Investigación en tecnología recombinante de vacunas vectorizadas

Es así como en una calurosa tarde de la Semana Mayor, bajo ese clima cálido y seco de abril que anticipa los grandes chubascos y granizadas, y el tan esperado frescor después de meses sin lluvia en el altiplano mexicano, iniciamos una amigable charla con el Dr. Bernardo Lozano, Director General de Laboratorio Avimex, SA de CV, en sus oficinas en la Ciudad de México.

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“El próximo año la empresa cumple 60 años en el mercado. Sesenta años son clave, porque estar en una industria todo este tiempo significa ser constante, significa que se han mantenido los niveles de calidad y de ética fundamentales.”

Es así como en una calurosa tarde de la Semana Mayor, bajo ese clima cálido y seco de abril que anticipa los grandes chubascos y granizadas, y el tan esperado frescor después de meses sin lluvia en el altiplano mexicano, iniciamos una amigable charla con el Dr. Bernardo Lozano, Director General de Laboratorio Avimex, SA de CV, en sus oficinas en la Ciudad de México.

Nos cuenta que la empresa la inició el Dr. Manuel Olvera Herrera y la Dra. Guadalupe Suárez Michel. En aquel entonces fabricaban productos dedicados principalmente a las gallinas de traspatio y a los gallos de pelea. De hecho, con una visión futurista, se adelantan más de veinticinco años a la época porque son los que inician en México el concepto de vacunas polivalentes, y es así que sale al mercado el producto CTN triple, vacuna para cólera, tifoidea y Newcastle en hidróxido de aluminio, que hacia 1952 era casi un anatema. No obstante, el concepto de las vacunas polivalentes ya existía en otros países. Incluso, todavía en los años 70 se decía que “cómo era posible tener varios antígenos”, pero el tiempo dio la razón. Tenían también vitaminas para gallos de pelea, y con eso Avimex crece. Hacia 1985 se pone en venta el laboratorio, y es así que un grupo de empresarios, conocidos como Grupo Industrial Pecuario S.A. de C.V. (GIPSA), compra las acciones de Avimex y todos sus activos el 6 de enero de 1986. Por esa razón, este año la nueva administración cumple 25 años.

De 1986 a la fecha, la empresa da un giro importante, para dedicarse a la avicultura industrial, y desde hace aproximadamente unos 10 años a la porcicultura, y después a la bovinocultura y camaronicultura. En 1989 realizaron la primera exportación, a Centroamérica.

La empresa está conformada por una planta de producción, un almacén central de más de 3,200 m2 y también un laboratorio de investigación, todos en la Ciudad de México. A mediados de este año van a cuadruplicar el área de investigación. En Jojutla, Morelos cuentan con una granja de investigación con un área de aislamiento, que quizás cuando mucho solo haya dos en México de ese tipo. Además, en Querétaro tienen el principal laboratorio de investigación, donde más de 15 profesionales con postgrado (seis de ellos con doctorado) hacen investigación básica y hacen posible la estrategia tecnológica de la empresa.

¿Empresa global? 

En aquellos tiempos el gobierno mexicano empezó a motivar mucho las exportaciones, porque era momento de cambios fuertes en el país y en teoría iba a haber una política de apoyo fuerte a las exportaciones para que México realmente se convirtiera un país exportador.  Nos comenta el Dr. Lozano: “Entonces nosotros hicimos caso y vimos que había mercados naturales como el de Centroamérica y el de Suramérica y a pesar de que teníamos poco tiempo de haber iniciado, empezamos una de las estrategias básicas que tenemos en la empresa que es la de la exportación”. Sin muchos recursos, sin mucho conocimiento y con un alto riesgo, se iniciaron en esta actividad. En ese momento no tenían la intención de convertirse en una empresa global, lo que querían era aprender a exportar. En la actualidad exportan a más de 35 países, aunque todavía falta un largo trecho para cumplir la meta propuesta, en la estrategia de exportación, para convertirse en una empresa verdaderamente global.

El principal logro es el reconocimiento de los clientes y luego el reconocimiento de los colaboradores, que se sientan orgullosos de trabajar en la empresa. El hecho de estar exportando a Japón, es fundamental, y de hecho también a Taiwán.  En este último país, nos dice el Dr. Lozano “ya hemos ganado tres licitaciones que ha habido de vacuna de influenza aviar, y en Japón de cuatro, hemos ganado tres”.  El producto no entra obviamente a Japón hasta que no se hacen las pruebas y han salido satisfactorias.

¿Qué se necesita para exportar a Canadá, Estados Unidos y Europa? ¿Hay algún obstáculo todavía que sea difícil de franquear? Nos explica que hay que abrir brechas que incluso ponen otros países, a los que no puedes exportar si no tienes el visto bueno de Estados Unidos, Australia o Europa.  A pesar de exportar a Japón, necesitan cumplir con una serie de requisitos, que ya están listos, sobre todo para exportar a Estados Unidos. La situación de entrar a Estados Unidos es que es un mercado muy grande. Se necesita entonces tener también un plan de crecimiento, primero en capacidad productiva, que permita realmente poder servir a ese mercado. No es tan fácil exportar a Estados Unidos, aunque, tecnológicamente ya están listos: es meramente una cuestión de capacidad de producción.

Inversión en investigación y desarrollo 

El laboratorio tiene cuatro líneas estratégicas: 1) competitividad, 2) fortalecimiento en el plano interno, 3) investigación y desarrollo, y 4) exportación.

Establecer la diferencia de ser una empresa estrictamente comercializadora a ser una productora de conocimientos, ha sido un gran desafío. Esto va en relación a la evolución de la empresa, la cual implica por un lado la evolución de las personas que están en ella. Y esta evolución de las personas que están en la empresa hicieron que se lograra de manera muy clara un plan estratégico, una declaración de misión, de visión, de valores, de políticas y de objetivos también muy claros. Entonces es ahí donde está el asunto: la definición de un plan estratégico en donde se hace un diagnóstico de dónde se está y se plantea hacia dónde se quiere llegar.

En cuanto a la investigación, el hito se constituyó hace 12 años aproximadamente, cuando se decidió que la investigación era fundamental para las ventas. Como comenta el Dr. Lozano “fue ahí cuando nos dijimos que sino investigamos y nos diferenciamos de nuestra competencia a través de la investigación, posiblemente en el largo plazo la empresa ya no exista o no tenga el desarrollo que nosotros queremos que tenga”.

Vacunas recombinantes 

Decidieron entonces una estrategia tecnológica muy clara que tenía que ver con el desarrollo de una línea de vacunas o de biológicos basados en la biología molecular, a través de vacunas recombinantes. Fue una buena decisión, que va en el camino adecuado. Desde entonces han invertido más de 100 millones de pesos (poco más de 9 millones de dólares) en investigación, que quizás ninguna empresa mexicana del ramo lo haya hecho. Toda la investigación se ha centrado en una estrategia muy clara que es la producción de vacunas recombinantes.

La parte medular de la investigación se encuentra en la tecnología recombinante de vacunas vectorizadas. Actualmente trabajan con tres vectores diferentes, tanto en aves como en cerdos, para desarrollar toda una gama de productos, como también lo están haciendo otros laboratorios. Uno de esos vectores con el que cuentan con la licencia, está patentando a nivel mundial.  A través de esta licencia, tienen la oportunidad de hacer desarrollos tecnológicos con inversiones muy fuertes.

Uno de estos desarrollos es la vacuna en vector Newcastle de influenza aviar. Esta vacuna ya está registrada en México, tanto la versión activa como inactiva, y en otros países como Vietnam. En México ha tenido mucho éxito para complementar y mejorar el control de la influenza aviar.

¿Por qué es diferente? 

Esta tecnología que es central en la empresa, es un producto que ayuda a desarrollar una estrategia que hoy a nivel mundial nadie la puede brindar. En la influenza aviar permite primero, por un lado, generar inmunidad mucosal, porque es un virus activo. Los virus activos de influenza están prohibidos, pero al ser una vacuna vectorizada activa, permite desarrollar la inmunidad mucosal. Por el otro lado, permite homologar, es decir, utilizar el gen del virus que está en el campo. De esta manera, se puede hacer una vacuna a la medida del país que se requiera, o de México, con base en las necesidades particulares. Por último, se puede también utilizar el concepto Diva, porque como es un solo gen el que se utiliza, se puede diferenciar si los animales están vacunados o están infectados.  Estas tres características hoy en día a nivel mundial solo las ofrece Avimex a través de su programa y su estrategia de control de influenza. Son las mejores herramientas para incrementar el control de la influenza aviar en cualquier parte del mundo.

Alianzas de cooperación 

El modelo tecnológico contempla muchas alianzas, porque no cuentan con los recursos suficientes para hacer muchas de las cosas que se necesitan hacer.  El modelo tecnológico incluye gente muy capaz en el laboratorio, es decir, las quince personas que ya hemos mencionado, expertas en inteligencia tecnológica, en ensamblar conceptos o tecnologías nuevas que están en otros lados, para crear productos nuevos. Pero para traer esas ideas tecnológicas se necesitan tener alianzas con diferentes universidades e institutos. Las principales instituciones con las que colaboran se encuentran en Canadá y en Estados Unidos, mientras que en México también tienen trabajos importantes con la UNAM, el CINVESTAV y con otras instituciones de prestigio.

Esta simbiosis, paradigma de Estados Unidos y otros países, en el que las empresas trabajan con muchas universidades para el desarrollo, ha sido fructífero y ha funcionado muy bien. Es un modelo que ha operado por más de 60 años en Estados Unidos y que en Latinoamérica en general, posiblemente por aspectos culturales ha sido difícil, pero ya se ha entendido que ese es el modelo ganador. La simbiosis academia-industria, en este caso la industria farmacéutica, es fundamental para poder llegar al campo a hacer buenos desarrollos, que permitan promover la salud animal. La creación de productos a través de regalías generan más ingresos que permiten seguir investigando más. En otras partes del mundo, ese sistema funciona muy bien y permite entrar al círculo virtuoso de la investigación.

Qué hay en puerta 

La vacuna en vector Newcastle de influenza aviar es el producto más importante de la empresa, que además genera una gran expectativa para el desarrollo de una línea de productos para aves, ya que han visto el gran éxito que ha tenido en apoyar a la avicultura a controlar el problema de la IA. Sin embargo, vienen otros productos para controlar otros problemas, principalmente respiratorios, o de otro tipo basados en esta misma tecnología. Es una línea de las principales enfermedades aviares, como Gumboro, bronquitis, laringotraqueitis. Dos de ellos son problemas respiratorios y como este virus se multiplica en el aparato respiratorio, puede dar inmunidad contra ambas enfermedades.

Avimex fue el primer laboratorio que registró en el mundo la primera vacuna de hepatitis, el primer registro de serotipo B de coriza infecciosa en México, la identificación de algunos factores de patogenia de la E. coli, también las primeras identificaciones de algunas pasteurelas de México. También han presentado cuatro patentes de diferentes productos y están por presentar una quinta patente. Para un laboratorio nacional, habla muy bien de la cultura y la estrategia tecnológica que tiene. Todas las patentes presentadas son de productos que realmente van a apoyar a la avicultura mundial, que van a proteger algo, que van a ser útiles en el campo.

Ruta a seguir 

El camino a seguir está relacionado con la visión de la compañía, una visión  muy clara, de ser una empresa competitiva a nivel mundial.  Y obviamente, después ser una empresa global. Pero, también quieren ser reconocidos por sus investigaciones y desarrollos tecnológicos, y por el apoyo a la salud animal.  Y ser reconocidos también por su ética empresarial, en donde los valores son fundamentales.

Para eso, han seguido un modelo que hace varios años desarrolló el Conacyt (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología). Es un camino que les ha dado un excelente resultado. Una vez logrado ser una empresa competitiva, hay que ser una empresa de vanguardia. En México hay muy pocas empresas de vanguardia: cuando mucho son 100. A largo plazo, hacia 2020, quieren ser una empresa de vanguardia, o sea, que se diga que en México se pueden hacer cosas muy importantes, desarrollos biotecnológicos importantes. En la parte de tecnología, van seguir evolucionando, para pasar de ser una empresa compradora de licencias o de tecnología, a ser una desarrolladora de esta, y que haya ingresos por vender esa tecnología a quien la requiera. En la parte comercial, antes de seis o siete años, podrían tener ventas superiores a los 100 millones de dólares al año.

Avimex actualmente es una empresa familiarmente responsable. Es un nuevo distintivo que se está dando en México. Hace solamente dos años, menos de 300 empresas lo tuvieron y nuevamente lo ratificaron, ya que se otorga cada 2 años. Esto significa que hay preocupación por la gente, su familia, su desarrollo personal y familiar, lo cual ha sido también muy importante para nosotros.

Y es así como una soleada y calurosa tarde de abril cerramos esta charla, de una laboratorio mexicano, latinoamericano, basado en la investigación al servicio del avicultor.

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