Planta de cogeneración a partir de excremento porcino

La empresa Explotación Porcina Integral S.A. es pionera en España, generando medio megavatio de electricidad desde el empleo de deyecciones porcícolas.

Actualmente en España del porcino se aprovechan hasta sus excrementos, los cuales se utilizan para producir electricidad. De esto se ocupa una planta de cogeneración, producción asociada de energía eléctrica y calor en una planta termoeléctrica para su utilización industrial, situada en Osa de la Vega (Toledo), construida en una gigantesca granja porcina, una de las instalaciones de cría intensiva de porcinos más grandes de Europa.

El purín es una mezcla de excremento de porcino y agua que resulta altamente contaminante si acaba filtrándose bajo tierra.

Considerando que España cuenta con aproximadamente 26 millones de porcinos, 20,7% más que hace diez años, según datos del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural español, dar una solución a estos residuos es todo un reto.

La empresa Explotación Porcina Integral S.A. Exporinsa tenía el plan de depurar las deposiciones porcinas mediante la cogeneración. “Es una planta de biogás que utiliza el gas que se saca del purín”, explica Bautista Santiago, gerente de estas granjas que subraya cómo este proyecto medioambiental y tecnológico “no utiliza gasoil para producir energía sino el gas propio del purín”.

Este proyecto es pionero en España, pues la tecnología se ha importado de Alemania, consiste en introducir el purín en unas turbinas. Allí se deseca y después se separa la base orgánica de gases como el metano. Con esto se produce energía eléctrica que acaba siendo enviada a la subestación de electricidad de Villares del Saz (Cuenca).

Para esta tarea se ha contratado a la empresa Decoinsa, una de las pocas que ha desarrollado un proceso de depuración por cogeneración. Previamente, se emitió una autorización administrativa de la entidad competente española para aprobar este proyecto.

Dar una solución respetuosa con el medio ambiente para los purines resulta imprescindible y es de cumplimiento obligatorio, debido a que la Unión Europea cuenta con una directiva sobre la protección de las aguas contra la contaminación producida por los nitratos procedentes de las instalaciones agrarias y ganaderas.

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