Brasil Foods firmó con el Consejo Administrativo de Defensa Económica una obligación en el que se comprometió a vender activos, como fábricas, mataderos y suspender la venta de diversos productos de Perdigão y Batavo por un período de hasta cinco años.
La firma de esta obligación fue la exigencia hecha por el Cade para aprobar la fusión entre Sadia y Perdigão, dando lugar a Brasil Foods, BRF.
Los activos que serán vendidos representan el 80% de la capacidad productiva de Perdigão en el mercado nacional y constituyen la producción de 730 mil toneladas de procesadas por año.
Según el acuerdo, la marca Perdigão será retirada por tres años para productos como carne de cerdo congelada, pernil, tocino y jamón, y cuatro años para salames. Platos preparados como lasaña perderá la marca durante cinco años, así como las albóndigas y fríos saludables.
En el caso de las salchichas y pavo, ambas partes optaron por transferir parte de la concentración del mercado de BRF a una tercera empresa, pero mantener la marca Perdigão. El CADE también prohíbe a la empresa crear nuevas marcas en estos mercados en que Perdigão fue retirada.
En seguida, los productos con la marca Batavo ya no pueden ser comercializados para los alimentos procesados y carnes. La decisión fue tomada en el último minuto, ya que anteriormente el Consejo había solicitado que se vendiera esa marca.
La BRF tendrá que vender las marcas Rezende, Wilson, Escolha Saudável, Confiança, Delicata y Doriana. La compañía también transferirá a competidores las cadenas enteras de producción, desde los mataderos hasta las fábricas y centros de distribución, para asegurar que el comprador tendrá el nivel para competir de inmediato con BRF. Las cadenas deberán ser integradas geográficamente de la misma manera que funcionan hoy para BRF.
Finalmente, se venderán diez fábricas, cuatro mataderos, doce granjas, cuatro fábricas de alimentos balanceados y ocho centros de distribución.
