Métodos de prevención y control de la salmonellosis

La complejidad del origen de las infecciones causadas por la Paratifoidea ha provocado que varios sectores del negocio avícola hayan realizado un esfuerzo mancomunado para su prevención y control.

Salmonella Pullorum (SP), S. Gallinarum (SG), S. Enteritidis (SE) y S.Typhimurium (ST) son consideradas generalmente como las especies más reconocidas dentro del género Salmonella. La SP y SG, especies adaptadas al huésped o inmóviles se han controlado mayormente en los países industrializados. La SE y ST, pertenecientes al grupo de la Paratifoidea aviar incluye decenas de especies en su mayoría móviles, que todavía representan un serio problema desde el punto de vista de la salud animal y pública, tanto en los países desarrollados como en aquellos en vía de desarrollo.

Estas especies pueden sobrevivir con mayor facilidad bajo las condiciones ambientales existentes en las casetas y granjas avícolas. Generalmente las infecciones causadas por el grupo de la Paratifoidea se presentan de forma asintomática y la respuesta inmune evaluada mediante pruebas serológicas es limitada en aves jóvenes que se convierten en portadoras. A estas características favorables para su desarrollo se añade su capacidad de mantener las infecciones por largos períodos, aún en presencia de tratamientos con diversos agentes antimicrobianos. Con cierta frecuencia los productos avícolas como el huevo y la carne se asocian con infecciones causadas por la Paratifoidea en humanos. El hecho de que las especies que afectan con mayor frecuencia a los humanos como SE y ST, también son comunes en aves comerciales enfatiza la importancia de ambos patógenos.

Varias publicaciones y trabajos científicos realizados en mataderos avícolas por el Departamento de Agricultura (USDA por sus siglas en ingles) y otros centros de investigación de los Estados Unidos, indican que las cepas patógenas de Salmonella detectadas después de que las canales de pollos salen del tanque de enfriamiento ("chiller") son las mismas que se aíslan en las pollas, reproductoras, residuos de la incubadora y en los pollitos recién nacidos. Ambas especies también se pueden aislar cuando se toman muestras de la yacija dentro de la caseta, lo que indica su relevancia en la transmisión de la infección y la importancia de tomar hisopos de arrastre cuando se intenta determinar si una parvada se ha infectado.

La complejidad del origen de las infecciones causadas por la Paratifoidea ha provocado que varios sectores del negocio avícola hayan realizado un esfuerzo mancomunado para su prevención y control. La reacción de las compañías genéticas y de las plantas de procesamiento de productos avícolas ha consistido en producir aves reproductoras, huevos y carnes libres de contaminación. Es decir que la tarea de control de la salmonellosis se ha convertido en un proceso integrado que se extiende desde la producción de un pollito o pavito recién nacido libre de Salmonella hasta la entrega de carnes u otro tipo de productos totalmente libres de estos agentes patógenos.

Patogenia

Una breve revisión de la manera en que la bacteria invade el organismo del ave y se disemina a todo el cuerpo, lo que se conoce en medicina veterinaria como la patogenia de la enfermedad, explica porqué estas infecciones son tan comunes y difíciles de controlar. Las especies de Salmonella pertenecientes al grupo de la Paratifoidea presentan una patogenia que se divide en dos fases denominadas intestinal y sistémica. Después de la ingestión oral, la Salmonella tiene que sobrevivir en presencia del pH ácido existente en la primera porción del sistema digestivo antes de llegar a los intestinos donde el pH (menos ácido) resulta más favorable para su crecimiento. Una vez se localiza en los ciegos, se adhiere a las células intestinales donde inicia la penetración a través de las células epiteliales (fase intestinal) y logra una localización intracelular que le permite multiplicarse extensivamente. Como respuesta a la infección, el ave produce macrófagos que ingieren las bacterias presentes en el interior de la pared intestinal, lo que representa el inicio de la fase sistémica o circulación a través del torrente sanguíneo.

Después de ocurrir la fagocitosis, el patógeno puede sobrevivir en el interior de los glóbulos blancos, multiplicarse en la sangre y diseminarse a órganos internos como el hígado y el bazo. Ya establecido en la sangre, destruye las células del huésped mediante un mecanismo que evita una reacción inflamatoria que podría ser dañina para la Salmonella que se encuentra en el interior de los tejidos. Precisamente el hecho de que la Salmonella es capaz de circunnavegar cualquier tipo de respuesta del organismo en su contra, mediante su capacidad de esconderse dentro de las células, provoca que la típica respuesta inmune que resulta exitosa en presencia de otras bacterias no sea muy efectiva en estos casos.

Cómo prevenir y tratar la infección

El primer punto a considerar en un programa de prevención es determinar el origen de la infección y qué especie de Salmonella está presente. Es decir, saber si la fuente de infección es algún ingrediente o ingredientes añadidos al alimento, el personal o equipo contaminado que se pone en contacto con las aves, la presencia de vectores (roedores por ejemplo) o la presencia de transmisión transovárica (vertical). Si desconocemos si la infección se origina en las madres, en las granjas o proviene del alimento será difícil tomar las medidas adecuadas. La mayoría de los expertos en el área consideran que idealmente se deben utilizar por los menos dos métodos de prevención. Esta combinación de medidas debe acompañarse de múltiples pasos para que resulten exitosas, incluyendo un mejoramiento del nivel de bioseguridad y control de roedores e insectos, aspectos cruciales en la prevención de las infecciones. Tradicionalmente se usan diferentes tipos de enfoques para la prevención y/o tratamiento de la salmonellosis, como el uso de los antibióticos, la exclusión competitiva (probióticos), acidificantes, prebióticos y la administración de vacunas vivas e inactivadas.

A continuación revisaremos las ventajas y desventajas de las técnicas que se han usado con mayor frecuencia para la prevención y control de las infecciones causadas por las especies más importantes de Salmonella.

Antibióticos

Se han utilizado por varias décadas en el tratamiento y la prevención de las infecciones con un costo de aplicación en el alimento y agua de bebida relativamente bajo. Productos como la Furazolidona, hoy en día prohibidos en muchos países, se utilizaron ampliamente por décadas para el control de la salmonellosis. Últimamente las medidas de control establecidas en los países industrializados no se basan en el uso de antibióticos porque su aplicación indiscriminada puede provocar la presencia de cepas resistentes en humanos. Tradicionalmente se ha reportado que provocan el desarrollo de aves portadoras y se reconoce que de la misma manera que ocurre con la micoplasmosis aviar, no es posible eliminar la infección permanentemente. Uno de los resultados de la utilización de los antibióticos en aves infectadas consiste en que con frecuencia no se aíslan las especies patógenas de Salmonella en los hisopos cloacales (eliminación fecal), lo que brinda una falsa tranquilidad al veterinario, quien piensa que se eliminó la infección luego de la medicación.

En realidad lo que ocurre es que muchas de las aves tratadas terminan como portadoras porque el tratamiento evitó la presencia del germen en las heces, pero no dentro de los órganos internos, donde la bacteria se aloja esperando el momento adecuado (pico de producción, mal manejo, corte de pico o cualquier tipo de estrés) para producir la infección nuevamente. Varias publicaciones científicas indican que cuando se han tratado parvadas con antibióticos para controlar las infecciones, posteriormente el ave se torna más susceptible a la enfermedad con otras especies del género, porque se ha suprimido el crecimiento de la microflora intestinal beneficiosa y por lo tanto el ave no es capaz de impedir el crecimiento de otras especies patógenas de Salmonella a nivel intestinal.

Probióticos

Estos productos son usados mayormente de manera preventiva. Desde hace varias décadas se ha demostrado que los pollitos recién nacidos presenta una alta susceptibilidad a las infecciones provocadas por la Paratifoidea. Según adquieren más edad, se hacen más resistentes. Esta resistencia asociada con la edad se atribuye en gran medida a la adquisición de una microflora intestinal protectiva obtenida del medio ambiente. La exclusión competitiva o uso de probióticos consiste en una carrera por colonizar los intestinos con la microflora beneficiosa antes de que la Salmonella patógena invada al huésped.

Este enfoque se ha usado ampliamente en todo el mundo y se considera uno de los métodos más eficientes de prevención. Los probióticos han demostrado consistentemente una disminución tanto en la colonización intestinal como en la subsiguiente invasión de los tejidos internos por parte de varias especies de Salmonella. Se considera que su efectividad es producto de la combinación de varios mecanismos de interferencia, incluyendo la producción de ácidos grasos volátiles, disminución del pH intestinal, desarrollo de inmunidad local, ocupación de puntos específicos en el tejido epitelial, producción de varios compuestos antibacteriales y la competencia por nutrientes a nivel intestinal.

Los probióticos no representan un tratamiento terapéutico y por lo tanto no eliminan la infección en las aves ya infectadas como lo hace un antibiótico, razón por la cual idealmente deben usarse en aves libres de Salmonella. En algunos reportes científicos se ha observado que la combinación simultánea de antibióticos como la Enrofloxacina con probióticos en pollitos recién nacidos contaminados con Salmonella ha reducido el nivel de infección en las parvadas usadas en las pruebas.

Acidificantes

Se pueden usar tanto en el tratamiento como en la prevención de las infecciones. Numerosos reportes científicos han demostrado que microorganismos patógenos como el Clostridium perfringens, Escherichia coli y especies patógenas de Salmonella spp. muestran una reducción de su tasa de crecimiento cuando el pH del ambiente donde se desarrollan baja de 5. Por otro lado, en el caso de microorganismos que toleran la presencia de ácidos como los Lactobacillus, generalmente su crecimiento no se ve afectado. Las especies patógenas de Salmonella pueden sobrevivir a un pH de 4 a 9 con un rango óptimo para su crecimiento de 6.5 a 7.5, de manera que un pH por encima o debajo de esos límites será capaz de inhibir su crecimiento.

En años recientes los acidificantes se han convertido en aditivos alimenticios sumamente comunes para el tratamiento y la prevención de patógenos intestinales, como resultado de los controles existentes en la aplicación de antibióticos. En términos generales los acidificantes tienen dos mecanismos de acción. Uno representado por la disminución del pH del tracto digestivo y el otro consistente en un efecto directo cuando se ponen en contacto con el patógeno a nivel del tubo gastrointestinal. Los ácidos orgánicos, clasificados como ácidos débiles, en su forma no disociada (no ionizada y más lipofílica) pueden penetrar la pared celular bacteriana atravesando la membrana y dañando los procesos normales que ocurren a través de ella en algunas bacterias. Una vez los ácidos orgánicos penetran al interior de la bacteria se disocian y provocan que el pH en su interior disminuya. La bacteria reacciona llevando el pH a los niveles normales, pero mantener este proceso conlleva el consumo de más energía y eventualmente puede detenerse el crecimiento bacteriano y ocurrir su destrucción.

Desde el punto de vista químico, la porción aniónica (carga negativa) del ácido permanece atrapada dentro de la bacteria porque es capaz de difundirse libremente a través de la pared celular en su forma no disociada. La acumulación de esos aniones se hace tóxica para la bacteria y es capaz de inhibir sus reacciones metabólicas, reduciendo su capacidad de síntesis y finalmente ocurre la destrucción de las membranas internas.

Se ha reportado que las bacterias tipo Gram positivo contienen una alta concentración de potasio intracelular (catión, es decir carga positiva), lo que les permite neutralizar las cargas negativas presentes en los aniones y equilibrar su pH interno. Las bacterias del género Lactobacillus, no son tan sensibles a los cambios en el pH y pueden tolerar una diferencia mayor entre el pH interno y el externo. Varias publicaciones han reportado la presencia de cepas patógenas de Salmonella que pueden desarrollar resistencia a los ácidos, cuando se exponen a pHs bajos por períodos de tiempo prolongados, lo que representa una limitación importante en el caso de varios acidificantes.

Importancia del pH gastrointestinal

En condiciones comerciales una práctica de manejo muy común en compañías avícolas que procesan los pollos a nivel de mataderos consiste en retirar el alimento de los comedores varias horas antes del sacrificio para evitar la contaminación de la canal. El objetivo es mantener el tracto digestivo casi vacío o con poco alimento durante el proceso de evisceración, ya sea manual o automático, de manera que se reduzca la posibilidad de contaminar la canal con alimento o con heces, dos elementos que pueden contener especies patógenas de Salmonella u otros contaminantes. La ausencia de alimento en el buche y el intestino grueso provoca que el pH aumente (inclinándose hacia el lado alcalino) y por lo tanto estimula el crecimiento de especies patógenas de Salmonella. Por este motivo la aplicación de acidificantes en el agua de bebida de los pollos de engorde es usada frecuentemente.

Vacunas inactivadas

Existe un gran número de bacterinas comerciales que contienen la SE aplicadas mayormente a las ponedoras en forma de una emulsión oleosa y que evitan la colonización intestinal. Algunas compañías preparan autovacunas o vacunas autógenas con las cepas de SE que aíslan en sus granjas. Cuando se usan las bacterinas, deben aplicarse por lo menos dos dosis durante la etapa de crecimiento para que sean efectivas. Después de la aplicación generan una buena respuesta humoral que ofrece protección parcial contra la invasión de los órganos internos y la colonización intestinal. Se ha reportado que no son capaces de proteger efectivamente en el caso de desafíos muy severos, son costosas y las aves deben estar libres de la infección antes de la aplicación. Son efectivas contra la especie de Salmonella presente en la vacuna, dado que su nivel de protección cruzada es muy bajo. El método de aplicación es laborioso y a veces costoso dependiendo de la región geográfica.

Vacunas vivas

En la actualidad se comercializan varias vacunas vivas para prevenir las infecciones con la salmonellosis alrededor del mundo. En el caso de la Unión Europea y EUA se han desarrollado vacunas mediante mutaciones de la ST que ofrecen la gran ventaja de que protegen contra serotipos múltiples. Estas vacunas a pesar de pertenecer al grupo B (ST) son capaces de proteger contra el grupo D (SE). Desafortunadamente, de la misma manera que ocurre con otras vacunas vivas aplicadas en avicultura, la protección es corta, sólo dura entre 30 y 60 días. Por lo tanto en el caso de ponedoras comerciales es necesario aplicar varias vacunas en crecimiento para obtener un buen nivel de protección.

Conclusión

Hasta el momento no existe un método único que por sí solo pueda prevenir estas infecciones y por lo tanto existen varias técnicas que se han usado rutinariamente para prevenir o tratar las infecciones causadas por diferentes especies de Salmonella. El control de la salmonellosis es y seguirá siendo un tema sumamente importante y complejo desde el punto de vista de la salud aviar y pública a nivel mundial.

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