Iluminación

Puntos importantes de una conferencia sobre la iluminación en la avicultura.

Andrew Keeshaw
Andrew Keeshaw

La luz es la Cenicienta de las características del ambiente controlado, a pesar de que la visión es el sentido dominante en las aves”, señaló el Profesor Chris Wathes al elaborar sus razones de llevar al taller a analizar la iluminación del ave doméstica en el Instituto de Investigaciones Silsoe en el Reino Unido en el 2005.

Visión del pollo

El Dr. Neville Prescott de Glasgow hizo notar que generalmente hay un desequilibrio entre la luz proporcionada en las casetas y la visión o requerimientos de las aves. Prosiguió explicando que la “luz artificial es muy diferente a la natural, no solamente por tener una diferencia de órdenes de magnitud en la intensidad de la luz, sino por tener un espectro diferente”. Para ilustrar estos puntos, dio ejemplos de intensidades de la luz que en el exterior podrían variar entre 1,000 y 100,000 lux y contrastó los 250 lux de una oficina, con los 2 a 5 lux frecuentemente suministrados en una caseta de pavos o pollos de engorda. Mientras que la luz de día proporciona un espectro de luz relativamente uniforme entre los rangos ultravioleta (UV) e infrarrojo, por lo general la luz artificial proporciona una distribución desigual, sin tener prácticamente UV. En el caso de la luz fluorescente, los picos de energía se relacionan al material que recubre a los tubos.

El ojo del pollo es mucho más sensible que el del humano, tanto en el rango infrarrojo como especialmente en el UV. Sus ojos son más sofisticados que los nuestros, con una retina gruesa y altamente diferenciada que contiene una clase extra de cono. Las aves parecen ser capaces de enfocar tanto en acercamiento como a distancia al mismo tiempo, por lo que son capaces de comer mientras ojean el horizonte en busca de predadores. También, sus ojos son más pesados que el cerebro.

El Dr. Prescott explicó que las aves tienen una buena agudeza visual, en el sentido de que la córnea puede alterarse para enfocar hacia abajo unos 12 cm, para lo cual requieren de buena iluminación para ser capaces de picar de forma precisa, de tal manera que prefieren totalmente alimentarse con luz brillante. Además, el desarrollo normal del ojo requiere de niveles razonables de luz, habiendo anormalidades tales como el buftalmos, que resulta de criar a las aves, especialmente pavos, en la casi oscuridad.

El Dr. Prescott indicó que debe proporcionarse luz del día a los pollos de engorda y patos. Concluyó diciendo que se necesitan hacer más investigaciones, para determinar el tipo óptimo de luz para las gallinas y pavos, postulando que la luz UV podría ser un determinante importante de la conducta de picotear plumas.

Duración del día

El Profesor Peter Sharp del Instituto Roslin de Escocia, describió el papel de los cambios en la duración del día en el control de la reproducción, específicamente la postura de huevos. En términos prácticos, conforme avanza el año, las aves no responden a los incrementos de la luz poniendo la misma cantidad de huevos que en la primavera. Los experimentos han mostrado que esto se debe en parte al envejecimiento y en parte a la capacidad de fotorrefracción. En la práctica, se usan ampliamente los programas de incrementos de luz para estimular una buena tasa de postura. El Profesor Sharp ha tenido tasas de postura comparables, incrementando solamente la duración del día en respuesta a una disminución porcentual dada en la producción de huevo. Sus experimentos con incrementos de acuerdo a la demanda terminaron con duraciones más cortas del día que los programas comerciales de iluminación, por lo que él cree que esto da un campo de acción para más mejoras en la persistencia de la postura, que puede ser de utilidad para las reproductoras pesadas.

Hizo también notar que pronto se identificarán los genes o marcadores de una mejor capacidad de fotorrespuesta reproductiva. En respuesta a una pregunta con respecto al bienestar de las aves, indicó que va a ser importante seleccionar características tales como la viabilidad y fortaleza ósea al seleccionar para tener una mayor producción.

La luz afecta la conducta del ave doméstica al alterar la apariencia visual y capacidad de atracción de las características del ambiente que la rodea, así como cómo y qué es lo que pueden ver. Además, la luz es un componente importante del ritmo diurno que influye sobre muchos patrones de conducta.

La Dra. Helle Kristensen de Dinamarca resumió los resultados de sus propios estudios y de otros. En estos se ha mostrado que las aves jóvenes prefieren la luz brillante y que la mayoría de las aves prefieren luz de fuentes fluorescentes que de incandescentes. Los pavos han mostrado preferencia por los focos o bombillos enriquecidos con UV y las gallinas reproductoras pesadas seleccionaron preferentemente machos mantenidos bajo fuentes equilibradas con la luz del día que contienen UV. El cambio de luces entre tenue y brillante durante el día estimuló rachas de una mayor actividad en pollos de engorda. La Dra. Kristensen cree que podría ser de utilidad examinar los efectos de alterar el nivel de luz con el tiempo en otras aves y posiblemente variar la capacidad de iluminación en diferentes áreas de una caseta avícola. Se mostró interesada en llevar a cabo estudios comerciales con las opciones más prometedoras bajo condiciones experimentales.

La brillantez correcta

Ed Varley, director de la División Veterinaria de Bienestar Animal del Departamento de Agricultura del Reino Unido, examinó detenidamente el efecto de las reglamentaciones de la iluminación sobre el bienestar avícola. Aparte de las imperfecciones en la legislación tales como no definir a las aves de forma consistente, hizo notar que son más flexibles los códigos del gobierno y de la industria. En lugar de definir la información, él está a favor de pasar hacia sistemas de evaluación basados en los animales – dicho de otra forma, definir o auditar las respuestas de las aves respecto de sus sistemas zootécnicos. Cree que es probable que se pase por alto la iluminación: “No estoy convencido de que muchos avicultores tengan fotomedidores, y si los tiene, si los usan del todo o de una manera significativa”.

Se habló de esta preocupación en una sesión en la que el Dr. John Jarvis de Silsoe demostró cómo se mide la luz. Mientras que en teoría los pollos posiblemente pueden ver 30% más luz que los humanos y por lo tanto necesitan fotomedidores calibrados a su propia sensibilidad en lo que él llamó ‘clux’, la realidad práctica es que solamente hay luxómetros disponibles diseñados para humanos. Propuso un régimen en el que la luminosidad promedio en una caseta avícola se mida sistemáticamente en un sistema de suministro de energía, usando un fotomedidor manual colocado a la altura del ojo del ave, bajo y entre las principales fuentes de luz, lo que indica que unas 20 a 30 lecturas suministrarían un promedio y rango significativos de la caseta.

Andrew Keeshaw del Farm Energy Centre del Reino Unido, indicó que el suministro de la iluminación está al final de la lista cuando se diseñan y construyen casetas avícolas, seleccionándose por tradición, conveniencia y bajo costo. Puntualizó que tanto los humanos como las aves pueden funcionar eficazmente en un amplio rango de niveles de luz e hizo la pregunta: “¿le importa a las aves si se les mantiene a 5 ó 10, 50 ó 100 lux? El Sr. Keeshaw trajo una selección de luminarias (focos o bombillos) para mostrarle al público, indicando que la industria avícola podría adoptar las innovaciones modernas, que incluso podría mostrar la misma iniciativa que la industria hortícola y desarrollar fuentes de luz para sus propias necesidades. Cree que hay potencial para que las casetas avícolas estén iluminadas de forma más eficiente y eficaz con unas cuantas, pero grandes luminarias – posiblemente dirigidas hacia arriba, hacia un techo que refleje la luz. De entre los atractivos de este concepto está el menor costo de instalación y mantenimiento, pidiendo más investigación y desarrollo en esta área. Mientras tanto, tal vez valga la pena echarle un buen vistazo a las lámparas más nuevas, ligeras, ajustables en luminosidad y fluorescentes con balastra (balasto) electrónica, ya que se asegura que duran y son más eficientes en un 20% más.

Producción óptima

Los Dres. Peter Lewis de KwaZulu-Natal, Suráfrica y Sue Gordon del Servicio de Desarrollo y Consultoría Agropecuaria del Reino Unido reseñaron las respuestas de producción a la luz de pollos de engorda, pavos, pollonas y gallinas ponedoras. Es imposible aquí hacer otra cosa que seleccionar unos cuantos puntos, de los cuales el más importante es que los diferentes genotipos responden de forma diferente no sólo a la luz, si no al alimento. Por ejemplo, las ponedoras híbridas modernas no solamente llegan antes a la madurez sexual, sino que ponen más temprano en el día con los mismos programas de iluminación que las generaciones previas. Prácticamente, esto podría significar que en los programas de iluminación de día corto, ponen antes de que se enciendan las luces y por lo tanto van a necesitar luz. Para los sistemas de jaulas, la iluminación ‘biomitente’ reduce la mortalidad y ahorra costos del alimento y electricidad. La iluminación en ciclos cortos para ponedoras que no proporciona un periodo de oscuridad continua puede reducir la mortalidad y también controlar los ácaros rojos, pero puede contravenir a las reglamentaciones de bienestar en algunos países.

Los estudios recientes con pollos de engorda machos muestran una mejor eficiencia de la conversión alimenticia cuando se incrementan los programas de luz de 6 a 16 horas, aunque tanto para pavos como pollos de engorda en crecimiento, parece ser lo adecuado tener 12 horas de luz/día para que puedan comer hasta la saciedad. Hay beneficios en el bienestar y productividad cuando se cría a los pollos de engorda de 14-21 días con 6 horas de luz y después se cambia a 23 horas de luz hasta la edad al sacrificio. En pavos, un período de 8 horas de oscuridad reduce los problemas de patas.

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