Huevos azules de gallina, pintoresca novedad colombiana

Emprendedores lograron consolidar una línea genética a partir de gallinas criollas que producen este huevo, que aseguran es más nutritivo y posee un cascarón más grueso y resistente.

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Se llama Granja Rosaflor y está ubicada en la zona rural de Florencia, la capital del departamento amazónico colombiano de Caquetá (sur del país). El nombre de este naciente emprendimiento saltó a la gran prensa en esta nación suramericana, tanto que la prestigiosa revista especializada en temas económicos Dinero destacó la pintoresca novedad que le tiene ganando clientes en su región de origen: produce y comercializa unos únicos y vistosos huevos para consumo humano de un bello color azul claro.

María Yineth Pérez, de 36 años, es la líder de esta pequeña empresa. “Orgullosa por el reconocimiento y sin titubear, contestó que el proyecto había surgido gracias un proceso de investigación y varias pruebas en el cual había trabajo durante cinco años. La fórmula de los huevos de cascara azul está lejos de ser un secreto, ya que la emprendedora revela que ha logrado obtenerlos gracias a una juiciosa selección genética y a la alimentación de los pollos con forraje natural”, publicó el magazín mensual.

Recordó la joven empresaria avícola que “Nos costó años de investigación, pero ya producimos una buena cantidad de huevos de cáscara azul, que es 0.3 milímetros más gruesa que los de color blanco o marrón”. Además aseguró que los huevos de cáscara azul podrían tener más nutrientes que los otros, ya que las aves que los producen son alimentadas con el fruto de la canangucha (palmera amazónica) y otras variedades nativas de plantas con alto contenido de proteína.

La canangucha contiene altas dosis de vitaminas A, B y C, y se utiliza en la Granja Rosaflor para reemplazar los concentrados que habitualmente predominan en la alimentación de este tipo de animales. Para obtener huevos de cascara azul, María Yineth Pérez “primero tuvo que identificar a la gallina que los ponía para luego incubarlos y desarrollar un programa de selección genética”.

Inicialmente realizó dicho proceso de forma natural, sin embargo pronto se dio cuenta que resultaba poco efectivo y por ello decidió incursionar en métodos artificiales para garantizar las condiciones óptimas en el proceso. “En esta labor se dio cuenta que uno de los principales desafíos era obtener un gallo dominante y con el gen adecuado para multiplicar el número de aves que sean capaces de producir los huevos azules”.

El reto fue superado pues un pollo con las características adecuadas nació y con ello una nueva generación con el ‘gen azul’, del cual se obtiene una relación de éxito que va de entre el 85 y el 90 por ciento. En la actualidad la granja tienen 80 aves, 200 en levante y se tiene una proyección de 1,200 gallinas productoras. Las metas son ambiciosas y se prevé hacer de este un negocio a gran escala regional.

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