En la convención anual de la Asociación Nacional de Especialistas en Ciencias Avícolas (ANECA) en México la semana pasada, el Dr. Joaquín Delgadillo, director general de Salud Animal del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), habló sobre la situación sanitaria de la avicultura mexicana. En un país cuya industria avícola es la segunda más grande de Latinoamérica y la cual espera un crecimiento del 3 por ciento, según informó el Ing. Arturo Calderón, nuevo director general de la Unión Nacional de Avicultores (UNA), esto no es un tema intrascendente.
Mejora de la competitividad
Mientras estimaciones de FAO-CEPAL-IICA apuntan que hasta 2023 se espera un crecimiento de la producción de cárnicos en México, en gran medida por el comercio internacional, Delgadillo fue muy claro: sin sanidad, no puede haber competitividad.
Para que México sea competitivo en la industria avícola, el Senasica trabaja hacia la erradicación de la influenza aviar H7N3, para lo cual Delgadillo dijo que el principal factor de riesgo sanitario es la no notificación oportuna. Senasica, a su vez, ha notificado oportunamente a la OIE los casos de influenza aviar (dos de notificación obligatoria en 2018), así como de otras enfermedades. México está libre de salmonelosis aviar desde agosto de 2012 y de Newcastle velogénico desde junio de 2015.
Por otro lado, el Senasica se considera un organismo de seguridad nacional y la industria avícola, al estar regulada sanitariamente por este, conlleva un alto riesgo social cuando hay grandes fluctuaciones del precio del pollo o del huevo al alza.
Estrategias
De entre los aspectos positivos es que la industria avícola mexicana se está desconcentrando poco a poco hacia zonas más aisladas. Este aspecto es de primordial importancia, cuando hay estados, como Jalisco, que concentran más del 50 por ciento de la producción nacional de huevo.
La estrategia que se tiene en perspectiva es que, además de la desconcentración de zonas avícolas, se trabaja en erradicar la influenza aviar de alta patogenia H7N3 mediante el fomento de las Buenas Prácticas Pecuarias (BPP) y su certificación, en la creación del fondo de compensación para contingencias sanitarias, en apoyar el aseguramiento en el sector avícola, en la actualización de la normatividad de la movilización de aves y productos, así como en el fomento de la infraestructura del sacrificio y procesamiento de las aves, que finalmente lleve a recuperar la exportación.
Entre las diversas medidas permanentes que realiza el Senasica se encuentran la vigilancia epidemiológica, el control de la movilización, el establecimiento de centros de limpieza y desinfección de trasportes, la verificación y supervisión de laboratorios de diagnóstico y la constatación de lote de vacunas. También ha desarrollado una red de laboratorios regionales y de biología molecular en las principales zonas de producción avícola del país, además de unidades móviles.
Compartimentación
Aunque hay países a los que nunca se les ha exportado y que aun así no reconocen los esfuerzos hechos, como la compartimentación, el hecho es que en México ya se han reconocido 252 compartimentos libres de influenza aviar en 13 estados. En 2017, se reconocieron 40 unidades de producción avícola y hasta el 31 de marzo de 2018 ya se han reconocido 20 más. El estado de Veracruz —el mayor productor, con el 12 por ciento nacional— es que el más tiene: 111 compartimentos.
Metas
Finalmente, el Senasica, señaló Delgadillo, ha establecido las metas de recobrar los niveles y mercados de exportación de los productos avícolas nacionales para que la industria avícola mexicana puede mantener buenos ritmos de crecimiento.
