¿Puede crecer la avicultura con influenza aviar?

La respuesta quizás sea sí. Inicialmente, elimpacto de los brotes de influenza aviar en la producción de huevo en Méxicofue devastador, pero vamás allá pues se ha convertido en unacuestión prácticamente de seguridad nacional y de alta carga política en lasdecisiones. No obstante, la industria avícola va viento en popa..

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La respuesta quizás sea sí. Inicialmente, el impacto de los brotes de influenza aviar en la producción de huevo en México fue devastador, pues se eliminaron, según las cifras oficiales, 22 millones de aves. Vale la pena mencionar que esta cantidad representa la población total de gallinas de muchos países. Luego, vino el brote en las reproductoras pesadas con el consiguiente golpe al mercado del pollo de engorda.

El caso de la influenza aviar en México va más allá del efecto sobre la industria avícola. Se ha convertido en una cuestión prácticamente de seguridad nacional y de alta carga política en las decisiones. ¿Por qué? Porque, entre otros factores, hay mucho cuidado por parte del gobierno de no afectar el consumo de dos de las estrellas de la mesa mexicana: el pollo y el huevo.
 

Aunque controlados los brotes, creo que México está aún lejos de la erradicación, al menos en el corto plazo. Pero la industria avícola mexicana va viento en popa. Este año se espera, tanto en pollo como en huevo, un crecimiento del 3 por ciento. Sigue habiendo inversiones en infraestructura e innovación. ¿Y esto qué significa? Que los avicultores tienen una gran confianza en su industria y en el país, lo que por lo tanto redundará en que la avicultura mexicana se consolidará en un futuro cercano.

El gran impulsor es el consumo interno. Según cifras de la Unión Nacional de Avicultores (UNA), se calcula que este año el consumo aparente de pollo (producción nacional más importaciones) estará acercándose a los 30 kg per cápita, cuando en 2006 rondaba los 27 kg. El caso del huevo es otro ejemplo, aunque resintió una caída durante 2012, este año se proyecta que el consumo aparente llegue a 22.5 kg per cápita (unas 375 unidades, aproximadamente), nivel similar al máximo alcanzado en 2011.
 

Las exportaciones por el momento están descartadas. Pero, una vez fortalecida y consolidada la industria avícola nacional así como el consumo interno, aunado a la confianza del avicultor, México estará listo para poder exportar, siempre y cuando también finalmente se establezcan los tan necesarios cambios en la manera de producir.

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