Cómo puede ser la producción de huevos sin antibióticos

Hay cuatro factores que funcionan para que se necesiten menos antibióticos. Conoce cuáles son y cómo limitar el uso de antibióticos a situaciones específicas.

Ruiz B 90x90 Headshot
Los doctores Simone Schaumberger, Antonia Tacconi, Michael Noonan y Daniel Petri de Biomin hablaron sobre el enfoque holístico para sustituir los antibióticos en ponedoras. | Foto de Benjamín Ruiz
Los doctores Simone Schaumberger, Antonia Tacconi, Michael Noonan y Daniel Petri de Biomin hablaron sobre el enfoque holístico para sustituir los antibióticos en ponedoras. | Foto de Benjamín Ruiz

Con presentaciones sobre los cambios, tendencias y desarrollos en el mercado del huevo, cómo alimentar a las pollitas para tener salud intestinal, la importancia de la bioseguridad y la higiene cuando se reducen los antibióticos, la salud y la vacunación, así como la forma de manejar el cambio de jaulas a sistemas alternativos, Biomin realizó del 26 a 28 de febrero su seminario “Cómo resolver el rompecabezas de la producción libre de antibióticos”. Este forma parte de la serie Días de producción sin antibióticos (Antibiotic Free Days Poultry Focus) celebrada en Viena, Austria, para darle al productor de huevos ideas de cómo andar por ese camino.

No se trata de eliminar los antibióticos por capricho. Se trata de preservar estos compuestos para que funjan en la defensa de la salud cuando sean necesarios y que sigan salvando vidas. En el caso de la producción animal, se trata de trabajar con la nutrición y con aditivos en la promoción del crecimiento. En la prevención, los antibióticos tampoco desempeñarán más un papel preponderante; tomarán su lugar la bioseguridad y la vacunación. Los antibióticos se quedan únicamente para trabajar en algunos casos en la prevención, pero principalmente en el tratamiento de las enfermedades.

En esta ruta a seguir, hay varios obstáculos que franquear, los cuales también afectan a la producción con antibióticos. Pero al no haber la defensa de estos compuestos, ¿qué se puede hacer?

Cuatro son las áreas preponderantes:

  1. Micotoxinas: recordemos que estos compuestos tóxicos tienen un primer contacto en el intestino delgado, donde reside el 70 por ciento del sistema inmunitario. Ahí, micotoxinas —como el DON o la fumonisina— afectan el tamaño y superficie de las vellosidades intestinales, lo que, por ende, afecta el aprovechamiento de los nutrientes, además de que reducen los títulos de las vacunas. Asimismo, hay una alta predisposición a la enteritis necrótica.
  2. Probióticos: recomiendan los expertos empezar desde las pollitas recién nacidas en el inicio del funcionamiento del sistema inmunitario. Los probióticos estabilizan la microbiota intestinal. Con ellos, entra en juego el papel crítico de la exclusión competitiva, en el caso de colonización, además de otros beneficios.
  3. Fitogénicos: con estos compuestos se va por el camino de un intestino menos estresado, se reduce la inflamación intestinal, aumenta la utilización de nutrientes y la protección de este órgano. De esta forma, se presentan menos riesgos de diarreas, se mejora el bienestar, además de aumentar la densidad de población y la producción.
  4. Ácidos orgánicos: con su actividad antimicrobiana y la modulación de la microbiota, ayudan a combatir las bacterias, como por ejemplo, la Salmonella o la E. coli.

Estos factores funcionan para que se necesiten menos antibióticos. Sin embargo, no se puede esperar que al quitar los antibióticos y sustituirlos con productos alternativos todo funcione igual que antes. Para ello, se necesita de un enfoque holístico. Esto significa que también hay que hacer combinaciones de los diferentes productos, como ya se ha hecho en países como Brasil, por ejemplo.

Page 1 of 1576
Next Page