Productos Agropecuarios de Tehuacán S de RL de CV (PATSA) es una empresa mexicana familiar que fundó hace 40 años Zeferino Romero Bringas, uno de los pilares de la avicultura nacional.
Posteriormente, el negocio pasó a las manos de su tía, Socorrito Romero Sánchez y de su sobrino Gustavo Romero Bringas. Hoy en día, aunque PATSA no pretende ser la más grande de México, se sitúa en la sexta posición en el país, con una producción anual de 55 millones de pollos Ross y Cobb, es decir, poco más de un millón de pollos semanales.
PATSA es una empresa completamente integrada. Además de las granjas de pollo y reproductoras, en Tehuacán cuentan con incubadoras, planta de proceso y planta de alimento balanceados. También tienen incubadoras en Veracruz.
El Dr. Carlos Barrañón, gerente general de PATSA, dice que la empresa está en crecimiento y con pasos seguros. Foto de Benjamín Ruiz.
Productor de pollo en zona de huevo
Ser productor de pollo en una zona que tradicionalmente es productora de huevo “es un reto completo”, dice el Dr. Carlos Barrañón Jaled, gerente general de PATSA, “porque cuando un problema afecta a las gallinas de postura, aves que duran bastantes meses, siguen siendo portadoras”.
Esto ha obligado a PATSA, que durante muchísimos años estuvo centrada únicamente en el estado de Puebla, a mudarse. Actualmente cuentan con operaciones en los estados de Oaxaca, Veracruz y últimamente en Campeche.
Es precisamente en Campeche, donde se encuentran parte de las reproductoras para minimizar riesgos. Las reproductoras que originalmente estaban en Puebla, ahora las han dividido en los otros tres estados.
A partir de la última crisis de influenza aviar en México, PATSA se dio cuenta del riesgo de estar en Puebla, en particular en Tehuacán, por la alta densidad de gallinas de postura. Puebla es el segundo estado productor de huevo, con el 15 por ciento de lo que se produce en el país.
Barrañón nos comenta que la empresa está en crecimiento. Aunque considera que es de decisiones conservadoras, van con pasos seguros. Actualmente “estamos construyendo instalaciones en Veracruz y tenemos el proyecto a cuatro o cinco años de seguir creciendo e irnos despegando de Tehuacán”.
El secreto de la soya
“Uno de los retos es competir contra los grandes, estar en el mercado y atrer clientes”, comenta Barañón. Pero “los clientes prefieren nuestro pollo. Tengo más de veinte años en el empresa. Cuando llegué, me decían que el pollo de Tehuacán sabe diferente, y sí, sabe diferente”.
Barrañón nos dice en una entrevista que cuentan con una planta procesadora de frijol de soya. “Utilizamos puro aceite de primera y no utilizamos ningún producto de origen animal. Esto, definitivamente influye en el desarrollo del pollo. Y la gente lo nota”.
No es común en la industria avícola tener planta propia de procesamiento de soya. “Somos los únicos”, señala Barrañón. PATSA también tiene su propia planta distribuidora de gas, para la calefacción de las granjas, que vende a terceros, y su propia estación de combustible para los vehículos. “Estamos integrados para hacer frente a los grandes”.
Comercialización del pollo
Un aspecto característico en la industria avícola mexicana es la comercialización. Uno de los grandes problemas que hay, es que el productor llega sólo a la producción y no se ocupa de comercializar. Este aspecto le resta competitividad a la industria.
PATSA cuenta con una planta de proceso, por donde pasa el 75 por ciento de sus pollos. El 25 por ciento restante se vende en pie. El pollo procesado se vende a mayoristas, para de esa manera competir con las grandes empresas. En la actualidad, son proveedores con su propia marca de los grandes supermercados en México, como Walmart, Soriana y Chedraui.
En cuanto a productos con valor agregado, actualmente ya tienen varios: muslos marinados, alas marinadas y fajitas empanizadas (de carne de pechuga). Piensan continuar con el desarrollo de más productos, aunque no al ritmo que quisieran, porque el mercado mexicano todavía es pequeño para estos productos.
“En este momento, los autoservicios piden más de estos productos; pero todavía es una parte pequeña”, manifiesta. Pero esto se encuentra en vías de cambio.
De la avicultura mexicana
“Hemos tenido grandes retos, que el mundo sabe, de la influenza aviar” dice Barrañón. “Yo creo que los técnicos mexicanos son de los que más saben y los que más han podido superar estos problemas. Los médicos veterinarios hemos podido superar esto, recuperarnos y volver a niveles de producción normales”.
Con respecto a la vacunación de la influenza aviar, Barrañón opina que, igual que se han combatido enfermedades en humanos con vacunación masiva, se tiene que combatir la influenza aviar. “Lo que tenemos que hacer es mejorar las vacunas, para minimizar la aparición de nuevos brotes y posteriormente intentar dejar de vacunar”. Pero, sin duda, va a ser necesario dejar de vacunar, pues no se debe continuar así.
