Queratina de las plumas, ¿el plástico del futuro?

“La queratina es un polímero 100 por ciento natural y no tóxico. Se puede emplear para regenerar la piel o hacer papel, e incluso se puede comer si se quiere”, indica uno de los científicos.

Joao Estevao Andrade de Freitas, Freeimages.com
Joao Estevao Andrade de Freitas, Freeimages.com

Tamrat Tesfaye y Bruce Sithole, dos científicos de la ciudad sudafricana de Durban, han trabajado durante casi cuatro años en el desarrollo de nuevas formas para aprovechar el plumaje de las aves de corral como insumo en la elaboración de productos industriales y domésticos de gran demanda.

De acuerdo con un informe difundido por la estatal televisora alemana Deutsche Welle (DW), el objetivo de estos investigadores es “reducir los residuos y los daños medioambientales causados por las millones de toneladas de plumas de aves de corral”, al igual que la contaminación plástica en los océanos, ya que el compuesto principal de las plumas (queratina) podría reemplazar los polímeros de hidrocarburo no degradables.

Con su propuesta, también se aminoraría el riesgo biológico que representan los restos de sangre y tejidos en las plumas. Según el reporte, el equipo de Tesfaye y Sithole es financiado por privados y gobierno de Sudáfrica, logrando demostrar que con la queratina de las plumas se pueden fabricar “desde componentes aeroespaciales y automotrices hasta champús y productos para el cuidado del cabello, pañales o bolsas de plástico biodegradables para la compra”.

Agregó Tesfaye que “la queratina es un polímero 100 por ciento natural y no tóxico. Se puede emplear para regenerar la piel o hacer papel, e incluso se puede comer si se quiere”. Las plumas están compuestas por un 91 por ciento de queratina, junto con aproximadamente un ocho por ciento de agua y un uno por ciento de lípidos. La queratina destaca como materia prima por su bajo peso, baja densidad de su estructura, así como su fuerza y sus propiedades absorbentes que podrían servir para recoger derrames de aceites y petróleo.

El grupo europeo KaRMA 2020, con sede en San Sebastián (España), es financiado por la Comisión Europea y empezó operaciones en enero de 2017 con igual enfoque, buscando resolver el mejor destino para más de tres millones de toneladas de plumas provenientes de pollos, patos, gansos y pavos procesados en Europa.

Los investigadores en España han profundizado en el uso de las plumas para el aislamiento térmico y conservación del calor en edificios, así como elemento de seguridad contra incendios por sus propiedades ignífugas. Otras posibilidades tienen que ver con la queratina hidrolizada como ingrediente para champús, acondicionadores de cabello, dentífricos. bioplásticos, textiles y resinas biológicas.

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