Los cerdos argentinos se contagian del H1N1 del ser humano

Al llamar al virus H1N1 en lugar de ‘influenza porcina’ se atenúa el impacto al mercado

Argentina fue el primer país en el mundo en confirmar la transmisión del virus de la influenza H1N1 de humanos a cerdos en estudios clínicos. Aunque sólo se diseminó en dos granjas de la provincia de Buenos Aires y la contaminación parece que se contuvo, porque no se encontraron nuevos casos en más de un mes, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria de Argentina, SENASA, mantiene un estricto estado de alerta sanitaria en todo el territorio nacional.

Se han tomado varias medidas de control y preventivas urgentes para evitar una mayor contaminación de la influenza. Por ejemplo, el transporte de cerdos se restringió a zonas en las que se encontraron los animales infectados y se prohibió la concentración de cerdos en ferias y exposiciones hasta el 14 de agosto.

Dado que el brote estuvo limitado, la producción porcina no se afectó seriamente por el virus. Pero dicho esto, los porcicultores locales no salieron ilesos, porque la industria todavía está perjudicada.

 “La demanda interna cayó un 20% en junio con relación al promedio mensual que es de $125 millones de dólares”, dijo Juan Uccelli, Presidente de la Asociación Argentina de Productores de Porcinos, AAPP. “En consecuencia, hubo una reducción en la demanda de las plantas procesadoras de carne. Las pérdidas en ese mes, en que hasta la fecha ha sucedido la mayor caída, fueron de aproximadamente $25 millones de dólares”.

Impacto menos grave que en otros países

 De acuerdo con Uccelli, el impacto fue menos grave en Argentina que en otros países, porque las autoridades sanitarias y los medios rápidamente adoptaron el término técnico “virus H1N1” en lugar de “influenza porcina”. Esto ayudó mucho para poder evitar el vínculo del consumo de la carne de cerdo con la enfermedad.

El número de cerdos infectados con el virus de la Influenza A no se dio a conocer por parte de las autoridades, pero se ha confirmado que pertenecían a dos granjas de la provincia de Buenos Aires. Los primeros casos se encontraron en la ciudad de San Andrés de Giles el 24 de junio y un segundo brote se diagnóstico en la ciudad de Cañuelas el 8 de julio. De acuerdo con el informe de SENASA a la Organización Mundial de Sanidad Animal, la hipótesis que se estaba investigando “indicaría que el origen de la infección fue el contacto con seres humanos enfermos”.

Después de confirmado el primer brote, los animales infectados “se enviaron a un matadero después de que los resultados de la inspección clínica fueron negativos y no se dio ninguna información de sanidad después de la inspección antemortem y de la necropsia”, declaró el informe de SENASA.

 “Algunos animales mostraban problemas respiratorios. Las muestras de estos animales se llevaron a un laboratorio para investigaciones clínicas y se confirmó que estaban infectados con el virus H1N1. Pero una vez que se analizaron los cerdos que permanecieron en las granjas, no se encontró ningún signo del virus circulante”, dice Uccelli.

Además, durante ambos brotes en la provincia de Buenos Aires, SENASA estableció un radio de 3 km alrededor de estas explotaciones, en los que los animales no se podían transportar, con la excepción de movimientos autorizados a los mataderos después de que los cerdos habían pasado por inspecciones clínicas. También se instaló una zona de vigilancia de un radio de 10 km más allá del anterior, donde las autoridades investigaron todas las granjas porcinas para realizar un mayor seguimiento epidemiológico y estudios con los propietarios. Al mismo tiempo, la organización le pidió  a los porcicultores que se aseguraran que la gente que mostrara síntomas de la enfermedad no estuviera en contacto con los cerdos.

SENASA actuó rápidamente en el sitio por una posible expansión de la influenza en los cerdos, y emitió una alerta sanitaria nacional. La medida estaba dirigida a adoptar medidas sanitarias y de bioseguridad, y técnicas extraordinarias que colaboraran con la prevención y el control de la enfermedad y la promulgación de medidas pertinentes. Posteriormente, la institución de sanidad animal fortaleció sus medidas preventivas al prohibir la entrada de cerdos a cualquier punto de concentración de ganado, que incluía las subastas, ferias y exposiciones en todo el territorio nacional por un periodo de 45 días a partir del 30 de julio.

Esta decisión la tomó SENASA dada la pandemia del virus H1N1 entre la población humana y el alto potencial de riesgo de transmisión a cerdos que entraban en contacto con la gente infectada. Sin embargo, la disposición también decía que SENASA podría establecer medidas adicionales para modificar el periodo de esta prohibición, al tomar en cuenta cualquier cambio en la situación epidemiológica del virus de la pandemia.

Sin embargo, el brote porcino del virus H1N1 tuvo otro importante efecto para el sector en Argentina: la exposición rural más grande de Latinoamérica, “La Rural” -- que se realiza anualmente en este país --y que celebraba su edición 123a sin ningún cerdo que participara en la feria, por primera vez en la historia del evento. La exposición se realizó del 23 de julio al 4 de agosto. La decisión de prohibir a los cerdos fue por razones preventivas. Los cerdos y los porcicultores todavía podían participar en la exposición y dar información sobre sus actividades, pero sin exhibir a los animales.

A largo plazo, Uccelli sigue siendo optimista sobre la industria porcina argentina, al decir que todavía tienen espacio para crecer. En cuanto a la demanda, la cantidad modesta de 7.67 kilos por persona al año es pequeña en relación a otros países como España, que sobrepasa los 70 kilos por habitante al año.

Cómo se afectaron las ventas de carne de cerdo

Aunque SENASA, la Organización Mundial de la Salud, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y otras organizaciones han emitido declaraciones en las que aseguran al consumidor que la enfermedad no se puede transmitir a humanos por consumir carne de cerdo y sus subproductos, el brote de virus H1N1 redujo la demanda de carne de cerdo en Argentina.

Las ventas mensuales generalmente promediaron los $125 millones de dólares. Pero el pasado mayo fueron de $112 millones de dólares, y en junio de aproximadamente $100 millones de dólares, de acuerdo con Juan Uccelli, Presidente de la Asociación Argentina de Productores de Porcinos. Se tiene que tomar en cuenta que las ventas corresponden casi completamente a la demanda interna.

La caída de la demanda se reflejó rápidamente en los precios: “Los precios de la ganadería cayeron en un 22% del pico, para llegar a un total de $0.73 por kilo. Actualmente, el precio promedio de este producto llega a entre $0.92 y $0.94 por kilo”, dijo Uccelli. En 2008 el precio promedio del ganado por kilo era de $0.83. Mientras tanto, las exportaciones no se vieron afectadas por el brote de Influenza A, porque la mayor parte de la producción argentina todavía se produce para el mercado interno, comentó. - Pig International

Page 1 of 55
Next Page