 1972; Kleven S.H., et. al 1972; Hopkins, S.R. y H.W. Yoder, 1982). La infección de Mycoplasma en pollos de engorda saludables y en un ambiente limpio, va a resultar en sólo una enfermedad respiratoria leve. Sin embargo, cuando la micoplasmosis interactúa con los virus respiratorios comunes de campo o vacunas, agentes inmunosupresores y malas prácticas de manejo, conduce a la enfermedad respiratoria crónica (ERC) (Giambrone, J.J. et. al, 1977). Cuando se complica aún más la interacción con la infección secundaria con E. coli, se convierte en enfermedad respiratoria crónica complicada (ERCC), con lo que las pérdidas resultantes pueden ser catastróficas para una integración. En muchas integraciones, la infección de Mycoplasma va a limitar la capacidad de una compañía de vacunar de forma eficaz contra el posible desafío de enfermedad respiratoria de los virus de la enfermedad de Newcastle (ENC) y de la bronquitis infecciosa (BI). Se ha informado que la infección de MS disminuye la respuesta inmunológica a la vacunación de ENC de cepa LaSota (Nascimento, E., 2003).

La invasión de E. coli oportunista en el tracto respiratorio de aves que experimentan una reacción excesiva entre las vacunas de Mycoplasma y la respiratoria de tipo vivo, va a resultar en incluso más daños (Bradbury, J.M., 1984). Estas pérdidas grandes son el resultado de una mortalidad en la etapa tardía de la producción, de la pérdida de desempeño y en la necesidad de un aumento en el uso de antibióticos para controlar la ERCC resultante. Por lo tanto, tiene sentido que los veterinarios y productores prevengan la ERCC secundaria inducida por E. coli, tratando la micoplasmosis con antibióticos dirigidos al inicio, que alivien las excesivas reacciones a las vacunas en los pollos de engorda infectados con Mycoplasma. Esto puede ofrecer ventajas significativas en comparación con sólo tratar la infección de E. coli con antibióticos de amplio espectro, después de que hayan ocurrido los problemas de ERCC.

Éxito en los programas de vacunación

Probablemente resulta en mucha confusión relacionada con la vacunación viva de los virus de ENC y de la BI del intento de las integraciones de utilizar programas de vacunación o recomendaciones genéricas. Cada integración tiene su propio conjunto de variables que necesitan ponerse en consideración al diseñar un programa eficaz de vacunación de ENC y BI, por lo que puede ser peligroso usar un programa genérico. Por ejemplo, al diseñar un programa de vacunación de Newcastle y bronquitis infecciosa, es necesario considerar lo siguiente:

1) Estado de la infección de micoplasmosis (MG y MS).

2) Estado de la infección de aspergilosis

3) Niveles de anticuerpos maternos de BI y ENC, además de la uniformidad de títulos maternos.

4) Incidencia del desafío de campo de la BI y ENC,

5) Virulencia y serotipos del desafío de virus de campo de la BI y ENC,

6) Estado del sistema inmunológico de las aves debido al desafío de la enfermedad de la bursitis infecciosa o la anemia infecciosa del pollo,

7) Calidad del aire en las casetas de producción

8) Calidad del pollito y otros factores.

Al visitar integraciones, es evidente también que a menudo los programas de vacunación se desarrollan debido a la tergiversación de las respuestas de las vacunas. De esta forma, se pueden echar a andar programas de vacunación intensiva de pollos de engorda, simplemente para intentar limitar las pérdidas que resultan de respuestas vacunales adversas. En estos casos, el desafío de campo de la ENC y BI es de poco significado en afectar de manera adversa los parámetros de producción y los costos. El diseño de un programa de vacunación para una integración, generalmente requiere de la evaluación de las prácticas de producción, análisis de laboratorio y experimentación, antes de poder identificar cuál es el mejor programa. Así, es importante mantenerse con la mente abierta y estar dispuesto a probar opciones diferentes.

No es el remedio milagroso

La vacunación contra la ENC y la BI no va a tener ningún valor si no se desafía a las parvadas con estas enfermedades. Las vacunas no mejoran la conversión de alimento ni la ganancia de peso, ni tampoco disminuyen la mortalidad, si no sucede un desafío de campo de estas dos enfermedades. En realidad, las vacunas vivas traen sus propios costos. Además del costo de las vacunas y la mano de obra de administrarlas, éstas van a afectar de manera adversa el desempeño. En realidad, las vacunas vivas de ENC y BI son formas moderadas de las enfermedades. En la mayoría de los casos, un virus vacunal sencillamente es un virus de campo modificado o atenuado. Debido a las diferencias en la salud de la parvada, al estado concurrente de enfermedades y a las prácticas de manejo, puede variar considerablemente la manera en que responden las parvadas. Para que tenga éxito un programa de vacunación, es esencial un manejo adecuado de la caseta que proporcione un ambiente sin estrés. De esta forma, las decisiones de vacunar o no, la vía de la vacunación, las cepas a usar en la vacuna, o la necesidad de volver a vacunar van a depender de la probabilidad de un desafío de campo y del nivel de factor estresante al que la parvada está expuesta. Esta es una decisión que puede afectar al costo de producción y al desempeño de una integración. Es esencial tener un programa eficaz de vacunación. Sin embargo, una vacunación inadecuada de Newcastle y BI puede costarle a la compañía tanto como el desafío de campo. Muchos gerentes de producción y veterinarios de campo simplemente se sienten bien cuando vacunan a los pollos de engorda, pero en realidad no hay garantía de que las aves estén protegidas y de que las complicaciones de reacciones vacunales no resulten en pérdidas significativas.

Reacciones vacunales excesivas

En muchos casos, las compañías se han quejado de las reacciones excesivas después de la vacunación viva de Newcastle y bronquitis infecciosa. Debido a las reacciones graves y prolongadas, muchas de estas parvadas van a presentar un bajo peso corporal, van a ser desiguales y con malas conversiones alimenticias, e incluso, van a experimentar un aumento en la mortalidad en la última fase.

Son muchas las causas de las reacciones vacunales excesivas. El gerente de la integración debe evaluar de cerca el problema y echar a andar un plan para lograr los objetivos de brindar protección contra el desafío de campo, mientras controla las reacciones de las vacunas. A continuación se describen algunos factores comunes relacionados con la reacción vacunal excesiva:

1. Desigualdad de la reacción vacunal

Sería ideal que todas las aves en la parvada recibieran la misma dosis de vacuna al mismo tiempo. Así, todas las aves responderían al mismo tiempo de una manera predecible. Cuando solamente una parte de la parvada recibe la vacuna, la reacción va a ser prolongada, a lo que se conoce como “reacción en cadena”. Por ejemplo, es muy común cuando se vacuna en el agua, que solamente una parte de las aves consuma el agua tratada. Si esto sucede, algunas aves van a recibir dosis múltiples y otras no reciben nada. Sin embargo, en los siguientes días, las aves vacunadas van a diseminar horizontalmente la vacuna a sus compañeros. La transmisión horizontal va a ser variable y va a haber cambios adicionales en los niveles de anticuerpos maternos, lo que complica aún más la reacción de la parvada. Los mismos principios se aplican para la vacuna por aspersión.

2. Selección de cepas vacunales

Debe considerarse con mucho cuidado la decisión de utilizar cepas vacunales moderadas, en comparación con más agresivas. La reacción que resulta de la vacunación con la cepa B1B1 de Newcastle en comparación con la LaSota, es considerablemente diferente. Esta decisión debe basarse en los tipos de virus de campo de Newcastle en la zona y en el estado general de salud de la parvada. El uso de cepas vacunales más moderadas no va a proporcionar mucha protección contra un desafío de campo; sin embargo, la reacción va a ser relativamente leve. A la inversa, no use una vacuna más reactiva si no se necesita, ya que las reacciones van a ser más fuertes. Para que sean eficaces las vacunas de la bronquitis infecciosa seleccionadas, deben de corresponder con los aislados de campo. Deben de llevarse a cabo estudios de laboratorio para identificar los aislados de campo en una zona específica.

3. Administración de vacunas

La vía de aplicación de las vacunas tiene efecto sobre la respuesta inmunológica y la reacción clínica. Generalmente, la respuesta y la reacción a las vacunas vivas de ENC y la BI son más pronunciadas después de la administración de la vacuna con el uso de aspersión fina, seguida de la aspersión gruesa, gota ocular y finalmente agua. Como se describió anteriormente en la sección de la uniformidad de la vacunación, este principio es aplicable a la vacunación por varias vías. En las compañías en las que se vacuna por la vía del agua y que tienen problemas con las “reacciones en cadena”, se recomienda vacunar a una parvada en una granja de prueba por la vía ocular. La vía ocular se hace ave por ave, lo que permitirá determinar si la “reacción en cadena” se debe a la uniformidad de la administración en comparación con otras causas.

4. Enfermedades inmunosupresoras

Los pollos inmunosuprimidos tienen una menor capacidad de eliminar el virus de la vacuna del tracto respiratorio. Estos pollos son más propensos a complicaciones respiratorias secundarias, ya que persiste la reacción de la vacuna en el tracto respiratorio que resulta en una menor respuesta inmunológica. Entre los agentes inmunosupresores se encuentra el virus de la enfermedad de la bursitis infecciosa (Gumboro), coccidiosis, micotoxicosis, virus de la anemia del pollo, entre otros factores estresantes.

5. Manejo de la caseta

El manejo adecuado de la temperatura de crianza y de la cama, la ventilación y el nivel atmosférico de amoniaco durante las semanas iniciales, es muy importante para prevenir el estrés, a menudo relacionado con las excesivas reacciones vacunales y enfermedades respiratorias (Kling, H.F. y Quarles C.L., 1974). El manejo de la cama y la sanidad del bebedero para el control de la carga de patógenos, puede prevenir las reacciones excesivas relacionadas con los patógenos secundarios, como la E. coli, y reducir las condiciones de acumulación de amoniaco y polvo en la caseta (Kristensen, H.H. y Wathes, C.M., 2000).

La vacunación de BI y ENC debe brindar protección a la parvada contra el desafío de los virus de campo, sin causar reacciones excesivas. La integración debe determinar la relación costo:beneficio de la vacunación. Cuando haya problemas, deben reconocerse y hacerse el esfuerzo para resolverlos. No debe aceptarse el hecho de simplemente vivir con reacciones excesivas y las pérdidas relacionadas a un menor desempeño y al aumento de los costos de medicación.

6. Infección de Mycoplasma

Las parvadas con micoplasmosis requieren de una especial consideración al diseñar programas de vacunación de BI y ENC. Con el rápido desarrollo de la producción de pollos de engorda en el mundo, ha habido una gran concentración de una enorme cantidad de pollos en pequeñas zonas, lo que conduce a un aumento en la exposición al Mycoplasma patógeno. El Mycoplasma gallisepticum (MG) y el Mycoplasma synoviae (MS) siguen siendo los dos patógenos de mayor importancia económica que afectan a los pollos de todo el mundo (Kleven, S.H., 2003). Se sabe que el MG y ciertas cepas de MS son capaces de causar enfermedad primaria significativa. Se sabe también que estos agentes causan enfermedad subclínica respiratoria en las aves comerciales. Se calcula que en el ámbito mundial, las pérdidas debidas a las infecciones clínicas y subclínicas de estos organismos estén en los miles de millones de dólares. En las parvadas infectadas, se sugiere usar solamente aquellas vacunas que son absolutamente necesarias, vacunar a una edad temprana, usar una vía menos agresiva e incluir la terapia de antibióticos para controlar las complicaciones de la micoplasmosis. La transmisión de la micoplasmosis a través del huevo se encuentra a un nivel bajo, probablemente no más del 2% en la transmisión pico en reproductoras. La transmisión horizontal, en una parvada de pollos de engorda, va a permitir la infección, de un modo eficaz, de toda ella después de varias semanas.

Hoy en día, la administración del tratamiento con antibióticos justo después de que acontezca el brote de ERC o ERCC, está considerada como un método anticuado en la producción de pollos de engorda. En las zonas endémicas, la micoplasmosis va a suceder de modo predecible durante el ciclo de producción de la parvada, por lo que se justifica un programa de antibióticos dirigido, aplicado estratégicamente, para ayudar al mecanismo de defensa respiratorio del ave al inicio del proceso infeccioso (Glisson, J.R. y Carrier, D., 1999; Stipkorits, L., 2002). Para que los programas de control con antibióticos sean más eficaces, deben incluir el tratamiento a los 1 a 3 días de edad y luego durante 1 a 3 días después del período de estrés (es decir, período de respuesta vacunal).

En la industria avícola, es común usar antibióticos de amplio espectro en las parvadas con micoplasmosis para controlarla, así como también las complicaciones relacionadas con las infecciones con E. coli. Esta práctica ha ocasionado algunas preocupaciones, debido al desarrollo de la resistencia bacteriana después de un uso prolongado de los antibióticos de amplio espectro (White, D.G., 2000). El uso de antibióticos selectivos al Mycoplasma, como se describió anteriormente, reduciría el desarrollo de la resistencia en bacterias no objetivo, lo cual dejaría que los antibióticos de amplio espectro fueran eficaces, cuando se lleguen a necesitar en el futuro. El uso prudente de antibióticos y de antibióticos de objetivo específico, siempre y cuando sea posible, va a permitir un control eficaz de los problemas de enfermedades, van a reducir el desarrollo de la resistencia y los problemas reglamentarios en el futuro (Prudent Use of Antibiotics Document, 1999). A este objetivo y esquema planeado de tratamiento comúnmente se les conoce como terapia metafíláctica, la cual ha sido utilizada con mucho éxito. El objetivo de un programa de metafilaxis contra la micoplasmosis es el de limitar la diseminación horizontal con la reducción del número absoluto de Mycoplasma que llevan los pollos de engorda. La reducción del nivel de infección va también a reducir, desde luego, la gravedad de la enfermedad resultante en el ave.

El papel de la infección secundaria de E. coli en las parvadas de pollos de engorda con micoplasmosis debe considerarse como un todo. En pollos de engorda saludables, las vacunas de Newcastle y bronquitis no van a causar reacciones excesivas ni complicaciones de E. coli. Sin embargo, la micoplasmosis puede propiciar condiciones favorables para que la E. coli oportunista invada y cause infecciones. El uso adecuado de los antibióticos contra la micoplasmosis va a prevenir las reacciones vacunales excesivas, y de esta forma evitar la necesidad de tratar las complicaciones de E. coli que resulten en ERCC. Los regímenes enfocados contra las infecciones resultantes de E. coli, por lo general sólo tienen un éxito marginal, ya que las aves van a estar cerca de la edad al mercado con menores pesos corporales y una mala uniformidad. Estas infecciones consisten de poblaciones mezcladas de E. coli, por lo que es difícil seleccionar un antibiótico eficaz. Además, en el procesamiento se van también a decomisar muchas aves infectadas con E. coli.

Resumen

El tracto respiratorio es una de las principales vías de acceso de muchos patógenos en los pollos de engorda comerciales modernos. Los pollos de engorda han desarrollado un importante mecanismo de defensa llamado aparato mucociliar, contra la invasión de patógenos. Este aparato funciona al nivel del recubrimiento del sistema respiratorio; está diseñado para proteger a las células del epitelio respiratorio y para lanzar a las partículas y bacterias atrapadas fuera del huésped. Cualquier daño a este mecanismo o a las células epiteliales respiratorias reduce la función de eliminación. A las células dañadas del epitelio de la mucosa de la tráquea y bronquios les lleva de siete a 14 días para regenerarse. Mientras mayor sea el daño, más tiempo se va a necesitar para la reparación. Durante este tiempo, la parvada va a estar en alto riesgo de desempeñarse menos y de estar más susceptible a otros desafíos infecciosos. Bajo condiciones comerciales de crecimiento, esto es un ataque para la salud, que no pueden permitirse los avicultores, debido al corto período de vida del pollo de engorda comercial.

La vacunación de BI y ENC debe brindar protección a la parvada contra el desafío de los virus de campo, sin causar reacciones excesivas. La integración debe determinar la relación costo:beneficio de la vacunación. Cuando haya problemas, deben reconocerse y hacerse el esfuerzo para resolverlos. No debe aceptarse el hecho de simplemente vivir con reacciones excesivas y las pérdidas relacionadas a un menor desempeño, y al innecesario aumento de los costos de medicación. Por lo tanto, es de desearse en una compañía que un programa integrado de manejo respiratorio logre el desempeño máximo.

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