Un estudio realizado por Universidad checa de Ciencias de la Vida en Praga ha demostrado que el tipo de alojamiento afecta significativamente a la calidad de la cáscara, mientras que el tiempo de almacenamiento interviene en las características cualitativas del interior del huevo.
Esta investigación verificó que los huevos frescos de gallinas alojadas en piso son más pesados (64.5 gr) que los huevos de jaulas (63.3 gr). Sin embargo, el peso desciende a medida que se extiende el tiempo de almacenamiento del huevo, independientemente si estos provienen de gallinas alojadas en piso o jaula, con una reducción de 3.3 gr en 21 días de almacenamiento.
Los científicos analizaron el efecto en la calidad del huevo de dos sistemas de alojamiento de ponedoras (jaulas convencionales y en piso) y el tiempo de almacenamiento del huevo (0, 7, 14 y 21 días).
Además, este estudio demostró que los huevos de gallinas alojadas en piso tenían mejor calidad de cáscara y mejor calidad de albúmina, aunque ésta se deterioraba con mayor rapidez. Se estima que esto sucede debido a que los huevos de gallinas alojadas en piso tienen los poros de la cáscara más grandes. En contraste, los huevos de gallinas alijadas en jaulas tenían mayor proporción y mejor índice de yema.
