Los avicultores bolivianos siguen desesperados por las pérdidas que acarrean la sobreoferta y bajos precios que en carne de pollo vive este país. Para tratar de paliar dicha situación, las autoridades agropecuarias anunciaron medidas como el cierre de fronteras para pollo foráneo y, más recientemente, la persecución a los mataderos clandestinos que surten buena parte del mercado.
La agencia noticiosa boliviana Fides informó que el ministro de Desarrollo Rural y Tierras, César Cocarico, atribuyó a los mataderos clandestinos ser los responsables de la sobreoferta de carne de pollo con la consiguiente caída del precio, agregando que “en cualquier matadero de estos se carnea e ingresa al mercado y eso debe ser controlado. Nosotros hemos implementado un sistema de trabajo, restringiendo esos negocios ilegales”.
Esa cartera agrícola, a través del Senasag (Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria), “está vigilando que todos los mataderos de pollo cuenten con el certificado sanitario o serán intervenidos. Seguiremos con los controles para limitar la oferta con relación a la demanda”.
Al otro lado de la frontera norte boliviana, en Perú, las autoridades libran una misión similar. El diario El Correo publicó que al sur de Lima, “por carecer de las mínimas medidas de salubridad y alterar el peso de las balanzas, el Ministerio Público ordenó la clausura de dos avícolas ubicadas en el distrito de Villa María del Triunfo. Ambos locales no contaban con licencia de funcionamiento”.
Estos operativos se adelantaron la Fiscalía de Prevención del Delito de Lima Sur y la Policía. En tales pesquisas, igualmente se descubrió en otras empresas que había manipulación de balanzas y que funcionaban en instalaciones con deficiencias peligrosas de infraestructura.
